domingo, 30 de diciembre de 2012

Valladolid 2/3


              Seguimos ahora hacia Torrelobatón, donde podremos visitar otro buen castillo, con una Torre del Homenaje llena de escaraguaitas, muy parecida a la de Fuensaldaña.

Tordesillas. Pza. Mayor
               A continuación llegamos a Tordesillas, cuyo monumento más destacado es el Monasterio de Santa Clara, una auténtica maravilla perteneciente a Patrimonio Nacional, y donde podremos comprar los deliciosos dulces que elaboran las monjas. No debemos perdernos tampoco la gran iglesia parroquial, y el conjunto de edificios civiles denominados las "Casas del Tratado", donde se firmó el Tratado de Tordesillas por el que España y Portugal se repartían las recién descubiertas tierras de América. Imprescindible también contemplar la hermosa Plaza Mayor porticada, de gran belleza rural.

               Podemos terminar la visita dando un paseo por los distintos miradores que hay sobre el río Duero, donde disfrutaremos de un bello entorno de ribera, incluyendo una playa fluvial situada junto a un largo puente romano.

               Nuestra siguiente parada les gustará mucho a los amantes del vino blanco: Rueda. Se trata de una localidad rodeada de viñedos por los cuatro costados, salpicados de bodegas, algunas visitables, donde podremos degustar y comprar los famosos "Blancos de Rueda".

Castillo de la Mota
               LLegamos ahora a otro pueblo con historia: Medina del Campo. Tiene una magnífica Plaza Mayor, y sobre todo su extraordinario Castillo de la Mota, uno de los mejores de España, tanto por belleza como por tamaño. Su patio de armas es muy bonito, y la Torre del Homenaje es la más alta de todos los castillos de Castilla, y desde la que contemplamos excelentes panorámicas. Destacan también las impresionantes baterías artilleras situadas en la parte baja, y que pueden recorrerse por pasadizos subterráneos.

               La visita puede completarse viendo el yacimiento arqueológico ubicado bajo el centro de visitantes que hay frente al castillo.

Mosaico
               Seguimos nuestro recorrido por tierras vallisoletanas llegando al Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras, situado entre estas dos localidades. Se trata del yacimiento arqueológico de una antigua villa agrícola romana, con espectaculares mosaicos,  complementada con un interesante y didáctico museo con proyección de audiovisual incluido, que nos ayudará a comprender cómo era la vida en ella. También cuenta con una reproducción a tamaño real de una casa del noble propietario de las tierras. Para los niños hay un divertido parque infantil con tirolinas y columpios de la época romana.

Iglesia Ntra. Sra. del Castillo
               Nuestra siguiente parada es uno de los pueblos más bonitos de la provincia: Olmedo. Al recorrer sus calles iremos descubriendo sus muchos encantos: su fuente romana, situada junto al gran lavadero; la iglesia de Nuestra Señora del Castillo, con su larguísima galería porticada; su bonita plaza con el antiguo ayuntamiento; su muralla, bien conservada y con varios arcos de entrada; la iglesia de Nuestra Señora de la Soterraña, patrona de la localidad, con su bellísimo camarín barroco que alberga la imagen de la virgen... Y destacando en toda su arquitectura un elemento: el ladrillo.

               Además hay dos visitas que se antojan imprescindibles para todo aquél que pase por Olmedo. Una es el Palacio del Caballero de Olmedo donde, mediante un recorrido virtual por sus dependencias, conoceremos la vida de este personaje a través de la obra de Lope de Vega.

Maqueta Castillo de Coca
                La otra es el Parque Temático del Mudéjar, donde veremos reproducciones a tamaño persona de los  mejores monumentos en este estilo de toda Castilla y León, dispersos por un bonito y cuidado jardín botánico, con abundante agua, y atravesado por varias líneas de ferrocarril por las que discurren pequeños trenes que cruzan puentes y maquetas de estaciones de pueblos cercanos.

                 Avanzamos ahora hasta Íscar. Su castillo es pequeño pero tiene buena Torre del Homenaje. Además nos ofrece espléndidas vistas de la localidad y de toda la comarca.

                Continuamos para visitar un castillo muy bueno: el de Portillo, de grandes dimensiones y con un buen conjunto de torreones. El pueblo ocupa el alto de una extensa muela, y presenta interesantes calles y una bonita plaza, además de distintos miradores con estupendas vistas.


