domingo, 25 de diciembre de 2016

LA RIOJA: COMARCA DE CAMEROS 4/4


   Vadillos es uno de esos pueblos cuya tranquilidad impresiona. Solo se oye el rumor de los arroyos de alrededor, escoltados por hermosas alamedas y por productivas huertas domésticas. Si además su arquitectura es tan bella, nos encontramos ante un lugar que enamora. Abundan las casas que son de piedra rojiza en su planta baja y encaladas en la primera. La iglesia está construida con el mismo tipo de piedra, y presenta un magnífico porche.

     Llegamos ahora a San Román de Cameros, donde encontramos una buena colección de casas del mismo estilo que las de Vadillos, con la diferencia de que éstas son de 3 ó 4 plantas, de piedra las dos primeras y encaladas las demás, con balconadas de madera en algunos casos, arquitectura que también se repite en Terroba.

     Soto en Cameros es un pueblo de blancas casas, con la planta baja casi siempre de piedra, que se elevan desde la orilla del río Leza por la ladera hasta el alto donde se encuentra la ermita de la Virgen del Cortijo. Cruzando un puente de piedra de grandes arcos, entramos en la plaza, compuesta por el ayuntamiento de ladrillo con un soportal de buenos sillares, el frontón y una imagen sobre una alta peana de Juan Esteban de Elías, benefactor del pueblo en el siglo XVIII, situada en el centro de la misma. Junto a la plaza hay un precioso paseo fluvial al lado del río y una piscina natural.

     Entrando de lleno en el casco urbano descubriremos, además de su arquitectura, bonitas plazuelas, pequeños puentes de piedra que cruzan un arroyo que lo atraviesa antes de desembocar en el Leza y, subiendo por sus empinadas calles, llegaremos a la ermita con su mirador sobre el valle.

     Hay que decir también que el río Leza, aguas abajo de Soto, forma un espectacular cañón de varios kilómetros de largo, con altísimos cortados rocosos, y cubierto de bosque de arbolado diverso. Desde el pueblo parten varias rutas de senderismo señalizadas que recorren este bellísimo espacio natural.

     Siguiendo la carretera dirección Logroño llegaremos a un lugar elevado donde se sitúa el Mirador del Cañón del río Leza, con grandísimas panorámicas sobre el mismo.

     Poco después llegamos a un pueblo de curioso nombre: Leza de Río Leza. Es una pequeña localidad situada a la salida del cañón, sobre la falda de las montañas que circundan el valle.

     Y para terminar nuestra ruta visitamos Clavijo, pueblo histórico donde la tradición sitúa el milagro de la aparición del Apóstol Santiago sobre su caballo, haciendo ganar a los cristianos la batalla contra los moros.

     Es un pequeño pueblo ubicado en el punto en que se juntan los valles de los ríos Leza e Iregua, donde el terreno se allana en busca del Ebro.

     Encima del casco urbano se levanta el castillo, el cual no está todo lo bien conservado que sería deseable, pero que bien merece la pena visitar. Quedan en pie algunos muros almenados y restos de la Torre del Homenaje y varias torres cilíndricas. Sobre una de éstas se alza una gran Cruz de Santiago metálica que recuerda el milagro. Destaca también un aljibe excavado sobre la misma roca en la que se asienta el castillo. Esta mole rocosa, por el lado contrario al pueblo, forma un altísimo cortado sobre un arroyo que le sirve de defensa natural.

     Y por supuesto, desde este alto, las espectaculares vistas del valle del Ebro, con la ciudad de Logroño abajo y las sierras alavesas al fondo.

     Buen lugar para acabar nuestro recorrido por la Comarca de Cameros, viendo estas increíbles panorámicas, mientras por mi mente pasan tantos recuerdos de todo lo visto...



Vadillos


Soto en Cameros


Soto en Cameros


Cañón del rió Leza



SALUDOS

EL RURAL


sábado, 24 de diciembre de 2016

Feliz Navidad

A mí, que no creo en nada más que en la teoría de la evolución, y con reservas, que hay homo sapiens que no se merecen el apellido, la navidad me la rasca (salvo por el anuncio ese de “Intimissimi”, que me ha devuelto la ilusión por Mamá Noel, cierto es). 

Yo no tengo ahora mejores deseos para vosotros que los que tuve el once de abril o tendré el siete de febrero. Pero lo cierto es que es un buen momento para recordarle a los amigos que los quieres y los echas de menos. Todos o casi todos sois creyentes en estas fechas. Unos porque lo son siempre y otros porque se ablandan con Cortylandia y “Qué bello es vivir”. Da igual si se cree en Dios o en Frank Capra o en las luces de colores, porque lo cierto es que en “estas fechas tan señaladas”, que diría Franco en su alocución navideña, todo el mundo está más sensible y más receptivo a los mensajes de paz y de amor. 

En fin, que celebréis lo que celebréis, disfrutad. Los moderados, con moderación, y los desenfrenados, con desenfreno. Y a la contra, que los moderados necesitan un desenfreno de vez en cuando y los desenfrenados un instante de calma en mitad del descontrol. Bailad, cantad, bebed y comed, que eso lo dicen hasta en misa, y fornicad como si no hubiera un mañana, o sentaos a mirar como pasa la vida con un vaso en la mano y una sonrisa en la boca, según los gustos y las apetencias. 

En cualquier caso, un abrazo de este viejo cascarrabias. Sed felices con la excusa de las navidades y prolongad la celebración hasta las navidades próximas.

domingo, 18 de diciembre de 2016

LA RIOJA: COMARCA DE CAMEROS 3/4

     En Villanueva de Cameros desemboca en el río Iregua el arroyo de los Albercos, aquel que partía en dos Ortigosa y que luego formaba el ambalse de González Lacasa. Donde se juntan los dos cauces se ubica la ermita de la Virgen de los Nogales, bonito templo de ladrillo con una llamativa cúpula. Al otro lado se sitúa el grueso del casco urbano, que asciende por la ladera hasta llegar a la iglesia con su alta torre.

     Aldeanueva de Cameros, al igual que Gallinero, está situado unos pocos kilómetros apartado de la carretera general que une Logroño y Soria, lo que le confiere al pueblo una tranquilidad y un silencio impresionantes, además de la belleza de su arquitectura y del boscoso vallejo donde se encuentra, poblado de roble y pino, junto a un arroyo con abundante vegetación de ribera, atravesado por un pequeño y bonito puente de piedra que une las dos partes en que divide el casco urbano, el cual tiene unas casas preciosas, de piedra y entramado de madera, formando todo ello un conjunto de ensueño. Una sendita que sale del pueblo valle arriba, nos conduce en pocos minutos hasta la ermita de Santa Ana, bonito templo de sillería con unas preciosas vistas panorámicas de la localidad y los alrededores.

     Al llegar a Villoslada de Cameros lo primero que llama la atención es el gran puente de piedra de varios ojos con contrafuertes que cruza el río Iregua. Lo atravesamos para introducirnos en el casco urbano, que se eleva sobre la ladera, donde encontramos una mezcla de arquitectura popular con casas y palacetes de sillería con sus blasones. Desde lo alto, buenas vistas de los tres valles que aquí confluyen.

