viernes, 11 de febrero de 2011

Carrera de Navidad de Cercedilla

Ya se que estamos en febrero de 2011, y que la Navidad nos queda un poco lejos, pero queria tratar en esta entrada cómo se puede conjugar la naturaleza y el deporte. Comenzare por deciros que me gusta salir a correr de vez en cuando, dos o tres veces a la semana, una media hora o tres cuartos, para que más, ya no estamos para tirar cohetes a estas edades. También me atrae, cuando tercia, subir alguna montaña, o hacer alguna marcha de senderismo por la sierra de Madrid. Hace tiempo pensé como podría hacer la dos actividades conjuntamente, y así surgió la idea de apuntarme a alguna carrera de montaña.

El pasado 19 de diciembre de 2010 se celebró por séptimo año consecutivo la Carrera de Navidad de Cercedilla, la podríamos clasificar como una carrera popular de montaña.

De montaña porque su recorrido discurre por los montes que rodean Cercedilla, y popular porque hay una participación importante de corredores. Si tenemos en cuenta que en una carrera por montaña la afluencia es alrededor de 250 – 300 participantes, en esta competición asistieron 2.000 atletas.


El recorrido tiene una longitud de 10.200 metros, comenzando y finalizando en la plaza del ayuntamiento. La mayor parte de la carrera se realiza por pistas forestales y senderos, en esta ocasión había bastantes placas de hielos en los primeros kilómetros, lo que hacia mas entretenido el avance por la montaña. Hacia la mitad del circuito había que vadear un río, en este punto asistimos a las dos técnicas mas depuradas que se emplean para este tipo de circunstancias: tenemos el grupo que tira de frente como si nada, mojándose hasta las rodillas con el agua fresquita de los arroyos de montaña en pleno mes de diciembre; y el segundo grupo, los que aminoran la marcha, miran hacia ambos lados, y buscan detenidamente por donde puede cruzar saltando de piedra en piedra, o a través de ramas sin que le salpique una gota.

Es una carrera toda ella con un ambiente festivo, prenavideño, en la que en ningún momento te sientes solo, recibiendo una calida acogida a la llegada de nuevo al pueblo donde te espera la bolsa del corredor correspondiente (camiseta, frutas, refresco, alguna revista,...).

Para aquellos que les guste correr y nunca han participado en una carrera de montaña esta es la competición ideal.



El recorrido ha sido el que os dejo en este plano.


Este es el perfil de la carrera, no intentéis buscar donde esta la parte llana porque no existe.


Circuito paso a paso.

El hombre que fue Jueves


Chesterton es uno de los padres del género negro, a través de su personaje estrella, el Padre Brown (ya hablaremos de él muy pronto), que da nombre en parte a esta sección. Sin embargo, no solo de Padre Brown vivió Don G.K., sino que fue un escritor tremendamente prolífico, y una de sus obras más importantes es El hombre que fue jueves. Más que negra, es una novela “gris oscura”, puesto que el crimen no es su hilo conductor, pero sí domina la actuación policial en la inmersión en el mundo de los anarquistas que pretender subvertir el orden establecido.
Prosa impecable, como siempre en él, para adentrarse en un ambiente tan atractivo como una sociedad secreta, donde nadie parece ser quien realmente es. Imprescindible.

El hombre que fue Jueves – G. K. Chesterton
Valdemar Ediciones. Colección El club Diógenes, 2009. 300 páginas.

El prospecto

El prospecto.

Me he levantado un poco congestionado. Ayer salí a correr, y ya me dijo mi mujer que a seis bajo cero es preferible abrigarse, pero por ese prurito de orgullo macho, opté por una camiseta de nylon sin mangas y unos minishorts de ganchillo beige que me hizo mi madre, de los que marcan las cachitas del pompis. Llegué a casa tiritando y con una acentuada tonalidad azulada, que contrastaba con el aspecto de gominolas de fresa que tenían los pezones y los lóbulos de las orejas, y solo después de una hora bajo el agua caliente de la ducha, tres tisanas cociendo y dos mantas eléctricas a pleno rendimiento conseguí dejar de temblar.

