sábado, 25 de mayo de 2013

Contra el destino


- Le diré su futuro, si lo quiere aceptar o no, ya es su problema. Mire que le tengo dos noticias, una buena y una mala ¿cuál quiere primero?, decía la adivina a aquel hombre.
-Es que yo no creo en esas cosas de predecir el futuro, contestaba el señor.
-Está bien, le diré la buena primero, interrumpió rápidamente la adivina.
Será muy famoso,  de los más importantes en todo el mundo.
-¿Y la mala?, preguntó él.
-Que eso sucederá después de su muerte, contestó ella.
-Ya ve como son puras mentiras; ¿cómo me voy a enterar de mi fama?, replicó riéndose el señor, que empezaba a tomarlo a burla.
-No es mentira; usted no deje de pintar, porque sus cuadros valdrán millones, dijo ella.
-Ah, ¿si?, ¿y para quién van a ser esos millones?, le preguntaba sarcásticamente.
-Para la persona que menos se lo merece y más odia, le contestó con mirada enigmática.
A lo que  rápidamente él respondió: -¡a mi mujer!.
-No, a su suegra ,aclaró ella.
-¿Me voy a morir antes que mi suegra?.
-Sí, en un accidente automovilístico, junto con su esposa y su hijo.
-¿Qué?; usted está loca . Me voy a donde nunca la vuelva a escuchar, gritó enojado.
-Pues ya me escuchó, y págueme, le respondió ella.
-¡Qué le voy a estar pagando por escuchar la mala suerte que me está deseando!, indignado movía la cabeza de un lado y al otro.
-Pero va a ser muy famoso.
-No gracias, para mantener a mi suegra en la riqueza; me niego al deplorable destino que me quiere deparar.
-Está bien, si me paga le digo la solución.
-¡Qué horrible forma de sacar el dinero tiene usted!, ¿cuánto va a querer que le de?.
-Lo que sea su voluntad.
-Mire, si me dice otra tontería le doy unas moneditas de esas que ya ni sirven, pero si me dice algo interesante le consigo un empleo.
-Quédese con sus moneditas y su empleo. Yo le voy a decir la forma en que puede trasgredir su destino, es más, hasta le voy a desear mucha suerte también, claro, siempre y cuando nunca olvide que: “LA CONSTANCIA ES MÁS FUERTE QUE  EL DESTINO”.

Citlali Beatriz Medina Sansón

viernes, 24 de mayo de 2013

El paquete


La culpa fue de San Antonio. Cuando sonó el timbre y abrí la puerta allí estaba. Con la aureola pegada a su calva coronilla y  el niño Jesús en el regazo con la bola del mundo en la mano. Traía un paquete para mí. Qué sorpresa. Nunca había recibido ningún paquete a mi nombre, menos sin contra rembolso. Solo tenía que firmar la entrega y listo. Era el regalo de mi cumpleaños. ¿Pero si es para la semana que viene? -No insista señorita,  es un encargo especial-, me contestó el sonriente santo.
 Cuando lo abrí, era mi media naranja. Sí, ésa que esperas toda la vida y cuando estás cansada de buscarla te das cuenta de que es una invención de la telebasura. Pues ésa traía el santo. En un sobre aparte venían las indicaciones: “Regarlo y mimarlo todos los días. En un mes estará listo para ser utilizado. Suerte”. P.D: no se admiten devoluciones por mal uso del objeto, salvo defecto de fabricación.   Pues pronto me puse a la tarea de encontrarle el mejor sitio de la casa. En el salón, al lado de la cristalera, mirando al infinito, para que hiciese bien la fotosíntesis, no sea que me saliese albino.  Lo regué con mucho amor durante una buena temporada, pero la  media naranja no daba sus frutos. Llegaba a casa cansada después de trabajar y charlaba con él mientras fregaba los platos. De cómo me había ido el día, de la subida del IVA, del gas, de la luz... Vamos un poco de conversación. Pero nada, ni se inmutaba. Aquello no iba bien. Leí otra vez las instrucciones, por si me había olvidado alguna conexión, pero estaba todo perfecto. El abono, el riego, el cambio de tierra. En fin, algo fallaba. ¿A ver si iba ser un defecto de fabricación?
Han pasado veinte años, y estoy como al principio. Nunca logré utilizarlo. ¿A quién le reclamo ahora? Ni siquiera logré devolverlo. El paquete no traía remitente. Maldito San Antonio. Si me dejara buscar a mí.

Cuquita

jueves, 23 de mayo de 2013

Hoy, como servir... sopa con cabello de ángel


Cuando sirva la sopa con cabello de ángel no olvide sacar al exorcista, porque si se deja dentro puede agriar el caldo.

