viernes, 7 de marzo de 2014

Inclemencias

Llovía afuera y yo sin paraguas. Pero dentro, en el recibidor de su casa, también había tormenta. Y yo sin decidir el mejor chaparrón con el que mejor mojarme.
Ella lloraba rogándome que me fuera. No quería volver a verme. Sus inclemencias empezaron a resbalarme y, como otras veces, traté de capear el temporal.
—Mujer, no te lo tomes así. Sabes que ella no significa nada, además fue por su culpa, me provocó. Yo solo te amo a ti.
Entonces dejaron de llover lágrimas y un tornado de furia asoló su mirada. Agarró un paraguas y me lo partió en la crisma. Me echó sin miramientos, cerrando la puerta tras de sí. Me encontré tirado en la escalera, dolorido y con un paraguas roto. Y afuera seguía lloviendo.


Selphy Sada

No hay comentarios:

Publicar un comentario