Así que me he ido a la farmacia y le he pedido a Crisóstoma, la farmacéutica, algo para el enfriamiento. Me ha dado unas pastillas que se llaman “Catarrón Absolut Quetecags”, en envase de novecientas cincuenta unidades. Menos mal que llevaba el carro de la compra, que si no tengo que coger un taxi para  recorrer los trescientos metros que separan la farmacia de mi casa.

Como Crisóstoma se rompió la mandíbula el día de su boda, al intentar su marido atravesar el umbral de su nueva casa con ella en brazos  (Crisóstoma no da en báscula  menos de diez arrobas en canal), vocaliza muy mal y no se le entiende nada. No he llegado a entender si tengo que tomar ocho pastillas cada hora o una pastilla cada ocho horas. Voy haciendo el cálculo mental: si son novecientas cincuenta pastillas, a ocho por hora y el tratamiento es de una semana… Sí, deben ser ocho por hora.

Llegó a casa, me pongo las gafas de ver de cerca e intento abrir el envase para leer el prospecto. La primera conclusión a la que llego es que el envoltorio ha sido diseñado por algún descendiente del doctor Menguele. Solo una mente retorcida en grado sumo puede concebir tal galimatías de pestañas de cartón, precintos plásticos, flejes metálicos y pegamento de cianocrilatro por palas. Tres cuartos de hora después consigo abrir el paquete, a costa de reducir el prospecto a un montoncito de papeles del tamaño de una moneda de céntimo y a espolvorear todo el salón de casa con cápsulas del medicamento, eyectadas en el último y brutal tirón de la última y definitiva pestaña. Además, con la bestialidad del esfuerzo, mis gafas de ver de cerca reposan en el florón de la lámpara.

Apenas una hora después he recuperado las gafas sin daños de importancia y he recolectado las píldoras en su totalidad. Me pongo a recomponer el prospecto, ayudado por las indicaciones que encuentro en Internet sobre restauración de papiros egipcios de la XII Dinastía.

He invertido otra hora y cuarto y tres rollos de celo en recomponer el prospecto. Voy a su lectura:

“¿Que es Catarrón Absolut Quetecags ? Pertenece al grupo de los medicamentos llamados seborreicos, por su textura grasienta. Se utiliza para el catarro de toda la vida de Dios. “(Bueno, parece que se entiende bien.)
“Antes de tomar Catarrón Absolut Quetecags:

NO LO TOME SI :
-          Es alérgico a Catarrón Absolut Quetecags ( parece lógico )
-          Es alérgico a los medicamentos seborreicos (normal…)
-          Es alérgico al polen de cannabis ( No sé si lo soy, solo fumo “Ducados” )
-          Es alérgico a los derivados comestibles del PVC ( supongo que se refiere al pollo congelado del supermercado)
-          Es alérgico a los anuncios navideños (sí, eso sí, pero estamos en febrero ).

TENGA ESPECIAL CIUDADO:
-          Si padece cualquier patología mortal en fase terminal (¿Para qué tener cuidado?  ¿Por si te pones malo?)
-          Si ha consumido varias cajas del mismo producto en las dos últimas horas. Existe riesgo de sobredosis. (Si los envases son de novecientas cincuenta pastillas, es materialmente imposible consumir varias cajas en dos horas, a menos que seas un elefante asiático hambriento o el tragasables del Circo Mundial).

USO DE OTROS MEDICAMENTOS
No combine Catarrón Absolut Quetecags con queso de Burgos de marcas blancas, con anticonceptivos, incluidos preservativos comestibles, antidiarreicos, y del efecto rebote ya da idea la tercera palabra del nombre del medicamento, anticongelantes para trenes de mercancías ni aerosoles fijadores del cabello, vulgo laca.

