Desde
lo alto de la inmensa mole, las calles de la ciudad parecen hileras de
luciérnagas. A esas horas, sólo las luces de los aviones disputan la primacía a
la luna, y Wendy se sorprende de la cantidad de estrellas que brillan en el
firmamento. Y del silencio, de la quietud casi fantasmagórica que se respira.
Pero
Wendy no está ahí, subida al pretil de la azotea de la torre Warwick, para
respirar el frío aire de las alturas, ni para mirar los demás colosos de la
ciudad, que ahora parecen de juguete. En su rostro muestra una alegre
determinación, que no flaquea ni cuando mira para abajo.
Unos
segundos más tarde, se lanza al vacío.
Wendy
cierra los ojos mientras vuela, no quiere ver las ventanas sucediéndose unas a
otras, ni las luces de la calle acercándose como una ominosa línea de meta.
Siempre le dio miedo la velocidad.
En
esto, Wendy siente el contacto de unos brazos musculosos, que la sujetan y paran
su caída. Y su corazón se pone a redoblar.
Abre
los ojos, y es él, sin ningún asomo de duda. El mechón de pelo cayendo sobre su
frente, su sonrisa de cien quilates, su traje de fibras verdes, y la gran capa
roja. Wendy cree estar flotando en un sueño cuando vuela por encima de su
instituto, y de las tiendas donde sus amigas están comprándose ropa en ese
momento.
-¿Estás
bien? –le pregunta el hombretón a la joven.
-¡Oh,
Falcon Man, me has salvado la vida! –responde Wendy, clavando sus pupilas en el
apolíneo rostro del héroe -. Tenía tantas ganas de conocerte.
-¡Eres
una “groupie”! ¡No me lo puedo creer! –las cejas del ángel se arquean, y su
sonrisa se transforma en un rictus.
-Es
que eres tan guapo. ¿Sabes?, siempre he sido tu mayor admiradora.
-¡Por
culpa de las tontas como tú, estoy dejando de perseguir delitos! ¿Sabes que,
ahora mismo, están atracando una joyería, y que los ladrones se van a salir con
la suya gracias a ti?
-Ay,
cariño, no te pongas…
-¡Cállate!
–vocifera Falcon Man -. ¡Ahora te voy a dejar abajo, y no vuelvas a hacer esto
nunca más!
Pero
el propósito del superhéroe se ve frustrado cuando ve en la lejanía a otra
joven, lanzándose en caída libre desde la gárgola de la azotea de la Torre Roe.
Kermit
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