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AOC

sábado, 29 de diciembre de 2012

Japyniuyiiiirr!!!!!!

No acabo nunca de precisar si es la edad, mis perfiles depresivos, un cierto grado de rebeldía a frente a una “alegría” impuesta o todo junto y a la vez, pero de verdad que la Navidad me parece un “pestiño” de tomo y lomo.

Ya hemos superado la primera fase, Nochebuena y Navidad, con la pretensión de ser más humanos, más simpáticos, más solidarios y mejores personas. De que lo conseguimos es botón de muestra la estadística de reyertas familiares que se producen en esas fechas.

Para colmo, ya no hay forma de deshacernos de ese personaje de importación que llamamos Papá Noel y que no es sino el bueno de San Nicolás, vestido de fantoche y subido en una especie de calesa voladora arrastrada por cornúpetas multi-asta.

Completada esta primera prueba, enfilamos ya la recta final del año, valorando lo que ha sido, arrepintiéndonos de nuestros errores, maquinando actos de contrición suficientes para alcanzar el perdón  y haciendo firme propósito de enmienda. Yo, por ejemplo, hace treinta años que “el día uno dejo de fumar”. Y, día uno tras día uno, sigo fumando y arrepintiéndome. Y, perdón por la insistencia, como prueba palpable de que esa decisión de cambiar para mejor es realmente sólida, las urgencias de los hospitales rebosan de intoxicaciones etílicas, de traumatismos por caída o por sopapo, de indigestiones pantagruélicas y de desarreglos mentales que van del más furibundo ataque de ansiedad a la depresión más profunda, y tiro porque me toca.

En el improbable caso de haber sobrevivido con un grado de calidad de vida suficiente a este proceso, ya sólo quedan, como diría un comentarista de ciclismo, dos etapas de transición: la tarde-noche de Reyes, cabalgata y cotillón en el pack completo, y el día de Reyes propiamente dicho, que a mí todavía me gusta porque mis hijos aún no son muy mayores.

Y, Dios mediante, al día siguiente, el siete, como el tendido más famosos de Las Ventas, habremos completado un periplo con más peligros que “La Odisea”. Y, con suerte, al llegar a casa nos reconocerá el perro, como a Ulises. Con el cariño de siempre. Y es que hay que ver lo buenas personas que son los perros y lo listos que son decidiendo: puestos a elegir un Santo para los días más duros del invierno, nada de San Nicolás: San Bernardo. Y con barril incluido.

Para los que disfrutan con estas fechas, Feliz Año Nuevo, y para los que son como yo…¡Ánimo, ya queda menos!

martes, 25 de diciembre de 2012

Navidad

Cuando el silencio tomo posesión de su salón, se sirvió un generoso brandy, atizó con parsimonia los leños que crepitaban en la lumbre, ahuecó su cojín favorito y se acomodó en su mullido sillón, contemplando a través de la vidriera como la luz de la luna se desparramaba por un Madrid navideño.

Había sido una cena estupenda, con buena comida y mejor conversación. Mecidos por la música clásica y comentando con ingenio las cosas de la actualidad.

Desde su atalaya descubrió a una pareja de adolescentes que buscaban las sombras de los portales para achucharse. Casi un cuarto de hora necesitaron para cruzar su tramo de calle, entre caricias y besos.

Unos minutos después, un grupo de muchachos recorrieron su panorama, jugando a esconderse, tirando algún que otro petardo, corriendo y saltando, berreando villancicos y pidiendo a nadie el aguinaldo.

Más tarde, dos hombres borrachos caminaron deambulando ante su vista, hablando a gritos, glosando su amistad, recordando mil escaramuzas de bar, pasándose el brazo por los hombros.

El siguiente figurante en aquella representación fue un padre joven con su hija subida en hombros, un padre que bailaba y cantaba para fabricarle a su hija una tras otra deliciosas risas de inocencia.

Por fin la calle quedó desierta. Mientras su barbilla temblaba y las lágrimas se mezclaban con el brandy.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Valladolid 1/3


            Les propongo hoy a los lectores una ruta por la provincia de Valladolid, la cual no es muy llamativa en lo que a naturaleza se refiere, pero sí lo es, y mucho, en cuanto a patrimonio monumental.