Su utilización combinada con alcohol, incluso en dosis pequeñas, de seis u ocho litros de vino o un par de botellas de ron, puede provocar daños en el hígado (si te soplas eso a diario, no creo yo que el hígado se vaya a poner pejiguera por una porquería de pastilla).

POSOLOGIA
Vd. vaya tomando y cuando se encuentre mejor, lo deja de tomar (Pues estoy jodido. Nada, lo dicho, ocho pastillitas cada hora y listo).

POSIBLES EFECTOS ADVERSOS
Su uso puede producir:
-          Colesterol LDL, al estar compuesto esencialmente de morcilla de cebolla.
-          Picores en el orto.
-          Pérdida capilar en la zona del occipucio, de tanto arrascarse la cabeza.
-          Caspa generalizada en las zonas púbicas y en las axilas, de tan densa consistencia, que se va a creer que se ha untado de manteca.
-          Flatulencias armónicas, en si bemol.
-          Pérdida de visión, si se tapa los ojos.
-          Flojera de corvas.
-          Espinillas bravías, encaste Albaserrada.
-          Disminución del deseo sexual (si es varón, en vez de apetecerle hacerlo constantemente le apetecerá sólo casi constantemente, con períodos de varios segundos de inapetencia).
-          Si es jubilado, puede provocar bajadas de pensión.

ADVERTENCIA:
NO PILOTE AVIONES DE PASAJEROS DE LÍNEAS REGULARES (NINGÚN PROBLEMA PARA LÍNEAS LOW COST), NI CONDUZCA TANQUES PANZER, NI DESACTIVE ARTEFACTOS EXPLOSIVOS, NI PRACTIQUE INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS A CORAZÓN ABIERTO SI ESTA COMPLETAMENTE BORRACHO, CON INDEPENDENCIA DE QUE CONSUMA O NO ESTE MEDICAMENTO. “


Después de leer el prospecto, he llegado a la conclusión de que me voy a tomar un vaso de leche con miel y me voy a meter en la cama. Y como pille al del laboratorio farmacéutico le voy a dar para el pelo.


Buenos días y buenas vibraciones. 

Doctor en Irlanda

Reconozco mi debilidad por Irlanda. Y esta novela es uno de los muchos motivos que la justifican. Es la historia de un jóven médico en su primer destino rural, en un pequeño pueblo irlandés. Barry Laverty no sabe aún a lo que se enfrenta, pero pronto empieza a descubrir que la medicina, como casi todo en la vida, es un valor relativo y que algunos de los mejores tratamientos no están en las fórmulas magistrales, sino en el conocimiento de los pacientes, en la paciencia y en el cariño ( que puede llegar a expresarse de formas muy diversas ).

Mucho humor, mucha cerveza y varias historias de amor en presente, en pasado y hasta en imperativo.

De mis favoritos.

jueves, 10 de febrero de 2011

La chica de sus sueños

Brunetti es el contrapunto al detective americano duro que tanto nos gusta. Y seguramente por eso Brunetti nos gusta tanto como los otros. Es un tipo culto, sensible, nada solitario, con lo que ahora se llama familia estructurada, con inquietudes sociales, con buen fondo y buenas formas.

En esta tiene que trabajar con romaníes, que es la forma políticamante correcta de llamar a los gitanos en la policía italiana. Con Venecia de decorado, Brunetti comprueba que la miseria económica y la miseria moral siempre terminan por darse la mano en esto que, tan pomposamente, llamamos sociedades avanzadas.

Muy buena. Sin más.

Relato negro como un grillo

Los movimientos son importantes, abajo, arriba… y vuelta a repetir. Después hay que cambiar, izquierda, derecha y así unas cuantas repeticiones más antes de una nueva vuelta para comenzar otra vez más.

La higiene bucal, dichosas obligaciones nocturnas antes de ir rápidamente a dormir después de jugar un rato con el chorro y describir bucles, círculos o un potente disparo al centro del desagüe de la “taza”… ¡curioso nombre para descargar los restos digeridos desde su prima hermana!!