     Cerca se encuentra Lumbreras, situado en la cima de un alto cerro junto al río Piqueras, el cual forma unos cortados rocosos que rodean la ermita de la Torre, llamada así por estar construida sobre una antigua atalaya.

     Siguiendo la N-111 sentido Soria, bordeamos el embalse de Pajares, lugar paradisíaco, solo entorpecido por el ruido de la carretera, para llegar poco después a la Venta de Piqueras, conjunto de construcciones de piedra anexas formado por la ermita de Nuestra Señora de la Luz, el Museo de la Trashumancia y el hostal-restaurante, todo ello en un bello entorno de praderas y bosque donde confluyen varios arroyos, cruzados por rústicos puentes de madera, con merenderos y una cruz junto a la que se celebra la misa de campaña durante la multitudinaria romería que allí congrega a miles de personas en el mes de junio.

     Volviendo un poco sobre nuestros pasos cogeremos junto al pueblo de San Andrés la carretera que nos saca del valle del Iregua y nos introduce en el del río Leza, pasaremos por las localidades de Laguna y Cabezón (ambas "de Cameros", por supuesto) y paramos en Jalón de Cameros, que tiene un bonito parque junto al río, desde el que se eleva al casco urbano con sus casas de piedra y sus huertos.



Ermita de Santa Ana (Gallinero)




Villoslada



Venta de Piqueras



Alrededores de la Venta de Piqueras



SALUDOS

EL RURAL

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martes, 13 de diciembre de 2016

Noches


Viajar en silencio por una ciudad desierta. Deslizarte sigilosamente por las calzadas que hace apenas unas horas eran un infierno de acero y humo. La tenue luz de aquel farol, sin una Lily Marlene debajo, parece más tenue y menos luz. A la espera del estallido, la metrópoli se deja acariciar y ronronea con las notas bajas y roncas de los camiones de la basura cantando sus letanías. La ciudad junta a Dios y al Diablo, que decía Gurruchaga. Y no se escribe "Savoy" con neones, ni bailan Ginger y Fred en las terrazas. A lo lejos, como mucho, te arañan los oídos los acordes de un reguetón cansino y ya casi mesetario. El mar, es cierto, no se puede concebir. Mientras todos duermen, viajo por la ciudad dormida, la ciudad sin leyenda de ciudad sin nombre, sin garantía de ciudad perdida y sin vocación de ciudad pérfida. La ciudad donde vivo es un niño cargando un fusil...pero un niño, al fin y al cabo.

Y la luna llena, que hoy trae un velo de nieblas, ya ha hecho su primera sangre. Cerca del corazón de la urbe, su cuerpo desarticulado dibuja un absurdo sobre el asfalto. Gris sucio y rojo intenso. La ciudad paga el tributo. La luna llena se arropa. Y casi no se distinguen los luminosos de las aseguradoras entre visillos de vaho. Solo una cosa es segura. La tengo a mis pies.

 Y la noche no se para, y somos los cuervos que vuelan llevando las malas noticias. El tiempo se va cristalizar en los oídos de alguien y nosotros seremos testigos. Luna llena. Noche negra. Niebla sucia.

Y el llanto de una mujer lo rasga todo y le pregunta a un dios ausente por las causas. Se rompe hasta la oscuridad. Se rompe el alma. La ciudad donde vivo es un monstruo con siete cabezas.

Y en las fachadas hay sarpullidos de colores que anuncian que se venden pisos, desde los limpiaparabrisas de los coches aparcados unas orientales ofrecen placeres divinos por tan solo treinta euros y en cada portal una cesta rebosa de papeles irisados que te recuerdan que hay productos hasta con un treinta por ciento de descuento. Baja un frío cruel de lo alto y se acurruca en los huesos. La vida duele.

Y cuando todo termina vuelve la ciudad silenciosa, agazapada barruntando el caos trepidante que se le avecina. Viajar por la ciudad dormida. Con el espectro de que la niebla es la nada a punto de engullir Fantasía. Buscando en la agenda del móvil el teléfono de Attreyu, aun sabiendo que estará apagado o fuera de cobertura.

Buenas noches, buenos días. Malas noches, malos días. Malos tiempos para la lírica.

domingo, 11 de diciembre de 2016

LA RIOJA: COMARCA DE CAMEROS 2/4

     Abandonamos Ortigosa para llegar a Peñaloscintos, curioso y hermoso pueblo de buenas casas de piedra y/o entramado de madera, dispersas por un bosque.

     Nos acercamos ahora al embalse de González Lacasa, situado en un bello entorno boscoso de pino y roble, donde se pueden practicar diversos deportes acuáticos. El Club Náutico "El Rasillo" ofrece unas instalaciones apropiadas para ello, con embarcadero, pantalán, restaurante, etc. Y junto a él tenemos un conjunto de playas vírgenes, unas de arena y otras de hierba, aptas para el baño, además de sendas que circundan el embalse por las que podemos dar bonitos paseos disfrutando del entorno.

     Al lado se encuentra el pueblo de El Rasillo de Cameros, donde destacan sus hermosas casas de piedra rojiza y la cantidad de plazas y plazuelas que tiene la localidad.

     Montemediano de Cameros igualmente cuenta con buenas casas de piedra, destacando también su plaza, que tiene una interesante fuente con un alargado pilón y el lavadero.

     Cerca se encuentra el pueblo de Nieva de Cameros, desde cuya entrada tenemos una preciosa estampa de su casco urbano encalado en la ladera de la montaña, y encima una enorme peña coronada por una torre de vigilancia. Por el interior veremos una fuente de sillería de 5 caños con una cruz en lo alto, y en el exterior de la iglesia un sistema de contrapesos muy curioso para hacer sonar la campana. A la ermita de la Soledad se llega por un pequeño parquecillo que hace de mirador sobre la montaña.

     Torrecilla en Cameros es una localidad situada junto al río Iregua, en un bonito entorno de ribera y montaña. El paseo fluvial es una preciosidad, junto a un hermoso puente medieval de piedra con un alargado arco de medio punto. Entrando al casco urbano veremos el ayuntamiento, junto a un mirador con buenas vistas, y subiendo por sus estrechas y empinadas calles llegaremos a lo alto del pueblo donde se encuentra la ermita de San Antón, junto al monumento al Sagrado Corazón, con unas panorámicas impresionantes del pueblo, el río y la montaña.

     Llegamos ahora a Gallinero de Cameros, pueblecito de apenas un puñado de casas, pero muy bien arregladas de piedra rojiza. La iglesia tiene un interesante porche con varios arcos de medio punto, y enfrente hay una fuente que vierte sobre un gran pilón, cuya trasera da al lavadero, saliendo el agua por un pequeño acueducto que salva un pequeño arroyo, y la dirige hacia las huertas cercanas.

     Saliendo del pueblo, y subiendo a un cerro por una sendita en zig-zag, llegamos a una ermita que hay en lo alto, donde tenemos bonitas vistas del pueblo y del hermoso entorno natural.