             Haremos un recorrido por sus pueblos más bonitos, parques temáticos y sus abundantes y magníficos castillos, siendo tierra de buenos vinos, atravesada por dos grandes ríos como son el Duero y el Pisuerga, y sin olvidarnos de los encantos de la capital.

Fuensaldaña
             Recorreremos la provincia partiendo de la capital, y siguiendo aproximadamente el sentido contrario a las agujas del reloj. Para visitar los castillos, parques temáticos, iglesias y demás monumentos, consultar en internet sus respectivos horarios, variables segun la época del año.

             Comenzamos saliendo de Valladolid hacia el norte para llegar a Cabezón de Pisuerga, donde contemplaremos el magnífico puente de 9 ojos sobre el río, además de una iglesia con un gran torreón.

             En Fuensaldaña tenemos el primer gran castillo, con su imponente Torre del Homenaje cargada de escaraguaitas. Fue sede hasta hace pocos años de las Cortes de Castilla y León.

Medina de Rioseco. Calle Mayor
             La siguiente parada es Medina de Ríoseco. Tiene una preciosa calle Mayor llena de soportales, que nos conduce a la bonita Plaza Mayor. Cuenta con tres grandes iglesias: la de Santa María, la de Santiago y la de Santa Cruz, que alberga el Museo de Semana Santa, con valiosos pasos procesionales.
      


Canal de Castilla
             Otro atractivo que tiene Medina es el Centro de Interpretación del Canal de Castilla, ubicado junto al Ramal que aquí concluye (el otro acaba en Valladolid), y donde podremos aprender muchas y muy interesantes cosas sobre este cauce artificial. Aquí también podremos sacar billete para el barco que recorre un tramo del canal, pudiendo llegar hasta la primera esclusa, especie de bañera donde se introduce aquél para, posteriormente, vaciarla o llenarla de agua, y poder así salvar el desnivel del cauce.

               Frente al Centro de Interpretación también se puede visitar una antigua fábrica de harinas del siglo XIX.

Urueña
              Tras Medina de Ríoseco continuamos hasta la conocida como "Villa del Libro": Urueña. Resulta curioso ver la cantidad de librerías que se encuentran en esta pequeña localidad, de ahí su apodo, y donde se celebran un buen número de actos culturales en torno a la lectura. Es un placer pasear por sus tranquilas calles, recorriendo sus librerías y museos, entre los que destacaré el Museo de las Campanas, que resultará de especial interés para los que sean muy amigos de los temas rurales.

             Otro atractivo que presenta Urueña es el buen conservado recinto amurallado que rodea el casco urbano, y cuyo adarve se puede recorrer en algunos tramos, especialmente por el lado oeste. Subirse a la muralla a contemplar el atardecer y la puesta de sol es algo que no conviene perderse.

Ntra. Sra. de la Anunciada
              A las afueras  del pueblo tenemos la ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, templo románico imprescindible para los amantes de este estilo arquitectónico, y desde donde veremos buenas vistas panorámicas  de la muralla de Urueña.

              Las siguientes paradas consisten en visitar dos magníficos edificios religiosos: uno es el Monasterio de la Santa Espina, cerca de Castromonte, muy grande, con buena fachada con doble torre gemela y dos estupendos claustros; y el otro es la iglesia mozárabe de San Cebrián de Mazote, una verdadera joya.


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AOC

sábado, 22 de diciembre de 2012

Ucrania declara gay a Bob Esponja

El popular personaje de animación Bob Esponja es homosexual, según un estudio de la Comisión Nacional sobre asuntos para la defensa de la moral ucraniana citado por el diario local 'Ukraínskaya Pravda'.

 La Comisión ha estudiado algunas de las principales series de animación de la parrilla televisiva y propondrá a las autoridades del país prohibir algunas de estas por "presentar una amenaza real para los niños".

Series como 'Los Simpson', 'Padre de Familia', 'Pokemon', 'Los Teletubbies' y 'Futurama' son, según este estudio, "proyectos especiales dirigidos a la destrucción de la familia, la propaganda del vicio y drogas". Así, el género japonés anime "es un claro ejemplo de propaganda del sexismo", según el artículo publicado en uno de los principales diarios ucranianos.

