viernes, 18 de noviembre de 2011

Mientras duermes

Ficha:

Película: Mientras duermes. Dirección: Jaume Balagueró. País: España. Año: 2011. Duración: 102 min. Género: Thriller, terror. Interpretación: Luis Tosar (César), Marta Etura (Clara), Alberto San Juan (Marcos), Iris Almeida (Úrsula), Pep Tosar (padre de Úrsula), Petra Martínez (Verónica), Margarita Rosed (madre de César), Oriol Genis (administrador). Guión: Alberto Marini. Producción: Julio Fernández. Música: Lucas Vidal. Fotografía: Pablo Rosso. Montaje: Guillermo de la Cal. Dirección artística: Javier Alvariño. Vestuario: Marian Coromina. Distribuidora: Filmax. Estreno en España: 14 de octubre de 2011.

Sinopsis:

Mientras duermes es un thriller ambientado en una comunidad de vecinos donde nada es lo que aparenta ser. César trabaja de portero en un edificio de apartamentos. Puede que no sea el mejor trabajo del mundo, pero la verdad es que no lo cambiaría por ningún otro, ya que su trabajo le permite conocer a fondo a todos los inquilinos del inmueble, sus movimientos, sus hábitos. Desde su posición resulta fácil controlar sus idas y venidas, estudiarles, descubrir sus puntos débiles, sus secretos. Si quisiera podría incluso controlar sus vidas, influir en ellas como si fuera Dios, abrir sus heridas y hurgar en ellas. Y todo sin levantar ninguna sospecha.

Opinión:

Película española de terror, que no deja de sorprender por su argumento. Jaume Balagueró, autor de REC nos deleita con este thriller psicológico donde nos describe a un personaje peligroso, al que le gusta hacer daño, disfruta creando dolor a su alrededor, no puede ver como la gente es feliz y la envidia le reconcome, hasta llegar hacer la vida imposible a los demás.
Aunque el guión tiene algunas carencias, y quedan algunos hilos sueltos a lo largo de la película, la banda sonora no es acertada, y es una película bastante oscura, se salva por los actores que están espectaculares, Luis Tosar excelente en su en su papel de portero agradable pero psicópata, Etura está brillante en su papel de chica radiante feliz, y siempre sonriente desde por la mañana hasta por la noche, y el resto de secundarios y la acertada inclusión de la actriz infantil están excelentes.
Película sórdida inquietante, que nos mantiene en vilo con un desenlace nada previsible.

Cita: “Feliz. Ese es justo mi problema. Que yo no puedo ser feliz. No os podéis ni imaginar lo que es levantarse cada día sin ninguna motivación. Los esfuerzos que tengo que hacer para encontrar una razón, sólo una, para no mandarlo todo a la mierda”.

Calificación:



Clark Kent

jueves, 17 de noviembre de 2011

La conjunción

Cecilia regresaba del trabajo con el ensimismamiento de todos los días. La jornada había sido tediosa, y el bochorno acrecentaba la sensación de hartazgo.

Al entrar en casa oyó un saludo cariñoso de su marido, raro en él, hombre de pocas palabras. Al saludo siguió un beso en los labios. ¡Cuánto hacía que no la recibía con un beso! La extrañeza aún no había podido imponerse al cansancio, de modo que no dio mayor importancia a esas inesperadas efusiones de afecto. Se desnudó de forma mecánica y se metió en la ducha, cerrando los ojos bajo el chorro. Tocaba a su fin el proceso purificador cuando notó el movimiento de la cortina, y al abrirlos vio como él entraba en la bañera. No tuvo tiempo de articular palabra, un beso de una intensidad que no recordaba y un abrazo suave pero firme a la vez se lo impidieron; sintió la excitación de Jorge, que empezó a abrirse paso entre sus piernas, y le acogió con calidez, mientras la sorpresa iba siendo sustituida por el deseo. Ese sólo fue el desencadenamiento de una explosión que se prolongó varias horas, durante las que se amaron sin descanso. Jorge desplegó una audacia nunca antes mostrada y ambos se entregaron a sus instintos, buscándose y encontrándose, en un manojo de posturas, caricias y palabras.

Al fin, con la noche ya avanzada, cayeron rendidos. Él quedó dormido, mientras Cecilia le miraba e intentaba reconocer al hombre con el que había convivido los últimos años. Pensando si de verdad sería el mismo, se dirigió a la cocina. Se sirvió un vaso de zumo, y hojeó distraídamente las páginas del periódico de ayer; su vista fue a detenerse sobre un breve artículo que decía:

“Esta noche se completará la conjunción de planetas prevista por los astrónomos. (...) Desde muchos lugares se han emitido mensajes apocalípticos y religiosos, y no faltan opiniones de científicos que postulan la influencia que este suceso extraordinario puede tener de forma transitoria sobre procesos fisiológicos o sobre el comportamiento de algunas personas.”