SALUDOS

EL RURAL

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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Mosaico

Cuando le asaltaban los imprevistos o le inquietaban las incertidumbres, miraba su fotografía. La llevaba en la cartera, protegida por una funda de plástico. Sólo con echarle un vistazo, todo parecía calmarse y nada parecía insalvable. Él había bautizado aquella fotografía con el nombre de "Amor".


Cuando se encontró sobre la colcha la carta en la que ella le explicaba que se iba de la ciudad y de su vida, por la fuerza de la costumbre, buscando el consuelo, abrió su billetera y buscó la fotografía. No era un acto masoquista. Era una rutina tantas veces repetida que fue incapaz de eludirla. Y le crecieron lágrimas en las mejillas. Se sentó en la cama, la cabeza baja y la instantánea en las manos.


La miró una vez más. Y algo llamó su atención. La imagen parecía difuminarse. Levantó un poco la fotografía y empezó a percibir que la panorámica parecía compuesta de retratos más pequeños. Se levantó y fue a su despacho, y sacó del cajón de su escritorio la lupa. Al aproximarla a la foto, confirmó que estaba compuesta de otras muchas, diminutas. Momentos congelados por una cámara. Algunos con ella. Otros con familiares, amigos, compañeros. Incluso autorretratos en los que él mismo sonreía, destilando felicidad.

Para su sorpresa, los pequeños recuadros empezaron a moverse sin sentido, y terminaron por combinarse de manera que el resultado era un paisaje de su adolescencia, la orilla de aquel lago donde pasó unas vacaciones de verano, y su sombra y otras muchas que no alcanzaba a identificar con precisión, pero que transmitían inequívocamente cariño.

No cambió el nombre a la fotografía. Y cada vez que la miraba, el mosaico había cambiado para seguir siendo “Amor”.


domingo, 4 de diciembre de 2016

LA RIOJA: COMARCA DE CAMEROS 1/4

     Desde el Monasterio de Valvanera vamos a seguir recorriendo La Rioja, adentrándonos en la Comarca de Cameros, una zona de sierra situada en la ladera norte del Sistema Ibérico, en el área geográfica conocida como La Rioja Alta, bordeando a veces el límite con la provincia de Soria, donde encontraremos un nutrido conjunto de hermosos pueblos rodeados de bello entorno natural, muy montañoso en algunos casos, que se ensalza más aún en primavera, cuando el color verde se apodera de todo y los arroyos y torrenteras fluyen abundante agua.

   Se divide Cameros en dos grandes valles: el del río Iregua y el del río Leza, cuyos cauces desembocan en el Ebro en las inmediaciones de Logroño. Solo Brieva de Cameros se encuentra fuera de este ámbito, en un valle distinto cuyos arroyos vierten al río Najerilla. Precisamente vamos a empezar el recorrido por esta localidad, la primera que encontramos viniendo de Valvanera, y situada en el fondo de un profundísimo valle.

     Rodeada de arroyos, el agua es el protagonista en Brieva, regando las abundantes huertas que trabajan con esmero los paisanos. El otro elemento característico son sus casas de piedra rojiza.

   Siguiendo la carretera hacia Ortigosa, empezamos a ganar altura hasta llegar a las inmediaciones del puerto del mismo nombre, donde tenemos unas preciosas vistas del valle con Brieva al fondo, y de todo el entorno montañoso.

     Llegamos a Ortigosa de Cameros, donde sus muchos encantos requieren una larga visita. Lo que primero llama la atención es la situación geográfica del pueblo, separado en dos partes por el espectacular barranco que forma el Arroyo de los Albercos, en cuya parte más profunda es atravesado por un viaducto de casi 100 metros de largo y 50 de altura, que une los dos barrios.

   El casco urbano cuenta con varias calles que discurren bajo las viviendas, abiertas por uno de los lados mediante soportales, algo habitual en zonas de climatología adversa, y las casas son de piedra vista o encaladas de blanco, con calles empedradas, conformando todo ello un precioso conjunto rural.

     Pero todavía nos aguarda aquí otro tesoro: las Cuevas de Ortigosa. Saliendo hacia Villanueva, junto a la ermita de Santa Lucía, veremos un puente de hierro y madera que cruza el cortado, y al otro lado la caseta de información de las cuevas. Dentro de las mismas disfrutaremos de hermosas estalactitas, estalagmitas y todo tipo de caprichosas formas que adopta la roca calcárea. Se componen de dos grutas: la de la Viña, de 114 metros de longitud, en la que se entra y se sale por la misma puerta, y la de la Paz, de 236 metros, en la que se entra por un lado y se sale por otro. Además de su belleza, tienen la particularidad de que hay tramos del recorrido muy estrechos en los que apenas cabe una persona. Conviene informarse de los horarios de visita antes de acudir a verlas.

SALUDOS

EL RURAL

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miércoles, 30 de noviembre de 2016

Después...


Después del desastre, que no fue más que la conclusión de una interminable sucesión de ambiciones, navegó durante muchas jornadas. La superficie del mar convertida en una planicie infinita, una pradera azul sin flores, que se teñía de aquella luz grisácea en los amaneceres y los atardeceres, como si eso también se lo hubieran robado. 
La monotonía. Un solo decorado, una sola escena de una misma obra en un solo acto, un monólogo constante, una salmodia, un rezo de rosario eterno.
Cuando los hombres calentaron la tierra y mataron al hielo, el agua se hizo dueña de todo, Le robaron los bosques y las montañas, los pájaros, los caminos, la arquitectura. Absurdo que la lluvia le quitase hasta los ríos, y se llevase las palabras, las sonrisas, los aromas.
Se exprimía los ojos buscando un horizonte, y no encontraba sino penumbras, caricias mortecinas de una luna velada y estrellas agotadas.
Soñaba con la arena de una playa solitaria y la sombra de un sauce, y el sonido de un viento de otoño que hacía volar las hojas secas, y la risa de una niña y la música de una guitarra lejana.
Y acaba despertando en mitad de una pesadilla en la que todo se cumplía, y el tiempo volvía atrás y las ambiciones reinaban de nuevo. Acababa por abrazarse solo. Y gritaba, recitando estrofas de poetas muertos y cantando canciones de amor.
Cuando divisó el acantilado, se echó a temblar.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Tercer Premio del IV Concurso de Relatos Hiperbreves ma non troppo "La Siguiente la Pago Yo"