Antonio Serrano Fontana

miércoles, 22 de mayo de 2013

La jaula de los copulápteros


Soy un hombre fiel; siempre lo he sido. Vivo con mi mujer y mis dos hijas gemelas en una casa modesta de la ciudad que pago mes a mes con el sueldo que gano en la oficina. Cuando salgo del trabajo, antes de regresar a casa, me gusta pasar por el zoo. Mi especie favorita son los copulápteros, unos primates de la familia de los monoides que se caracterizan por andar siempre con una sonrisa del tamaño de un puño humano. Es una fortuna  que nuestro zoo tenga estos ejemplares, porque se trata de unos animales muy difíciles de encontrar en el mundo y que, a pesar de su singularidad, no le interesan a nadie.
Los copulápteros son unos monos muy pequeños de pelo corto marrón y carnes delgadas, de ahí que les resalte tanto la sonrisa roja de boca abierta tan grande. Contrastándola, así como tienen una capacidad de griterío sorprendente, sus orejas son apenas unos agujeritos muy pequeños. Entre ellos, la mirada grande, curva, luminosa y vibrante les hace conjunto con la sonrisa. Tres curiosidades resaltan en ellos: el enorme tamaño de sus zarpas y colas y, en los varones, el de su miembro viril.
A pesar de que normalmente la gente no aguanta mucho, y a sabiendas de que luego mi mujer se enfadará por haber vuelto tan tarde, soy capaz de pasarme horas frente a la jaula de los copulápteros escuchando sus ruidos y contemplando sus jaleos. Su complexión ligera les proporciona la flexibilidad y agilidad necesarias para pasarse todo el día saltando de un lado a otro y haciendo resonar la jaula. Eso, combinado con su enorme bocaza, suele ahuyentar a los visitantes del zoo, y por ello la mayoría de zoos los rechazan. Sin embargo, hay otra cuestión que aleja a las familias de interesarse por estos animales: se pasan el día copulando. No en parejas establecidas, sino a lo loco, en dúo o en grupo, con sexos diferentes o con los mismos. Copulan insaciablemente y con energía nunca menguante; de hecho, la mayoría de los saltos que efectúan por la jaula suceden con intenciones penetrantes, pues los copulápteros atacan a menudo de improviso e inician sus relaciones en condiciones que podrían ser consideradas de violación. Generalmente esto no afecta en negativo al humor de la copuláptera o copuláptero penetrado en cuestión, aunque a veces el descontrol del copuláptero sobre su cola o sus garras, en efectuar el salto, termina por dañar a la pareja, con lo que no es extraño encontrar peleas violentísimas entre ellos que apenas los cuidadores son capaces de apaciguar, mientras otros a su lado copulan y miran y ríen. Incluso cuando pelean parecen divertirse enormemente.
Esta curiosa combinación de violencia y sexo descontrolado, juntamente con su inseparable estruendo y esa sonrisa suya que parece burlarse de cuantos miran, es lo que genera el gran rechazo de la sociedad sobre los copulápteros. Yo, sin embargo, cada vez que vengo a verlos no puedo evitar quedarme fascinado, y así paso las tardes mirándolos silencioso a través de su jaula. Hasta que finalmente, y como siempre, llega el guarda y me recuerda que el zoo ha de cerrar; y entonces me recojo y vuelvo a casa con mi mujer y mis hijas, y, por alguna razón que aún no he logrado identificar, me siento melancólico.

Raül Martínez

martes, 21 de mayo de 2013

Fantasía


La dulce princesa manchó sus zapatos con el musgo del pantano, el olor al agua estancada se mezcló con el perfume de su cabello. La emoción la invadió, sus ojos al fin veían eso que antes solo en cuentos oía. Todo estaba allí, el sauce roto, los mosquitos, el verde brillante, opaco, oscuro y claro al mismo tiempo, todo, pero algo faltaba. Al fin lo vio, sobre una roca.
-Hola mi amado- le dijo al sapo- Tanto he soñado este momento. Luego de permanecer tantos años atrapada en esa torre, al fin te encuentro-
El sapo se limitó a croar y mirarla indiferente. La princesa lo tomó entre sus manos.
-Ahora ya no serás  un sueño, te amo mi príncipe, siempre te he amado- le susurró la mujer besándolo con delicadeza en la boca-
La policía encontró el cuerpo de la fugitiva del manicomio tendido en el pantano, los estudios revelaron que había muerto por alguna toxina típica de las ranas de la zona. Nadie pudo nunca explicar las huellas de pies humanos, que nacían en el barro al lado del cadáver y se perdían en el asfalto de la calle.