Limpio y vacío, alegre por la felicidad prometida en los sueños esperados sólo queda gritar…¡mentalmente, … no son horas de despertar a los vecinos!!!... ¡A LA CAMITA!!!

Ese cálido recibimiento de todas, o casi todas, las noches, de un colchón. Meterse entre unas suaves, cálidas sábanas y si el tiempo lo precisa, manta o edredón, pero que no pese, que no agobie. ¡maravilla!!, promesa de una felicidad egoísta, solamente mía.

Estoy ya en duermevela antes de estirarme y retorcerme para que esas sábanas me acaricien, acurrucando la almohada mi cabeza, cuando me parece escuchar la puerta.

No puede ser!, pongo toda la atención para intentar descubrir que ha sido una mala pasada de mi cerebro, intento poner todos mis sentidos a trabajar… incluso olfateo el ambiente para captar aromas desconocidos, intento mover mis orejas para orientarlas hacia cualquier vibración en la oscuridad y abro lo ojos como si fueran de gato para descubrir la mínima variación que pueda haber en la negrura.

No consigo captar ninguna sensación, imagino que ha sido todo una mala pasada de algún ruido habitual en la vida de la casa: un chirriar de tuberías, algún erupto de los radiadores, un crujir de alguna madera, la dilatación o contracción de una baldosa, incluso el bostezo de la casa.

Nada de eso calma mi inquietud y lo mejor es dar luz a la oscuridad, busco a tientas el interruptor, siempre ha estado en el mismo sitio y esta vez parece que intenta escabullirse entre mis dedos, afortunadamente…¡el destino!, no consigo encender la luz antes de escuchar claramente unos pasos.

Esta vez no hay duda, no vale imaginar escusas, son pasos. Hay alguien!!. Instintivamente me momifico dentro de esas sábanas que ahora hacen de escudo salvavidas, realmente están andando en la casa, no hay equivocación ninguna.

Por el ritmo de mi corazón y la adrenalina que noto correr por las venas, algo está pasando. No consigo pensar en nada más que en intentar descubrir los siguientes movimientos de una sombra que no consigo vislumbrar en la penumbra pero escucho oír perfectamente.

Calma, sobre todo, calma.
No hace mucho escuche a mi vecino, policía, decir que estamos llegando a “niveles intolerables de inseguridad” ya que se estaban asaltando viviendas constantemente, incluso que algunas veces la violencia que utilizaban los criminales era “desmesurada”.

Opte por intentar hacerme invisible, sin conseguirlo, aunque no pude comprobarlo al no tener ni espejo ni luz cercana que me lo confirmase. Mi mente bullía y la siguiente opción fue congelarme, esta vez si lo conseguí, lo notaba en las puntas de mis dedos y en la gota fría que corría por toda mi columna vertebral, pasaría fácilmente cualquier termografía que la CIA hiciese en busca de terroristas musulmanes en mi habitación.

Los pasos continuaban deambulando por la estancia y con el ajetreo mental del momento no conseguía ubicar correctamente al dueño de esos pasos en el recuerdo que tenía del lugar con iluminación de día, dichosa noche cuanto tardaba en terminar.

Habían pasado horas para mi angustia aunque conseguí vislumbrar los puntitos fluorescentes del despertador y simplemente habían pasado veintitrés minutos desde que me zambullí en mi mar de felicidad y calculo que quince desde que un tsunami anegó toda la falsa seguridad que intuía.

Los pasos continúan, se acercan, me petrifico para intentar pasar desapercibido. El vecino, policía, comentó que lo mejor es no oponer resistencia, dejar hacer sin rechistar para intentar salir lo menos “dañado” posible. El físico quizás, pero lo que era el ánimo, el “alma”, me lo estaban destrozando esos pasos.

Intenté no moverme, ni siquiera respirar, notaba su presencia a centímetros de mi cara para después alejarse nuevamente y comenzar a abrir los cajones del armario, ¡Pero si aquí no hay nada, qué busca!!, estúpida idea que rápidamente borre, era ridículo que alguien que no fuera yo supiera si había o no algo de valor en esos cajones, algo de valor que era lo que el vecino, policía, comentó que buscaban los criminales.

