Señores, la tecnología tal cual la conocemos, conspira contra el amor. Cada
paso dado por este nuevo y silencioso enemigo, es una posible batalla que, Nos,
los aventureros de alma y corazones fieles a tan solo una mujer que es la vida,
podemos perder. Pero, devotos a nuestras convicciones sentimentales y venéreas,
morales quizás, aun podemos dar batalla combatiendo en las traicioneras y
nefastas aguas de aquel bastardo éter que impone el enemigo. Le pido que no me
mal interprete; que no sospeche o ponga en duda tanto la salud como mis
facultades mentales, pero, usted pregúntese ¿Cuánto hace que no entabla una
galante conversación tras haberle preguntado a una dama “qué hora es”? ¡Todo
tiene reloj! O bien ¿Cuántas veces le ha sucedido de recitar su mejor piropo,
hijo de la belleza misma por la dama en cuestión y, esta, con auriculares,
escuchando a un papanatas por F.M. que la arrastra a la miseria de la locura
melancólica de algún ex? Dígame si erro, pero usted ponga por caso que le dice
a su señora “Amor, iré al bar de la esquina. Volveré tarde” y usted inocentemente
fue. Luego y, por lo general siempre sucede cómo al cuarto o quinto vermú, se
ve invitado por los facinerosos de sus amigos a una despedida de solteros,
lejos que inclusive ni usted sabia de ese lugar y, como en el decimoquinto
vermú a uno le da por abrazarlo todo, amigos, mujeres, heladeras, etc.
Entonces, en la verificación del vermú, usted esta abrazado a tres minas que
rajan la tierra y de la nada un gil que se cree piola, te saca una foto con su
celular, la sube a facebook, la etiqueta y para colmo, dando las coordenadas
del lugar del hecho, porque para una novia, amigos; cómplices, cenas con
amigos; junta de secuaces planificando un golpe, lugar X donde estemos; escena
del crimen y siempre bajo la consigna “todos son culpables por mas que se
demuestre lo contrario” Pero no contentos con esto, esa mujer que uno esta
amando fervorosamente, tratando de cumplimentar los contrato amoroso que
dictamos del corazón, escribimos con la lengua y firmamos entre edredones, los
cuales nunca nadie puede cumplir, nos traiciona subiendo un comentario de
interpretación libre y es aquí donde la barbarie queda al descubierto; gente
que no tiene nada que hacer, comienza de forma indirecta pero cómplice la novia
de uno, subiendo así la espuma de la cosa que inclusive, los amigos de uno
comienzan a dar ciertos detalles innecesarios o a parafrasear una realidad
confusa difícilmente se puede recordar y todo esto sucede diez minutos después
de la foto. Al menos algo destacable; cuando llegas a casa no te gritan, ya que
el terrorismo familiar se manifestó durante toda la noche vía S.M.S. en diferido
para tweeter y toda red social que haya. Procuren que al llegar les inviten su
mejor cada de culo y no la llave puesta del lado de adentro, donde fuera es
invierno. Estoy contemplando seriamente el mensaje de la película “Terminator”.
Ernest Berenger
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