lunes, 16 de enero de 2017
Audrey
Es curioso lo de las marcas de los perros. Paseando por el parque, todo Cristo pregunta si Audrey es un "Grijandernauer", un "Chiripitifláutico de aguas indonesio" o un "Calasparrashire maddafacka on Avon".
Audrey pertenece a la especie "perro", en latín "Canis familiaris". Es chiquitita, tiene la cabeza gorda y dos orejas que parece la mascota de Batman. Aunque tengo cristalino que los cánones de belleza se la bufan.
La prueba de que éstos son mucho más inteligentes que esos pamplinas que se han puesto de apellido familiar "sapiens sapiens" es que le huele igual el culo a un yorkshire toy con treinta y dos generaciones de pedigrí que a un mestizo despeinado de mil leches. El racismo es cosa de imbéciles, sin lugar a dudas. Y yo me siento un poco más canis y un poco menos sapiens, lo que es un avance importante, cada vez que me pongo a retozar con mi chiquitina por el suelo del salón.
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