domingo, 14 de enero de 2018

Accidentes...cerebrovasculares

La penetración había sido perfecta. Con una precisión milimétrica, con un nivel de exactitud que muy pocos podían permitirse.  Le experiencia y la serenidad son valores innegables.

-         -  Sudor

María, la enfermera de quirófano recién incorporada, le limpió la frente.

La pantalla testimoniaba que la cánula laparoscópica había llegado al borde del coágulo sin daños a ninguna de las secciones colindantes al área de Brocca, con un grado de efectividad que muy pocos neurocirujanos podrían permitirse.

-          - María, gire un poco el monitor a su izquierda, necesito un plano completo.

Ella se movió nerviosa y cambió la orientación del monitor. Al hacerlo, con la torsión necesaria para presionar el soporte del aparato, sus pechos se adhirieron a la bata verde.

Él no pudo evitar desviar su atención. En su cerebro, los sistemas del neocórtex dejaron de funcionar y el sistema límbico, esa amígdala que, al final, es quien toma las decisiones, se hizo con los mandos. Se quedó con los ojos fijos en el pecho de la joven.

Ella percibió su inmovilidad como un síntoma de que algo iba mal, y tomó la peor de las decisiones. Materialmente se lanzó a limpiar de nuevo su frente, y al hacerlo sus cuerpos se rozaron. El cerebro primitivo tomó el control. La presión arterial, las pulsaciones, la actividad electrodermal, todo se disparó en el brillante cirujano…


Ahora reposa en la cama contigua a la del paciente. La isquemia le produjo una lesión indeterminada, que le tiene sumido en la inmovilidad. Salvo que se le acerque María. Entonces sonríe bobaliconamente, babea y ciertas partes de su anatomía se dilatan. No solo las pupilas. El paciente con la operación incompleta sigue sin poder hablar. Pero el cirujano está francamente peor.

CASTILLOS DE ALICANTE 2/4

     Salimos del "Valle del Juguete" para llegar a Biar, bonito pueblo donde despunta su castillo en lo alto. Presenta un primer recinto amurallado, con almenas en paños y en los torreones cilíndricos, y luego un segundo, de muros más altos, sin merlones, en torno a la Torre del Homenaje, siendo ésta muy sencilla pero de gran altura y bien conservada, cuyo interior se puede visitar recorriendo salas con audiovisuales, dependencias señoriales y subiendo a la azotea, con grandes vistas panorámicas del castillo, el pueblo y una amplia área geográfica.

     Cerca de Biar se encuentra Villena, pueblo muy grande, donde vamos a visitar su impresionante castillo, uno de los mejores de la comarca. Junto a él está la oficina de turismo, y justo encima un mirador con una excelente vista panorámica del monumento, donde una fotografía se hace obligatoria.

     Cuando nos acercamos a visitarlo, vemos que la puerta de acceso, con su arco de medio punto formado por grandes dovelas, está protegida por dos torreones circulares almenados con saeteras de palo y orbe. Este primer recinto tiene muros de altura considerable, con torreones circulares distribuidos por esquinas y paños. Una vez que accedemos al interior nos encontramos con otro recinto de muros más altos todavía, también con sus torreones cilíndricos en las esquinas.

     Entre estos dos recintos queda un estrecho pasillo que hay que recorrer hasta la entrada al patio de armas, convirtiéndose en una auténtica trampa defensiva para el atacante que pretendiera tomar el castillo.

     Una vez recorrido el pasillo llegamos a la puerta de acceso al segundo recinto, en cuyo interior está el patio de armas y, en una esquina, la imponente y hermosa Torre del Homenaje, a cuyo pie se encuentra un aljibe bien conservado.

     La torre es de planta cuadrada, de casi 30 metros de altura, y está coronada por numerosas escaraguaitas que le dan más señorío. Al acceder a ella llaman la atención los consistentes muros que la conforman, de más de 3 metros de grosor. Una vez dentro, veremos que tanto la sala de la planta baja como la de la primera tienen bóvedas de estilo mudéjar. Luego hay otras dos más sencillas y finalmente llegamos a la azotea, siendo accesibles aquí también las escaraguaitas. Ni que decir tiene que las panorámicas desde aquí son impresionantes: del resto del castillo en primera instancia, de todo el casco urbano de Villena y, levantando más la mirada, del valle del Vinalopó, alcanzándose a ver igualmente las sierras cercanas, e incluso las no muy lejas de tierras de Murcia.

     Una vez visto el castillo, podemos dar una vuelta por el casco viejo de Villena, con sus calles estrechas con casas de colores, buenas plazas y plazuelas y dos grandes iglesias con torres fortificadas.



Castillo de Biar




SALUDOS

EL RURAL

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