Midas

lunes, 20 de mayo de 2013

Y llovía


Y llovía. Lluvia. Pequeñas gotas de agua golpeando mi cristal. Y yo seguía allí sentado, esperando. Esperando pero sin saber bien a qué. Las gotas de agua seguían rebotando contra el cristal, pero yo parecía ajeno a todo ello. No tenían ningún tipo de importancia para mí.
Aquella fría sala rebosaba sentimientos. Lámparas tristes. Sofás apenados. La moqueta parecía ser la única feliz exceptuando la cama. La cama, ¿qué decir de la cama? La cama me miraba. Yo la miraba a ella. No hacía falta que hablásemos, pero nos entendíamos a la perfección. Fuego. Pieles ardientes en caricias, roces, sexo. Con sólo mirarla podía ver mujeres que ya se habían ido. Otras que no habían llegado aún. Podría decirse que la habitación conseguía mantenerse viva con los recuerdos de las cosas que habían pasado allí. Pero todos estábamos cansados. Yo el que más.
Es por eso que abrí el cajón de la cómoda. Estaba justo a mi derecha. A la derecha de esa butaca bipolar en la que estaba sentado. Pude oír un chirrido al abrirlo; sus quejas no me impidieron coger la pistola y hacerlo. Yo era el causante de aquel sufrimiento en la estancia. Quería acabar.
Tras el ensordecedor ruido del disparo sólo pudieron escucharse otra vez las gotas de lluvia resbalando en la ventana. Mi sangre siendo absorbida por la moqueta.
Y llovía.

Rodrigo Juez Moral

domingo, 19 de mayo de 2013

Teruel existe 3/3

    Pero no debemos abandonar estas tierras sin visitar la capital, Teruel, una ciudad que nos sorprenderá gratamente por sus muchos encantos.

Torre de San Martín
     Para empezar hay que decir que las torres mudéjares de Teruel son Patrimonio de la Humanidad. Se refiere a la Torre de San Martín, la del Salvador, las torres de la catedral y la de la iglesia de San Pedro.

     Las de San Martín y El Salvador son muy similares, de extraordinaria belleza, con abundancia de elementos decorativos, muchos de cerámica de distintos colores. La segunda se puede visitar y subir hasta el campanario, desde donde tenemos excelentes vistas de toda la ciudad y las sierras colindantes.

  
Catedral
Magníficas también son las torres y cimborrio de la catedral, a la que debemos acceder de manera inexcusable para asombrarnos con la belleza incomparable de su techumbre interior, un artesonado policromado que podremos observar muy de cerca subiendo a las pasarelas que hay en la parte alta del templo. Al lado de éste se encuentra el bonito ayuntamiento.

     Nos faltaría la torre de la iglesia fortificada de San Pedro, a la que también se puede subir haciendo la visita al interior del templo, que es de gran belleza, cuya parte alta también se puede recorrer por el adarve, lo que nos indica su antigua función defensiva.

    
Mausoleo de los Amantes
Anexo a esta iglesia se encuentra el Mausoleo de los Amantes, donde se encuentra la extraordinaria escultura-sepulcro de Juan de Ávalos, que representa a la pareja intentando unir sus manos, pero sin llegar a conseguirlo, en línea con los hechos documentados en el medievo, sobre los que nos dará más detalles la exposición que hay en la sala. Al observar la escultura, no olvidemos levantar la mirada para contemplar la preciosa cúpula que corona el espacio.

  
Plaza del Torico
La ciudad cuenta con otros lugares de interés, como la Plaza de San Juan, llena de edificios públicos de estilo mudéjar; el Museo Provincial, ubicado en un antiguo palacete de hermosa galería porticada en su planta superior; un tramo largo de acueducto del siglo XVI bien conservado; algunos paños y torres de la antigua muralla; o la Plaza del Torico, bonita y siempre animada, en el centro de la que hay una alta columna sobre la que se asienta una pequeña imagen del símbolo de la ciudad, un toro.

     Junto a la estación de tren, no nos perdamos la escalinata que sube a la parte antigua de la ciudad, de increíble belleza, y que ya ha recibido varios premios de arquitectura.

    
Escalinata
Y ya que estamos en la parte baja de la ciudad, se antoja un paseo por las verdes, arboladas y arregladas riberas del río Turia, que adopta este nombre desde que a la entrada de la misma confluyen el Guadalaviar y el Alfambra, denominación que ya no perderá hasta su desembocadura en Valencia en el mar Mediterráneo.

     Para terminar, a las afueras de Teruel se encuentra Dinópolis, un parque temático sobre el mundo de los dinosaurios, que hará las delicias de niños y mayores.

     Hasta aquí nuestro recorrido por estas tierras. Como pueden ver, Teruel existe, y además tiene una existencia maravillosa.

     Un saludo y hasta la próxima.

EL RURAL
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