Fue un cerrar y abrir cajones, más pasos… y nada más, continué con todos los sentidos alerta, incluidos los supuestos para intentar detectar presencias físicas en la estancia sin conseguirlo.

La lucha contra el cansancio y los párpados que pesaban toneladas fue titánica, pero finalmente perdí, me di cuenta cuando sintiendo el amanecer en los párpados supe que había sucumbido al cansancio y al sueño. El sobresalto fue grande sabiendo que el dueño de los pasos podría continuar por allí, intenté localizarle con los poderes supuestos de mis sentidos sin conseguirlo una vez más.

Afortunadamente en estos momentos mis ojos conseguían detectar claramente lo que no habían conseguido durante la intrusión de esos pasos en la noche.

Todo tranquilo, todo normal a simple vista, no conseguía averiguar que había sucedido, no estaba acuchillado por el malvado, las cosas y cajones seguían en el mismo lugar que recordaba, empecé a dudar de lo sucedido durante esa noche hasta que todo se aclaró cuando mamá dijo a gritos desde la cocina: ¡ANOCHE TE GUARDÉ LOS CALCETINES Y CALZONCILLOS… YA QUE SE TE OLVIDÓ HACERLO ANTES DE DORMIR!!!!


Publicado por Felipe

miércoles, 9 de febrero de 2011

Violetas de marzo

Violetas de marzo

Sugerente título para la primera novela con la que el escritor escocés Philip Kerr inauguró la serie Berlin noir. Ideada inicialmente como una trilogía, el éxito hizo que su autor la prolongara hasta, por el momento, seis entregas, todas ellas protagonizadas por el duro y cínico Bernie Gunther.
La acción de Violetas de marzo transcurre en el Berlín de 1936, cuando ya Hitler se halla en la cima, preludio de la sombra que cubriría Europa en poco tiempo. Bernie Gunther detective privado y ex-policía que hace trabajos de poco lucimiento, sobre todo para los judíos, recibe un trabajo relacionado con un robo y un asesinato. Las redes, a veces invisibles, tendidas entre las diferentes organizaciones de poder de los nazis, como la Gestapo o las SS, se entremezclan con los aspectos de un caso que se convierte en nada rutinario.
Ficción diabólicamente trazada, alternada con la coexistencia de personajes reales, tan terribles como el propio Führer o algunos de sus secuaces más sobresalientes, como Göering o Goebbels, en un entorno tan terriblemente atractivo como los albores de la 2ª Guerra Mundial en su propio ombligo.
¿Que por qué se titula Violetas de marzo? Es mejor leerlo.
Publicado, por fín, por Napo.

martes, 8 de febrero de 2011

Un hombre llamado Spade

No es una novela, sino siete relatos cortos, los tres primeros protagonizados por Samuel Spade, del que Hammett dice que tiene un rostro diabólico, y los otros cuatro con diferentes personajes.

Spade es detective privado, se lia los cigarrillos, y se pasea por San Francisco contemplando las miserias de los demás. Y cuando el Teniente Dundy, del SFPD, se queja de la complejidad de la familia del asesinado,  Spade le contesta: " Prueba a investigar la tuya cuando tengas un rato libre...."

El segundo detective de los relatos, Rush, es un expulsado de la Policía. Y por eso resulta tener más moral que casi todos los que participan en la trama. Otro cínico romántico.

Y me ha llamado mucho la atención el último de los relatos, en el que se evidencia como la justicia puede ser perversamente justa.

Muy bueno, clasicazo, diría yo.

