viernes, 24 de enero de 2014

SÍAP

Van pasando los días, la gente se va oscureciendo, trasformando su miedo en sonrisas desesperadas, manipulados por corazones de madera, sin culpa ni dolor.
Superando la mediocridad, día a día, por un lucro personal e inmoral.
Nada nos queda.
 Solo reproches mudos, cosidos por la desesperación, que algún listo paga con mobiliario urbano.
Y no olvidarme del país donde he nacido, un sitio en el que cotiza la mierda y lo bello es perseguido e incomprendido hasta la saciedad.
¿Dónde quedó la bondad? Nos ha abandonado como a un juguete viejo, solo quedan  las viejas historias bonitas, recuerdo efímero e invisible.
¿Y qué os esperabais que iba pasar en este país llevado por fenómenos que se pasan el día vomitando sandeces? ¿Realmente alguien cree que está haciendo algo por nosotros?
¿Soy yo el único que cree que las armas son para los débiles? Si emplearan esa plata para comida se habría acabado el hambre. La ignorancia y la maldad son  almas gemelas. ¿Cómo no va haber crisis? La hay, de sentimientos. Algunos añoran riquezas  vacías, son los mismos que buscan su consuelo en la tragedia ajena y que no consumen besos.
Dejando estas palabras que volaran sin dueño, recorriendo con desenfreno el tiempo, cayendo así en la tela de araña del recuerdo, quizás nunca encuentre una comprensión  actualizada.
Mis días siguen pasando mientras me fumo las dudas.
Me he dado cuenta de que me he manchado con ceniza de la incomprensión.


  Bieito Moon

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