Rosas rojas


Había fallecido en la madrugada. Avisados por el padre de la gravedad del estado de la madre, los hijos, un chico y dos chicas, llegaron desde diferentes puntos del mundo directamente al tanatorio. “Es el signo de estos tiempos”, comentó un allegado. “Hoy aquí y mañana allí”, prosiguió el susodicho sin que se supiera bien si se refería a los hijos o a la finada. “Con lo que cuesta criarlos”, interpretó, por lo bajini y con conocimiento de causa, un vecino de toda la vida. Una corona de flores, tu esposo y tus hijos no te olvidan, y un ramo de claveles blancos, tus amigas del chinchón te echarán de menos, amortiguaban sin estridencias el caoba del féretro. Un señor bajito, terno gris, camisa blanca y corbata morada, sorteó las condolencias con un par de docenas de rosas rojas amorosamente transportadas entre sus brazos. Ronroneos de celofán. Acompañado por las miradas de los presentes, las depositó con mimo y profesionalidad entre la corona y los claveles y salió de la habitación sin esperar propina y con aires de grandeza. Extrañados, los hijos miraron al padre que se limitó a encoger imperceptiblemente los hombros. La hija menor, el macho alfa de la familia, se acercó a las rosas, cogió con elegancia y discreción la tarjeta de rigor, y se la entregó a su padre. Olvidadas en casa las gafas de cerca y rodeado de los expectantes hijos, el progenitor extendió la cartulina hasta una distancia adecuada para que los cuatro pudieran leerla. “Que nos quiten lo bailao”, aparecía escrito negro sobre blanco con letra pulcra y caligráfica en el interior de un corazón primorosamente dibujado con un grueso trazo rojo. Padre e hijos se miraron desconcertados. La hija mayor, más pusilánime, soltó un jipío descontrolado, momento que fue aprovechado por una de las amigas del chinchón para acercarse consoladora y, de paso, enterarse del asunto. Abonada por esa intuición colectiva para las desgracias ajenas, la propagación al resto de los acompañantes fue instantánea. El paso de un ángel precedió a un murmullo de moscardones. “Quién lo iba a decir, si parecía que no había roto nunca un plato”, se oyó en uno de los extremos del recinto lo suficientemente alto como para que llegara a los oídos de la hija menor, quién se dirigió veloz hacia la zona decibélica con intención de romper una vajilla. Antes de conseguir su objetivo, el silencio se adueñó de la habitación ante una nueva entrada en escena del señor del traje gris. Con la mano derecha ligeramente extendida hacia delante realizó un slalom impecable hasta las rosas, las recogió con determinación, se adueñó de la tarjeta al pasar junto al atónito esposo y se disculpó: “Perdón. Me he equivocado de sala”. Y salió con la cabeza alta sin esperar respuesta, envuelto en un aroma de pétalos frescos. Al hijo, que hasta entonces había ejercido de estatua de sal, le pareció oír un suspiro que emergía del ataúd.
SANTIAGO VELASCO MAÍLLO

martes, 15 de noviembre de 2016

Segundo Premio del IV Concurso de Relatos Hiperbreves ma non troppo "La Siguiente la Pago Yo"

El último obstáculo


Se lo habían contado muchas veces. No era fácil. Estaba reservado a los mejores, no todos llegaban. El camino sería duro y a contracorriente. Todos habían recorrido el camino en una ocasión, hacía mucho tiempo, de niños. Sus recuerdos de aquello eran pocos y borrosos.

Ahora era distinto, había crecido. Ya no era aquel crio ridículo, de ojos desproporcionados, que envidiaba a sus congéneres mayores, con esos cuerpos imponentes, a los que las chicas miraban y sonreían con descaro.

Decidió que ya era hora de hacer el viaje, de demostrar quién era.

Sabía que estaba reservado a los mejores, no todos llegaban, solo aquellos que conseguían salvar todas las dificultades. Si lo conseguía no le negarían nada, y las hembras se volverían locas por estar 
con él. Sería el más grande, sin duda la gloria estaba esperándole.

Partió, seguro de sí mismo. Tenía las agallas suficientes. Nunca se dejaría llevar por la corriente, no caería en el desaliento ni cedería.

Y empezó el camino, primero acompañado por muchos, todos con el mismo afán. Parecía fácil, no tenían un gran esfuerzo que hacer, salvo ir pasando etapas y esquivando obstáculos.

Pronto empeoró la situación y el trabajo exigido fue mayor. La tendencia era ceder y dejarse arrastrar. Tuvo que emplearse con más ahínco. Algunos, doblegados por el esfuerzo, mostraban en sus ojos el pánico de comprender que su sueño había terminado. Por primera vez en su vida sintió miedo. Era terrible el vértigo del fracaso. Empezaba a sentirse realmente cansado, pero su objetivo se encontraba cada vez más cerca. No, no cedería, nunca, él no.

Y por fin llegó aquel soñado último obstáculo. Superarlo significaba el final, el éxito. Era inmensa la labor, pero el premio merecía el esfuerzo. Sería el primero en llegar.

Tomo un último bocado, respiró hondo, cerró los ojos un instante y lo encaró.

Saltó, se vio en el aire, no podía respirar, pero sería solo un segundo. Duraría el tiempo justo de superar la catarata. Sintió el calor del sol, los colores verdes del bosque y vio por última vez el azul del cielo. Cuando volviera a entrar en el agua del rio, sería grande entre los grandes. Entonces, algo frenó su trayectoria, y sintió espantado un inmenso dolor en su garganta. Tenía un extraño sabor aquella mosca, sabor a muerte y a final.

Aunque luchó por volver al río, al que creía haber vencido, algo tiraba de él hacia afuera. Mientras su conciencia se apagaba poco a poco, un extraño sonido lo envolvía todo:…”el Campanu, pesqué el Campanu!”... .

MARCOS MARTÍNEZ BORJA

lunes, 14 de noviembre de 2016

Primer Premio del IV Concurso de Relatos Hiperbreves ma non troppo "La Siguiente la Pago Yo"

Atocha 1918


Creo que soy expósito y no sé la edad que tengo, ejercí de soguilla en el embarcadero y en la glorieta, peleándome a diario con los mozos de cuerda y con los municipales, que me corrían a porrazos. Aunque renco, doy gracias por lo que me pasó en la estación de Mediodía.

Dormitaba una tarde en el andén, encima de un carretón, pues estaban en huelga los mozos, cuando un bastón se me clavó en el abdomen, un petimetre me miraba desde lo alto y me obligó a llevar un baúl enorme rematado en los bordes con metal. Al subirlo con la soga y por las prisas se me resbaló y me rompió la rodilla, sacándola de su sitio.

Mientras gritaba de dolor, el lechuguino me golpeaba con el bastón y me hubiera matado de no ser por la intervención de una monja que se interpuso y que con la ayuda de otra me llevaron al Hospital. El de los huesos me recompuso como pudo, me escayolaron y pasé a una nave enorme con un biombo alrededor.

Vino la monja con una palangana y se sentó a mi vera, era joven y guapa, con una toca alada blanca y que me sonreía. Empezó a quitarme la ropa y yo me resistía, me acarició, nadie lo había hecho antes, me dejé. Me pasó la esponja por todo el cuerpo, tuve una erección y ella se puso como un tomate, yo me tapé con la sábana.

Cuando pudo me llevó a un cuartucho del sótano, donde dormía y me enseñó a amar y a ser amado, aprendí a leer y a arreglar los cadáveres y así entré en la profesión. Durante dos años trabajé con un fotógrafo de Embajadores en la realización de fotografías postmorten y acudíamos a domicilios y creábamos situaciones normales como comer, leer con el muerto, si era niño, jugando y los familiares alrededor. Arreglaba los muertos del Hospital para su enterramiento. Con tantos fallecimientos por la gripe, esas fotos han pasado de moda.