De ratones y hombres

No tengo muy claro el motivo, pero el caso es que la mayoría de los libros que más me han llegado y de los que más recuerdos tengo, son aquellos cuyas historias son depresivas, aquellos que según terminas de leer se te quitan las ganas de tener ganas. Pues bien, es el caso de esta novela de Steinbeck. Ambientada en la época de la gran depresión de EEUU, cuenta la historia de Lennie, un tipo como un oso pero con la mente de un crío de 6 años y George, el típico listillo que se sabe buscar la vida. Vagan de un lado a otro y tan solo quieren trabajar porque tienen un sueño, ser dueños de un rancho.
Ante todo es una historia sobre la amistad, para mí una de las cuatro cosas importantes que hay en la vida y la necesidad de tener sueños para que el hecho de levantarte por la mañana tenga algún sentido.
Muy recomendable, intensa, dura y fácil de leer.


Pepote.

Liam

Liam es un irlandés de la mismísima Irlanda. Trabaja en un bar de la calle Alcalá, sirviendo pintas y menús del día a ejecutivos, intelectuales, turistas y algún que otro despistado como yo.

Liam siempre está contento... y eso que es del Atleti. Con el fútbol y una de las maravillosas gorras que me regaló Raquel empezó a fraguarse nuestra amistad. Una gorra auténtica del Liverpool, comprada en Anfield, donde miles de gargantas cantan "You'll never walk alone". En cuanto la vió, me preguntó. Le expliqué que me la había traído de allí una amiga, y nos pusimos a hablar de la Premier. Y luego de la Liga.

Liam cuenta que, cuando llegó a Madrid, fue a ver un partido al Bernabeu con su novia, merengue de siempre. Y luego fue al Calderón y se hizo del Atleti, porque el fútbol en el Manzanares se vive con mucha más pasión. Yo, que ya llevo sufrido lo que no está en los escritos, traté de advertirle de que, pudiendo elegir, se ve mejor fútbol en Concha Espina y sale uno,como mucho, a dos o tres disgustos al año, y que el hecho de que el Estadio de Don Vicente esté tan próximo al Paseo de los Melancólicos no es nada casual. Pero él insistió en lo del calor de la grada. Y siguió siendo del Atleti.

Cuando te conoce, Liam te saluda con un abrazo. La primera vez te desconcierta tanta afabilidad. Pero luego descubres que no es una pose, que él es así, y que los clientes que son amigos son amigos y los amigos de mis clientes son mis amigos.

Y tiene una sonrisa casi permanente, y sólo le cruza un gesto de preocupación pensando en el Inglaterra-Irlanda del Torneo de las Cinco Naciones más Italia ( me gusta la terminología clásica, no tengo nada en contra de los transalpinos, Bergamasco incluido, que quede claro ). Pero enseguida se le pasa y vuelve a sonreir. Y siempre me voy pensando que se puede ser, como decía Aberasturi, moderadamente feliz. Basta con media pinta, un amigo, una buena conversación y la sonrisa de Liam como decorado.

Buenos días y que los vientos soplen a vuestro favor.

lunes, 7 de febrero de 2011

La estrategia del agua


Historia marrón ambientada en la picolicie. Tal vez así definiría esta novela el brigada de la Guardia Civil Bevilacqua, Vila para los enemigos, protagonista de esta y de otras muchas de la serie, junto a la sargento Chamorro.
Una de las virtudes de la escritura de Lorenzo Silva es la cercanía que, sin que merme la credibilidad, hace llegar al lector. La época en que vivimos, con todas sus miserias, sus problemas con la justicia y con la ley, la economía, la política y el politiqueo de las instituciones, quedan retratadas con nitidez al amparo de una historia con crimen, como mandan los cánones negros. Vila es un escéptico con un punto de ternura y una buena dosis de amargura resignada en el que muchas personas de nuestro tiempo se pueden reconocer, por mucho que no sean guardias civiles.
Pero no se lleven a engaño, a pesar de ser de lectura ligera y muy gratificante, contiene mucha filosofía, aunque sea urbana.

La estrategia del agua – Lorenzo Silva
Ediciones Destino, 2010. 377 páginas.
http://www.bevilacquaychamorro.com

Sólo una muerte en Lisboa

Nadie debe morir en Lisboa, una ciudad de vida. Pero una joven es asesinada, y abre el armario en el que se ocultan otros muertos, muertos antiguos y olvidados. Y al Inspector Zé Coelho la muerte ya le ha castigado donde más duele, y la muerte le obsesiona.