Cecilia se levantó y lentamente caminó hacia el balcón pensando en qué pasaría mañana; entre incrédula y perpleja contempló las miles de estrellas que aparecían ante sus ojos con la complicidad de la luna nueva.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Love me like there's no tomorrow


Le pedí que me amara como si no hubiese un mañana. Apenas hacía tres semanas que nos conocíamos y no podíamos encomendarnos a planes de futuro, como solemos hacer los humanos en cuanto tenemos la oportunidad. No nos quedaba más remedio que entregarnos al arrebato, a la emoción de tocar una piel desconocida. ¿Qué sabíamos de nuestras vidas, salvo que pertenecían a otras personas? Estoy seguro de que ella no me buscó, de que tenía otros asuntos más importantes de los que ocuparse que complicarse la existencia estrechándome en sus brazos. Yo tampoco lo pretendí, pero la necesidad de beber amor nuevo fue más fuerte y nos vimos envueltos en un juego de miradas y palabras que sonaban como magia, y que nos dejaron como los únicos que bailaban sobre la pista, aislados del mundo.
No quería pensar en otra cosa que en apurar los pocos minutos que tuviese a su lado, sabiendo que cada abrazo podía ser el último. Nos hallábamos en un viaje que sólo tenía billete de ida, y tratábamos de prolongarlo todo lo que fuera posible, antes de que nuestros caminos nos separasen. Aun presintiendo el oscuro destino que nos aguardaba, sólo quería escuchar aquella voz diciéndome cuánto me quería, cuánto deseaba estar junto a mí. La alegría y la pena se confundían, como el cielo y la tierra en un día lluvioso, y el placer de sentir cómo sus labios me recorrían ocupaba mi cabeza sin pensar en el mañana, aquel mañana que no existía.

Flax Gordo

martes, 15 de noviembre de 2011

La hora de la luz


El fluir del whisky sobre los cubitos de hielo hizo pensar a Helio en una película de serie B cuyo título no recordaba. Últimamente notaba que su memoria se debilitaba con sutileza, y esto le hacía sentir incómodo, pues le parecía que era otra señal de que sus 40 años se habían mudado, y a su carné de identidad habían llegado unos nuevos inquilinos, los 50. Esos pequeños avisos, la rodilla que crujía, las canas, las letras borrosas, le producían cierta ansiedad, que se acrecentaba durante la noche, cuando estaba solo ante la máquina de escribir.
El campanario habló 12 veces. Los 12 signos del zodíaco, los 12 apóstoles, 12 cascabeles tiene mi caballo, 12 hombres sin piedad; muchas veces buscaba luz en alguna ocurrencia peregrina sugerida por el reloj, y así habían surgido varios de sus cuentos más celebrados. Aurora bromeaba acerca de sus fuentes de inspiración. Ella era diferente: sistemática y tenaz, cada idea era fruto de un trabajo metódico, planificado; hacía del proceso de escribir una ciencia, lo que unido a su talento, intuición y perspicacia, la convertían en una escritora extraordinaria.
Sonaron 3 campanadas, los 3 cerditos, las 3 gracias, 3 son multitud. Aurora se sentaba frente al ordenador a esa hora, y no se levantaba hasta las 7; cerca del alba ella dejaba de escribir. Entonces salía de su casa y llegaba a la de Helio. A Aurora le gustaba hacer el amor con las primeras luces de la mañana, y ahí prescindía de cualquier método, era improvisación, frescura, pasión. Por eso él esperaba con impaciencia los rayos de sol que le prometían inminentes placeres y ahuyentaban los fantasmas nocturnos.
Las 6. 6 personajes en busca de autor; sólo se le ocurría eso. La noche ya pesaba, y él se llevaba mejor con los 7 sabios de Grecia y los 7 niños de Écija. Se relajó y empezó a pensar en Aurora, que estaría en plena actividad literaria y pronto acudiría a su cita con la luz y el deseo.
Sin embargo, los 7 enanitos no llegaron, y las 7 campanadas no sonaron. Helio miró su reloj, marcaba las siete y media. Subió la persiana y la negrura de la noche le sorprendió. Cuando las manecillas llegaron a las 8, esperó con angustia la música del campanario, mas no aparecieron los 8 oscars de “My fair lady”, ni se escucharon las 9 sinfonías de Beethoven, ni se presentaron los 10 negritos; no había rastro del sol y Helio esperaba, confundido.
Pero, sin que Helio lo sospechara, el amor de Aurora llevaba semanas disipándose, y al fin durante aquella noche acabó por extinguirse, y Aurora no llegó.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Lunes, 14 de Noviembre

"Es importante que el hombre sueñe, pero lo es igualmente que pueda reírse de sus sueños."


Lin Yutang (Xiamen, Fujian, 10 de octubre de 1895 ; Yangmingshan, Taiwán, 26 de marzo de 1976) escritor chino. Sus obras y traducciones de textos clásicos chinos fueron muy populares en Occidente.

Nació en el suroeste de China, una región montañosa que le influyó de tal forma que se consideraba hijo de las montañas. Su padre era un pastor cristiano.

Estudió en la universidad de Shanghái, y obtuvo una beca para el doctorado en la Universidad de Harvard. No obstante abandonó pronto Harvard para irse a Francia y finalmente a Alemania, donde se doctoró por la Universidad de Leipzig. De 1923 a 1926 enseñó literatura inglesa en la universidad de Pekín.

El Dr. Lín fue un gran activista para la expansión de la literatura china en Occidente. Además desarrolló un nuevo sistema para escribir chino con caracteres latinos y una nueva forma de indexar los caracteres del chino. Tras 1928 vivió en EE. UU., donde sus traducciones de textos chinos fueron muy populares; su obra fue un intento de establecer un puente entre las culturas occidental y oriental y fue nominado varias veces al Nobel.

Sus primeros dos libros, Mi país y mi gente (1935) y La importancia de vivir (1937), escritos en inglés, le supusieron el reconocimiento internacional. Otros libros: Entre las lágimas y la risa (1943), La teoría china del Arte (1967), Momento en Pekín (1939) y La puerta bermellón (1953), Diccionario de chino moderno (1973).

Fue enterrado en Yangmingshan, Taipéi, Taiwán. Su casa fue convertida en un museo que administra la Universidad Soochow de Taipei.
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La siguiente la pago yo por Rick, Diógenes de Sinope y Albert se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.