El olor entra por la nariz, ojos y boca y te hace llorar, aunque lleves años haciendo lo mismo. Al abrir el arcón de mármol, la vaharada de formol te golpea la cara, te das la vuelta y coges el siguiente cadáver de la carretilla, que has traído del sótano del Hospital de Sabatini.

Están magros de carne, la epidemia de gripe deja a todos por igual y cuesta meterlos en la pila pues está a rebosar y se enganchan los miembros de unos con otros, empujo con las manos y a veces con el pie. No se quejarán los estudiantes del Colegio de Cirugía de San Carlos, hasta el año pasado, se peleaban por los restos y a veces había que trocearlos, los legales, procedentes de la justicia, pocos y los íntegros escasos.

Al embalsamar un cadáver reconocí al petimetre en él, el recuerdo me cegó, con el escalpelo le corté los genitales y forzándole la boca rompiéndole varios dientes se los introduje en ella y lo  devolví  al velatorio tal cual.

Cuando me llevaban los alguaciles, mi ángel alado lloraba en silencio.

ALEJANDRO POZO DE LA CÁMARA

jueves, 3 de noviembre de 2016

Fallo del Jurado del IV Concurso de Relatos Hiperbreves ma non troppo "La Siguiente la Pago Yo"

Reunido el Jurado del IV Concurso de Relatos Hiperbreves ma non troppo "La Siguiente la Pago Yo" en el Café Cósmico de Madrid, y tras violentas deliberaciones, al final, y una vez que la Policía y el SAMUR se han retirado, se ha llegado al siguiente fallo (o error):
Debido al gran nivel de los relatos presentados en esta edición, el Jurado ha decidido otorgar, además del premio establecido en las bases, dos premios más.
El Primer Premio del IV Concurso de Relatos Hiperbreves ma non troppo "La Siguiente la Pago Yo" es para el relato titulado "Atocha 1918", firmado por "Escafoides", y cuyo autor es Alejandro Pozo de la Cámara.
El Segundo Premio es para el relato titulado "El último obstáculo", firmado por "Hermano Lobo", cuyo autor es Marcos Martínez Borja.
Y el Tercer Premio es para el relato titulado "Rosas rojas", firmado por Jo Dido Eneas, y cuyo autor es Santiago Velasco Maíllo.

Agradecemos sinceramente a todos los participantes, por su generosidad por compartir los relatos, que publicaremos próximamente en el blog, y felicitamos a los ganadores.

Os recordamos que la entrega de premios será el día 11 de noviembre de 2016, en el Café Cósmico, C/ Juan de Austria, 25, de Madrid, donde os invitaremos a una cerveza, y trataremos de pasarlo bien.

Os esperamos.

martes, 1 de noviembre de 2016

Donde los escorpiones

Los casos que presenta Lorenzo Silva en sus novelas protagonizadas por Bevilacqua y Chamorro no son ni el asesinato de Rogelio Ackroyd ni el misterio del cuarto amarillo. No busquen un Poirot, ni un Marlowe. Pero por eso enganchan tanto. Como suele pasar a la pareja protagonista, se enfrentan a un crimen tan real como el contexto en el viven, la España actual, y actualizada con las vicisitudes de la época, como en este caso la misiones internacionales en las que participan las Fuerzas Armadas.
Más que el caso en sí, que también, lo más atrayente es ser testigo de la evolución personal de los protagonistas, de la visión de la vida que Vila retrata, entre fatalista y realista, con algunas pinceladas de optimismo, o más bien vitalismo, que hacen que cualquier ciudadano contemporáneo pueda verse retratado en parte en ese cuadro.
Esta vez la acción discurre en Afganistán, donde la Guardia Civil es requerida para resolver un asesinato acaecido en la zona en la que operan los efectivos del ejército español. Nadie como un narrador tan avezado para contar no solo el caso, sino para dar testimonio de las condiciones en que transcurre la vida en esas misiones, tan lejanas en distancia (y a menudo incomprendidas) como cotidianas para nuestras Fuerzas Armadas.
Que el Sr. Silva me perdone, porque no se pueden comparar estilos, y él tiene el suyo propio e inigualable, pero si me refiero solo a la dimensión creciente como escritor, y a su correa de transmisión, como son sus detectives, me atrevería a decir que es el Henning Mankell español, y que lo entienda como un halago, porque el sueco también retrata no solo un personaje, sino una sociedad a través de él, con igual (o mayor) maestría y destreza. Y como Mankell, Lorenzo Silva no solo escribe de sus detectives. Siento envidia de quien no haya leído “El nombre de los nuestros”, una novela maravillosa sobre la que no voy a decir más porque ya hablamos de ella en este blog (http://lasiguientelapagoyo.blogspot.com.es/2015/11/el-nombre-de-los-nuestros.html). Y me ratifico en todo lo que dije.
Por favor, compren sus libros, son baratos. Sobre todo pensando en lo que llevan dentro.

Donde los escorpiones
Lorenzo Silva
Ediciones Destino, 2016

352 páginas

lunes, 31 de octubre de 2016

Entrega de premios del IV Concurso de relatos hiperbreves ma non troppo “La siguiente la pago yo”

Tenemos el placer de comunicar que la entrega de premios del IV Concurso de relatos hiperbreves ma non troppo “La siguiente la pago yo” tendrá lugar el próximo viernes 11 de noviembre de 2016, a las 21:00, en el CAFÉ CÓSMICO, en la C/ Juan de Austria, 25, de Madrid. Como es habitual, todos los asistentes, que esperamos sean muchos, serán invitados a una cerveza.

Debido a recientes sucesos el fallo del jurado será publicado a lo largo de esta semana, probablemente el día 2 de noviembre.

Ademas aprovecharemos para presentar en exclusiva mundial el nuevo libro "La Siguiente TAMBIÉN la Pago yo".

Vamos, fiesta completa. No hace falta confirmar asistencia, solo ir allí y pasarlo bien.






martes, 25 de octubre de 2016

Gobernabilidad

"Yo pienso votar "No", porque no es no. Y luego votaré en blanco, como Pepiño. Y después votaré que sí mientras me abstengo y abandono el hemiciclo para rodear el Congreso. Empezaré el asedio ocupando la fábrica de Mahou en Guadalajara y luego ya, si eso, me iré acercando a la Carrera de San Jerónimo. Y me haré raeliano, porque está claro que los ovnis son los que han creado la vida en la Tierra en general y en la serranía de Albarracín en particular. Y porque estoy con Mariano cuando dice que los españoles son muy españoles y mucho españoles y que es el vecino el que elige al alcalde y el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde. Y si Pablo Iglesias quiere ser antitaurino, que empiece por cortarse la coleta. Que quede claro: lo mejor es que los parados se vayan a trabajar a Laponia y que Sergio Ramos se convierta en traductor del Ministro de Asuntos Exteriores. Se lo dije a Albert Rivera: vamos a pactar con Maduro y con el Sultán de Brunei, que lo importante es pactar, y no me apeo de ese burro.
No voy a hacer más declaraciones desde este mi retiro de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal.
No voy a responder preguntas. Muchas gracias."
Extracto de mi discurso de investidura, que ya se sabe, investidura lo que dura dura...

domingo, 23 de octubre de 2016

Tánatos...y Eros.