Zé Coelho es bueno, como los buenos de las películas de los años treinta, y sufre, porque los buenos sufren. Y se enfrenta a la maldad en presente y a la maldad en pasado, y una maldad superlativa, sin escrúpulos, que viene de tan antiguo... De cuando un hombre se creyó Dios y otros otros hombres le creyeron a él.

Una novela extraordinaria y dos personajes, bueno y malo, no menos extraordinarios. Y al final, pirueta con doble mortal con tirabuzón. Para no perdérsela.

Bergamasco y la derrota


Primera jornada del torneo Seis Naciones de rugby, se enfrentan Italia e Irlanda en el Stadio Flaminio de Roma, abarrotado. Italia es la selección más nueva en este torneo, y nunca ha vencido a Irlanda, por lo que sus partidos mantienen la certidumbre de la derrota, aunque los espectadores alientan la débil esperanza de que aunque parezca imposible, alguna vez puede suceder el milagro.
Irlanda va ganando por 6 a 10, pero a 8 minutos de la conclusión y con un jugador menos, está sufriendo un empuje entusiasta de los italianos, que se traduce al final en un ensayo cuando solo faltan 4 minutos. 11 a 10. Mirco Bergamasco, el 11 italiano, falla la transformación. El marcador queda en 11 a 10.
No sé por qué, muchos jugadores de rugby tienen nombres que parecen escogidos a propósito para parecer personajes, a veces héroes: Bergamasco, Lo Cicero, Harinordoquy, Lagisquet. Quizás esto también forma parte del romanticismo de este deporte.
Tan solo restan 2 minutos para que Italia consiga lo que nunca habría soñado.
En ese momento, a pesar de la inferioridad numérica, otro con nombre de héroe, Ronan O’Gara consigue un drop que pone por delante a Irlanda: 11 a 13. Resultado final. Si Bergamasco, un buen pateador, no hubiera errado esa transformación, el empate al menos habría dado más esperanza a los italianos.
Es la historia de siempre, no es el rugby, es la vida. Creemos que nos está pasando algo grande, que por increíble que parezca somos nosotros, sí nosotros, los que vamos a ganar, y cuando casi estamos empezando a creérnoslo y a saborearlo, la realidad nos pone en nuestro sitio y nos devuelve a la derrota. Y eso por mucho entusiasmo y nombre heroico que queramos tener.

domingo, 6 de febrero de 2011

Perros y coches

Me comenta un amigo que, según parece, si la policía te sorprende circulando con tu perro suelto por el interior del habitáculo del coche, te multa con 600 euros y te retira seis puntos del carnet. Y no me parece mal, si el animal va sin cinturón, por el peligro que eso representa para su seguridad, pero lo de que no pueda ir en la zona reservada a pasajeros... Es el momento de romper una lanza a favor del canis vulgaris. Supongamos que yo tengo que viajar de Madrid a Cádiz, y sustituyo a los ocupantes habituales por perros con el cinturón puesto. Ello me reportaría las siguientes ventajas:

