jueves, 17 de noviembre de 2011

La conjunción

Cecilia regresaba del trabajo con el ensimismamiento de todos los días. La jornada había sido tediosa, y el bochorno acrecentaba la sensación de hartazgo.

Al entrar en casa oyó un saludo cariñoso de su marido, raro en él, hombre de pocas palabras. Al saludo siguió un beso en los labios. ¡Cuánto hacía que no la recibía con un beso! La extrañeza aún no había podido imponerse al cansancio, de modo que no dio mayor importancia a esas inesperadas efusiones de afecto. Se desnudó de forma mecánica y se metió en la ducha, cerrando los ojos bajo el chorro. Tocaba a su fin el proceso purificador cuando notó el movimiento de la cortina, y al abrirlos vio como él entraba en la bañera. No tuvo tiempo de articular palabra, un beso de una intensidad que no recordaba y un abrazo suave pero firme a la vez se lo impidieron; sintió la excitación de Jorge, que empezó a abrirse paso entre sus piernas, y le acogió con calidez, mientras la sorpresa iba siendo sustituida por el deseo. Ese sólo fue el desencadenamiento de una explosión que se prolongó varias horas, durante las que se amaron sin descanso. Jorge desplegó una audacia nunca antes mostrada y ambos se entregaron a sus instintos, buscándose y encontrándose, en un manojo de posturas, caricias y palabras.

Al fin, con la noche ya avanzada, cayeron rendidos. Él quedó dormido, mientras Cecilia le miraba e intentaba reconocer al hombre con el que había convivido los últimos años. Pensando si de verdad sería el mismo, se dirigió a la cocina. Se sirvió un vaso de zumo, y hojeó distraídamente las páginas del periódico de ayer; su vista fue a detenerse sobre un breve artículo que decía:

“Esta noche se completará la conjunción de planetas prevista por los astrónomos. (...) Desde muchos lugares se han emitido mensajes apocalípticos y religiosos, y no faltan opiniones de científicos que postulan la influencia que este suceso extraordinario puede tener de forma transitoria sobre procesos fisiológicos o sobre el comportamiento de algunas personas.”

Cecilia se levantó y lentamente caminó hacia el balcón pensando en qué pasaría mañana; entre incrédula y perpleja contempló las miles de estrellas que aparecían ante sus ojos con la complicidad de la luna nueva.

3 comentarios:

  1. Siempre me quedaría la duda de si fueron las conjunciones planetarias o el arrepentimiento de una aventura extraconyugal...
    ...y que no le echara de la ducha cuando vino haciendo el molinete...ja ja ja
    Eso si, me ha gustado mucho....muy bueno
    Voy a probar a ver, ya os contaré...¿Cuándo decís que es la próxima conjunción?

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  2. Puf, según google, la próxima alineación es en diciembre de 2012. Hasta entonces podrías probar con métodos más tradicionales :-)

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  3. Un buen post para estrenarme en vuestro blog.

    Extraigo como conclusión, que es mejor tener cortinas de ducha que mampara de cristal transparente, que una sorpresa siempre aporta, siempre y cuando el contrario no tenga en las manos ese cepillo largo para fregar la espalda, y que no siempre iba a ser para mal el influjo de la luna y otros astros.

    Bienhallados

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