Tarde en el tanatorio. El ciclo de la vida tiene un final, necesario por otra parte. Será precisamente porque yo también me hago viejo, pero los muertos viejos me parecen como los Tercios Viejos, gentes que han combatido y caen con la dignidad de la batalla terminada. La muerte no es el final, dice el himno, que cobra sentido al ser cantado por los vivos. Los vivos son la supervivencia de los muertos, y así, nada me enorgullece más que escuchar que cada día me parezco más a mi padre.
La tristeza por perder a quien se ama no tiene cura, ni tratamiento, ni analgésicos que alivien la sintomatología. La tristeza y el dolor son dos platos que te tienes que comer sin más aliño que el silencio. Pero, serán las primaveras que ya he dejado atrás, los tanatorios me deprimen más por los vivos en los que sobreviven los muertos que por los muertos en sí mismos.
Y lo más desolador de la tarde ha sido ver rechazado por tres veces, en tres salas, al cura que acudía a prestar el auxilio espiritual. Ya he dicho muchas veces que soy como mínimo agnóstico, en un día de dudas, y ateo perdido todos los demás. Pero era terrible la compasión que despertaba el rostro de ese hombre que creía que podía ayudar ante cada negativa. Tres veces negado, como San Pedro. Había algo muy conmovedor en su mirada. Yo no le habría hecho sufrir así, sinceramente.

Pero, ya lo decía el personaje que interpretaba Richard Attenborough en “Parque Jurásico”, la vida se abre paso. Así que en lo que queda del día y mañana, y pasado mañana, y hasta que la muerte nos separe, vivamos. Somos la memoria de nuestros seres queridos. Honrémosles con la vida. 

miércoles, 19 de octubre de 2016

Curiosity


“En una sola célula, la longitud total del ADN alcanza los dos metros”. En una sola célula, comprimidos, hay dos metros de códigos químicos más que binarios, que determinan, de entrada, buena parte de lo que somos y lo que seremos. Un paquete de información definitoria de un porcentaje enorme de tu existencia. Heredada, pero vulnerable a alteraciones que transformarían nuestro propio todo en un todo diferente. Aunque ya lo decían los “Siniestro”, somos sólo fruto del azar.

Pero no quería escribir de esto, que, salvo a los creyentes de firmes convicciones, para los que todo sigue un plan diseñado por un ser superior, y no hablo de Florentino Pérez, acojona bastante. Lo que me impresiona es como un ser humano, con sus orejas, su hipoteca, un cuñado socio, pongamos por caso, del Borusia de Dortmund, uno o varios juanetes, un vecino o vecina que le pone, intolerancia a la lactosa y pasión por el cine en blanco y negro, es un decir, ha llegado, metido en un laboratorio lleno de probetas y de aparatos cuasiradiactivos, ataviado de blanca batilla y, presumiblemente, con gafas de culo de botella, a alcanzar ese conocimiento...

Bendita sea la curiosidad. Nos pone los pelos como escarpias el valor, las pieles gallináceas la solidaridad, los ojos arrasados en lágrimas la belleza, mariposas en el sistema digestivo la atracción, y así sucesivamente. Pero la curiosidad...Benditos esos viejos/as del visillo que contemplan el mundo preguntándose, como mi hijo el pequeño cuando era pequeño, en mitad de la provincia de Albacete usualmente, “¿cuándo llegamos?”. Y dónde. Y porqué.

Esa reiteración infantil del “¿Porqué?”. Y esa pasión por encontrar la respuesta, aún sabiendo, y si no lo sabe ese estudioso es que es un estudioso imprudente, que cada “Porque..” le llevará a otro”¿Porqué?”. Pero entre pregunta y pregunta, mayeútica socrática, el espíritu avanza hacia ese conocimiento que tiende a infinito.

Admirable. Un viaje sin destino en el que cada etapa es un viaje en sí mismo y cada posada es el principio del camino de la siguiente jornada. Y solo, o casi, por curiosidad. La curiosidad puede que matara al gato, pero eso permitió que descubriésemos que el gato, como algún presentador de la tele, tiene lo menos siete vidas.


No me hagáis mucho caso. Es la digestión de la judías pintas con arroz que hace mi madre.

jueves, 6 de octubre de 2016

Buscando...

Imposiciones. Exigencias. Nada especial. Pero un juego con doble rasero. Porque nadie fija las normas de antemano, con lo que las vulneraciones del código son a gusto del consumidor. Cotillas y chivatos, que buscan aliviar sus penurias penalizando a los demás. Envidiosos y tristes. Una pléyade de carroñeros en busca del tuétano de los huesos rotos. Los que inventan realidades y los que las ajustan a medida, de forma que el universo queda entallado en sus deseos. Y de tanto manosear los recuerdos, convierten lo que quisieran que hubiese sido en lo que fue, arma arrojadiza contra la que la razón no tiene defensa.

Palancas emocionales capaces de mover el mundo sin más punto de apoyo que el corazón de la víctima. Amenazas veladas, lágrimas de cocodrilo y daños colaterales. Tiempos terribles. Buscando un pretexto, buscando un conflicto, buscando un tesoro de cuento que saben que no existe. Pero siguen buscando. Aunque cada paletada de tierra que sacan les aleja del cofre y solo sirve para enterrar vivos a sus semejantes. Buscando.

miércoles, 24 de agosto de 2016

IV Concurso de relatos hiperbreves ma non troppo “La siguiente la pago yo”


Ante la coyuntura política española, el Brexit, la inminente subida del precio de la cerveza, etc., nos hemos dado cuenta de que no hay tiempo que perder, y hacemos la siguiente declaración:
LA SIGUIENTE LA PAGO YO convoca el IV Concurso de relatos hiperbreves ma non troppo “La siguiente la pago yo”, de acuerdo a las siguientes bases:

1. Un año más, LA SIGUIENTE LA PAGO YO reivindica el relato hiperbreve ma non troppo, del que es inventor y patrocinador mundial, como uno de los géneros literarios del futuro. El presente no está claro, pero de eso ya nos ocuparemos.

2. En este Concurso podrán participar todos los juntaletras (y juntaletros) del planeta Tierra que hayan cumplido 18 añazos el día en que se cierre el plazo de presentación de relatos. No importa su nacionalidad, religión, afiliación, talla o sexo; incluso los que no lo practiquen nada pueden presentarse. Nos gustaría que los que se presenten se hicieran seguidores de nuestro blog (http://lasiguientelapagoyo.blogspot.com/), y nuestras cuentas de Facebook y Twitter. Pero ni siquiera eso es obligatorio.

3. Los relatos han de ser inéditos (véase definición de la RAE), o sea, que no hayan salido en ningún medio, incluidos revistas, blogs, hojas parroquiales, fanzines o vídeos de youtubers. Y deben ser escritos en la lengua materna de García Márquez, o sea, el castellano. Ya nos gustaría aceptar obras en los idiomas del futuro, como el chino, el inglés o el sánscrito, pero somos limitados, no damos para más.