- Los tiempos de conducción los decido yo: nunca he visto a un perro repetir cada seis kilómetros "Papá me hago pis". El perro mea cuando le bajas del coche y punto.
- No dan conversación. Sacan al lengua y jadean, pero no te ponen la cabeza loca con debates estériles sobre si el niño debe hacer la comunión vestido de almirante de la VI Flota o de San Cucufato de Lombardía, como el abuelo, ni con las enésimas evoluciones del pokemon, que culminan en que un gorrión acabe convertido en un Godzilla plumífero, todo ello mientras tú tratas de averiguar si esa porquería de carretera secundaria lleva a Cádiz o a Sebastopol.
- Ningún perro aporta criterios de selección musical. Tú puedes llevar al perro hasta las Chimbambas Inferiores escuchando a los AC/DC sin manifestación alguna en contra.
- Del mismo modo, jamás manipulan el dial de la radio. Pones la Cope, y al perro le va bien. Pones la Ser, y tres cuartos de lo mismo. Les da igual Federico Jiménez Losantos que Carlos Carnicero, lo que demuestra un grado de inteligencia muy superior al de los humanos.
- De ninguna forma organizarían un motín en la parte trasera, con la excusa de imponer sus gustos cinematográficos en la elección del maldito DVD. A los perros les puedes enchufar "Resident Evil"  o la última de Nacho Vidal, que ellos siguen impasibles. Y ojo que a mí cualquiera de las dos me da miedo. Y la segunda, además, envidia.
- Si se duermen, no roncan.
- No dan indicaciones de dirección, basadas en borrosas intuiciones. Si les pasas un mapa, no localizan nada, igual que los copilotos humanos, pero te ahorras la incomodidad del despliegue y repliegue del mismo, la manipulación torpe del GPS ( que a partir de ese momento te repite durante tres horas que vuelas a una altitud de 6000 pies, que busques una pista de aterrizaje cuanto antes y que realices la maniobra de aproximación al aeropuerto a menos de 80 kilómetros por hora, al existir un radar fijo en ese punto, todo ello con esa voz imitación Bela Lugosi acatarrado ) y las invectivas sobre tu nulo sentido de la orientación y tu falta de capacidad para elegir la cartografía.
- Preguntas como "¿ Cuándo llegamos ?" o " ¿ Cuánto queda ?" desaparecen del folklore viajero.
- Nunca contribuyen con sugerencias sobre el bar de carretera donde comer ( ese en el que hay muchos camiones, lo que significa que está lleno de camioneros comiendo y no hay mesas ) ni de en que estación de servicio repostar ( que le han dicho que los baños están impolutos, aunque luego resulten tener el suelo como el pantano de San Juan y los sanitarios menos sanitarios del hemisferio occidental ). Añadido que no compran Miguelitos de la Roda ni queso de la tierra a precios de boutique de lujo del Sultanato de Brunei.
- Jamás se acuerdan de haber olvidado nada en el bar en que tomamos café al salir de Madrid, durante el descenso del Puerto de Despeñaperros, momento en el que las ganas de despeñar del conductor no se dirigen precisamente a los cánidos.
- Permanecen impávidos mientras insultas al dominguero del R-6 que se ha incorporado sin mirar a la autovía, y te evitas incómodas explicaciones sobre lo que significa "bastardo" y sobre como podrías defecarte en la calavera del conductor del vehículo en cuestión.
- Y, por último, pero no menos importante, nunca dejan resbalar sobre tí una mirada inquisidora si te hurgas las fosas nasales.

Seguro que hay muchos más argumentos, pero estos, a mí, me parecen más que suficientes. Instemos a la DGT a cambiar esa norma injusta y vivamos más felices.

Buenas noches, y que la suerte os acompañe.

La forma del agua

El título suena a anuncio con Bruce Lee en blanco y negro... "Be water, my friend...". Y algo de eso hay. Porque Salvo Montalbano, Salvù para sus amigos de la Catania, sabe adaptarse. En esta aventura se adapta a ricos, a pobres, a corruptos, a mafiosos, a policías y políticos, a putas, a damas, a noches en blanco, a un amor en la distancia, a los guisos de su idolatrada Adelina, a cadáveres grotescos y a abogados despiadados.

Montalbano es, sin quererlo,  un seductor maduro, un detective maduro, un hombre en la madurez, en una tierra tan madura que guarda en su seno los huesos de griegos, cartagineses, romanos, bizantinos, normandos, catalanes y aragoneses, árabes, italianos, alemanes, británicos y americanos. De todos hay algo en Salvo y a ninguno se parece, mascullando en su dialecto. Y como siciliano, es maestro en la defensa y ágil como un alfil.

Me gusta la novela, que además tiene otra ventaja: es corta. Lo bueno, si breve....
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