viernes, 13 de abril de 2012

Muchas vidas, muchos maestros



Cada libro es una historia y cada historia es una parte de la tuya propia. Este libro llega a mis manos a través de un tortuoso entramado de casualidades, y en un momento de mi vida en que los finales empiezan a ser más numerosos que los principios.

Es una cuestión de fe el creer o no creer la aventura de este psiquiatra norteamericano y su paciente hipnotizada. Uno busca muchas explicaciones, muchos intérpretes, para una narración llena de incógnitas. Y para mí, la más difícil de entender, es como yo, precisamente, el más escéptico de los escépticos, acabé aterrorizado por las coincidencias. Menos mal que tengo a Albert, con esa conjunción sublime de inteligencia y serenidad, que, si no, el que acaba en el diván soy yo. Y aún así sigo haciéndome preguntas…

Bueno, que me pierdo…El libro está curioso de leer y tiene una virtud que no tienen otros libros: te hace pensar en cosas en las que, por sistema, no sueles pensar nunca.
Recomendable para mover la cabeza, el corazón y el alma.

2 comentarios:

  1. Me estan entrando ganas de leer el dichosos libro.Si ha conseguido perturbar al ácido de Diógenes seguro que tiene manteca en su interior. Ya te contaré..

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