4. Tampoco se pueden presentar los relatos que están ya concursando en otros certámenes literarios de modo simultáneo. Eso está muy feo. Si quieren participar en “Chinchilla Shore y Viceversa”, es cosa suya.

5. El tema de los relatos es como el Sol cuando amanece. O sea, libre.

6. Los relatos se presentarán escritos a ordenador en un formato editable (programa Microsoft Word, o similar. Nada de pdf), con la siguiente configuración: fuente Times New Roman, tamaño 12, interlineado sencillo, márgenes de páginas 2,5 (los cuatro). Está muy claro. Y no es manía, es que luego gestionar los relatos en mil formatos es difícil, así que los que no lleguen así, con todo nuestro pesar, serán excluidos.

7. Como corresponde a los relatos hiperbreves ma non troppo, su extensión no será mayor de 33 líneas. Por favor, no hagan truquitos como alargar los márgenes, que les pillaremos igual.

8. Se rechazarán los textos con contenido racista, xenófobo, discriminatorio o insultante, porque solo faltaría. Por favor.

9. Cada participante podrá enviar un solo relato. Si tienen más, no se preocupen, hay un montón de concursos, aunque no tengan nuestro prestigio.

10. Los relatos se presentarán firmados con un pseudónimo, como por ejemplo “Tertuliano enamorado”, “Garganta profunda” o el que de las mentes calenturientas de autores o autoras surjan.

11. Atiendan, que esto es muy importante: el relato se enviará en UN correo electrónico, que llevará DOS ficheros adjuntos. El primer fichero contendrá el relato, y llevará como nombre el título del mismo. El segundo fichero contendrá los datos personales del autor (título del relato, pseudónimo, nombre y apellidos, teléfono de contacto, correo electrónico) y llevará como nombre el título del relato, más las palabras “datos personales”. La dirección a la que deben enviarse es hiperbreveslasiguientelapagoyo@gmail.com. En el asunto deberá figurar el texto “IV concurso de relatos hiperbreves ma non troppo”.

12. Si alguien pone su nombre, apellido u otra seña de identificación en el relato, o en el mensaje de correo electrónico (que no sea la propia dirección), nos veremos en la penosa obligación de rechazarlo. Ah, y por favor, no nos manden curricula, méritos o biografías. Respetamos y admiramos a todo el mundo, pero preferimos que el jurado no se impresione por sus hazañas.

13. Los relatos podrán enviarse hasta las 23:57 (hora peninsular española) del domingo, 9 de octubre de 2016.

14. Se concederá un premio, consistente en un lector de libros electrónico, por cortesía de nuestro patrocinador de este año, la EDITORIAL CÍRCULO ROJO, que ha publicado hasta el momento todos los libros de La Siguiente la Pago Yo. Es una excelente editorial, seria y limpia, y a precios muy ventajosos. El premio no puede ser canjeado por su precio en metálico. Como en anteriores ediciones, todos los concursantes recibirán, el diplomo (con “o”) personalizado por su participación, que va camino de ser un objeto de coleccionista.

15. El jurado que otorgue los premios estará compuesto por los gestores del blog “La siguiente la pago yo”, si es que siguen en libertad (aunque sea condicional). El fallo o error se hará público el día 31 de octubre de 2016, a través del propio blog (http://lasiguientelapagoyo.blogspot.com/), así como facebook y twitter.

16. La entrega de los premios se realizará en fecha a confirmar, pero lo que es seguro es que habrá cerveza y risas, como ha sido hasta ahora.

17. El concurso no puede quedar desierto, porque para eso no lo convocamos.

18. Los relatos concursantes podrán ser publicados en el blog “La siguiente la pago yo”, de gran difusión universal y cósmica, si nos da tiempo. En caso de que los autores no indiquen otra cosa, aparecerán firmados con el pseudónimo.

19. LA SIGUIENTE LA PAGO YO no conservará ningún derecho sobre los relatos presentados ni premiados, perteneciendo estos a sus autores, que pueden hacer con ellos lo que les pase por el mismo.

20. Al participar, los autores aceptan expresamente estas bases. Cualquier incumplimiento de las mismas acarreará la exclusión del concurso. Y eso es molesto, así que cumplan, por favor.

21. Como ya les hemos dicho antes, les exhortamos a que se adhieran al blog a través del mismo o de facebook o twitter, y a que se animen a escribir en el blog cuando quieran. Los contenidos pueden enviarlos a la dirección arriba citada.

22. Chimpón.


Madrid, España (que nadie se ofenda), 24 de agosto de 2016.

viernes, 19 de agosto de 2016

Complejos


Me apasionan las personas complejas. Me apasionan y me agotan, también es verdad. Son los que han comido del fruto del árbol de la sabiduría, asesorados por una serpiente imagino que adscrita a algún colegio profesional. Robada la fruta, decía el Génesis que descubrían la vergüenza, cosa previsible, que el conocimiento de lo que somos y, sobre todo, de lo somos capaces de ser, ruboriza al más desalmado.
Como castigo, otro postre, esta vez del árbol de la vida, que te condena a la conciencia de la muerte. Me parece poca pena para tanto delito, que lleva implícito el beneficio penitenciario de la redención del miedo, porque puestos a morir, mejor vivamos.
Pero decía Zaratustra que “quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo, que cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”. Y eso sí que duele.Y así ves retorcerse a los más brillantes en brazos de un relativismo criminal, perdida toda inocencia, asustados ante las dimensiones de sus propias dudas y acosados por la insoportable levedad del ser, que diría Kundera.
Para evitarlo, aconsejo tirar del botiquín del alma. Con efecto analgésico y antinflamatorio, tienes el frasco de la belleza, las grageas de la frivolidad, el jarabe del absurdo, las cápsulas de la risa y las pastillas del amor. Combina los principios activos, adminístrate las dosis que necesites y no dudes en consultar a tu farmacéutico. Curar, no curan. Pero como paliativo son inmejorables.
Buenas noches, personas complejas, desde el noveno de los círculos. Se equivocaba Dante, porque el infierno es más como un serpentín, o como el rombo eterno cuya cinta gira siempre para devolverte a la misma cara. Transitado el ciclo completo de curvas, vuelves a la casilla de salida, el cielo, eso sí, sin cobrar las veinte mil pesetas que prometía el Monopoly.



viernes, 12 de agosto de 2016

Buscaba un bar

Buscaba un bar. Como un preso busca la libertad o un pirata un tesoro enterrado. Alcohol y música. Nada más. Cuando te pierdes, lo mejor es intentar encontrar un punto fijo donde recuperar la orientación. Y descansar. Por eso buscaba un bar. Lo buscaba como un moscardón en la penumbra busca la luz. Se sentía como eso precisamente.

Pasó del sol lánguido de diciembre a una sombra cálida. Un vistazo al bar. Una barra larga. Madera oscura. Gran reserva.

Era un tiempo en que las novelas de intriga eran novelas de amor con muerto, en que nada quedaba del Padre Brown ni de Hércules Poirot, en que los crímenes eran tan groseros en la literatura y el cine como en la realidad. Los agentes secretos eran mercenarios de una empresa norteamericana y los llamaban contratistas, un guiso sabroso era un pegote de masa indefinible en el centro de un plato como el albero de Las Ventas y ser persona de bien se reducía a llevar un polo con un anagrama de prestigio en el lateral izquierdo.

El camarero era un muchacho rubio, sin duda británico, con el pelo revuelto y aire despistado. Le habló en castellano, reconociendo sin duda por lo cetrino de su piel el origen autóctono del cliente. Pidió una pinta de rubia. En copa helada.

Desde la vidriera policromada, Heany, Seamus de nombre, como el gran Peter O'Toole que bebía whisky en compañía de una Duquesa en Sevilla, le miraba con expresión distraída. Le envió un brindis casi imperceptible. Tampoco hay motivo para más celebraciones con un poeta.

En el taburete de al lado, otro hombre seducía a otra cerveza. Tan rubia y tan helada como la suya. Por un instante, un pulso entre sus miradas. La de la experiencia contra la de la juventud. Ojos de caimán contra ojos de toro. Nadie en su sano juicio se atrevería a apostar.


domingo, 17 de julio de 2016

LA RIOJA: MONASTERIO DE VALVANERA

     En esta ocasión, en vez de hacer un recorrido por una determinada sierra o comarca, vamos a centrarnos en un lugar concreto que por sí solo merece una visita pausada.
   
     Nos situamos en la parte suroccidental de La Rioja, en la Sierra de la Demanda, concretamente en el Monasterio de Nuestra Señora de Valvanera, ubicado en el barranco del río del mismo nombre, afluente del Najerilla, que a su vez desembocará en el Ebro en Nájera.

     Precisamente desde esta localidad parte la carretera LR-113 hacia Anguiano, y pasado este pueblo sale la pista asfaltada que en 5 kmts. nos deja en el Monasterio. También se puede llegar desde Salas de los Infantes en la provincia de Burgos.
   
     Según nos acercamos al monasterio ya nos vamos dando cuenta de que se encuentra en un lugar de belleza natural extraordinaria. Una vez en el parkin, veremos un alargado mirador que se asoma al barranco del río, desde el cual tenemos unas excelentes vistas de todo este entorno montañoso cubierto de frondosos bosques de arbolado diverso.

     Y una vez puesto en funcionamiento el de la vista, vamos a disfrutar también de otros dos sentidos: el del oído, ya que solo escucharemos el canto de los pájaros, el sonido de las hojas de los árboles al moverlas el viento, y el rumor de las aguas del río al fondo del barranco, conformando todo ello una agradable sinfonía auditiva; y el del olfato, con un sinfín de aromas naturales que nos invitarán a realizar frecuentes respiraciones profundas.
 
     Tras esta maravillosa bienvenida, volvemos la mirada hacia el propio monasterio, gran edificio de piedra rojiza en cuya fachada, encima de la portada gótica, presenta un enorme medallón esculpido con la imagen de la Virgen.

     Por otra puerta más sencilla accedemos al interior de la iglesia, toda de piedra vista, y vemos en el altar la imagen de Ntra. Sra. de Valvanera, patrona de La Rioja. Subimos a su camarín para contemplarla de cerca, y observamos que se trata de una bella imagen policromada situada en el interior de un tronco de roble, haciendo referencia a cómo fue encontrada en el lugar que hoy ocupa la ermita del Cristo, junto al parkin, donde fue primeramente venerada.
   
     Después de salir de la iglesia, por un túnel de arcos apuntados en línea y en lateral haciendo de mirador hacia el barranco, accedemos a la hospedería, el restaurante y el bar, contando todos ellos con hermosas vistas. Paseando por las instalaciones del monasterio y por los alrededores se me ha acabado haciendo tarde, y además quiero estar por aquí algún día más, por lo que cojo habitación.

     Hacer noche en Valvanera no es lo mismo que pernoctar en cualquier otro lado. Cuando la oscuridad se ha apoderado del valle, el silencio lo inunda todo, solo roto por el canto de los búhos. Abro la ventana de la habitación y escucho el ulular de uno de ellos en algún árbol cercano, y cómo le contesta otro desde el lado opuesto del barranco, y me pregunto qué se estarán comunicando entre ellos. Esta "conversación" y el constante rumor del río Valvanera son sonidos relajantes que hacen que el sueño me conquiste. Cierro la ventana y me acuesto. El silencio es absoluto. Me duermo enseguida...
   
     A la mañana siguiente lo que se tercia es hacer una ruta de senderismo de las muchas que por aquí se pueden llevar a cabo. Voy a recomendar una corta, preciosa, de 4,5 kmts., circular, de dificultad baja, muy apropiada para realizar en familia. Parte de la fuente que hay junto al bar, donde hay un cartel explicativo sobre el recorrido que vamos a realizar. Está bien señalizada con brochazos blancos y morados y se puede hacer incluso en días calurosos, ya que casi todo el trayecto discurre por zona de sombra, y el frescor que desprende la frondosa vegetación y los abundantes arroyos aliviarán el esfuerzo.
   
     Tras una corta subida y nada más pasar junto a una caseta de los guardas forestales, entramos en una pista de tierra que enseguida abandonamos para continuar por una vereda que nos introduce de lleno en el bosque. A partir de aquí, todo es umbría y frondosidad, pero la senda está siempre visible y señalizada. Según descendemos hacia el río en suave bajada, iremos cruzando varios puentes de piedra que atraviesan pequeños barrancos formados por arroyos afluentes del Valvanera. Ahora pasamos por robledal, otras veces por encinar de montaña y otras por pinar, y se van sucediendo los arroyos con sus pequeñas cascadas y sifones, y en las zonas en que la senda bordea terraplenes, hay barandillas protectoras de madera. Todo ello hace que el recorrido sea un disfrute permanente.
 
     Seguimos bajando y el rumor del río Valvanera cada vez se va haciendo más patente, hasta que llegamos a su cauce justo a la altura de una pequeña presa, que cruzamos por una pasarela metálica. Desde la otra orilla veremos los dos desagues de la misma formando sendas cascadas.

     Ahora la senda va siempre cerca del río aguas abajo, recorriendo principalmente bosque de hayas. Nos llamará la atención que las rocas están cubiertas de musgo, señal de que esta ladera apunta hacia el norte.

      Seguiremos cruzando infinidad de arroyos, pequeños pero muy caudalosos en primavera, hasta llegar a una zona en la que también vadearemos el río Valvanera en varias ocasiones a través de rústicas pasarelas de madera, habiendo por aquí varias áreas recreativas con merenderos.

     Abandonamos ahora la vera del río para coger la pista forestal que en suave y corta subida nos deja en el punto de partida de la ruta, junto al monasterio, y tras refrescarnos en la fuente, toca descansar sentándose en un banco junto al mirador.

     Mirando las vistas una vez más, recuerdo lo vivido con una sonrisa de oreja a oreja, pensando en que desde aquí se entra a la cercana Comarca de Cameros en La Rioja Alta.



     SALUDOS

EL RURAL



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