 Según la psicóloga Irina Medvédeva citada por el estudio, los niños en edades de entre 3 y 5 años, después de ver esas series, "hacen muecas y burlas delante de adultos que no conocen, ríen a carcajadas y repiten sinsentidos de manera ostentosa". 'Los Teletubbies' persiguen "la creación intencionada del hombre subnormal, que se pasa todo el día delante de la televisión con la boca abierta y tragándose cualquier información" que conforma la "psicología de los perdedores", añade.

 http://www.laverdad.es/murcia/rc/20120815/gente/ucrania-declara-esponja-201208152000.html

Se veía venir. Calamardo será masón y Dora la exploradora en realidad es una arpía satánica. Ya me imagino la próxima fiesta del orgullo gay.

viernes, 21 de diciembre de 2012

El fin del mundo mundial


No se equivoquen, esto no está sucediendo, porque el mundo se ha acabado, tal y como decían los mayas. Esto sólo es una reminiscencia de nuestra vida pasada, a la que nos cuesta renunciar, una alucinación colectiva que desde el más allá sufrimos, como si fuera una ilusión provocada por el orujo a altas dosis.
Los mayas tenían razón, esto tenía que petar, y qué mejor día que cuando se les acababa el papel (o la piedra) para escribir su calendario porque su proveedor no pudo suministrarles más, porque había una huelga de cortadores de piedra, porque la empresa había hecho un expediente de regulación de empleo que puso de patitas en la calzada al 80 % de los curritos toltecas que tenía externalizados con contratos basura y sin derecho a la consulta del hechicero ni al honor del sacrificio.
Yo no estoy escribiendo esto, ni usted lo está leyendo, recuerde, el mundo se ha acabado, y aunque le intenten convencer de lo contrario, no hay vuelta atrás. Si usted intentó aprovechar hasta el último instante con una buena comida o un buen polvete, bien hecho, porque desde ahora todo eso será una ilusión producida por el proceso desintegrador del universo que los sabios mayas previeron de modo tan preclaro.
Esto es como un matrix cañí, como un “Los otros” sandunguero donde nada es lo que parece.
No se extrañe si a partir de ahora le suceden cosas raras, como que una maciza (o macizo) le aborde para besarle apasionadamente en un ascensor, que le toque la lotería varias veces seguidas, o que la telebasura sea amena y entretenida sin ofender a la inteligencia y al buen gusto.
Y no se preocupe, que en esta otra dimensión no se está tan mal. Con un poco de suerte no habrá políticos oportunistas y faltos de escrúpulos que actuarán en beneficio propio en vez de pensar en los ciudadanos que les eligen. Ni oligarcas ni plutócratas que multipliquen sus beneficios de forma exponencial a costa del trabajo de la mayoría. Ni fanáticos que tratarán de arrimar el ascua a su sardina para que las masas les otorguen un poder que viene más allá de ese mundo que se acaba de terminar.
En esta nueva era donde el mundo se ha acabado y nosotros no somos nosotros, sino nuestros ectoplasmas reconducidos, ya no hay más acoso laboral, ni huelgas de pilotos, ni ERE’s, ni tasas judiciales, ni mesías de mercadillo, ni eurodiputados.
Hasta a mí me parece mentira que todo esto no sea real. Por eso, aunque tengo claro que se ha acabado el mundo voy a ponerme otro pelotazo. Sí, ya sé que este gustillo del  Lagavulin 12 años que tengo en la boca es una alucinación, pero sabe tan bien…

domingo, 16 de diciembre de 2012

El ángel de la oscuridad


Ya hablamos en este espacio de El alienista, una novela del norteamericano Caleb Carr sobre unos crímenes terribles en la Nueva York de finales del siglo XIX que involucran al Dr. Kreizler, un experto en el aún subdesarrollado campo de las enfermedades mentales.
El ángel de la oscuridad vuelve a reunir al alienista con su inverosímil grupo de colaboradores para afrontar nuevas atrocidades. Prefiero no dar más detalles que poco aportarían.
Pero después de volver a ella de nuevo, casi quince años después, no he podido evitar sufrir esa necesidad de no parar de leer hasta terminar, da igual la hora del día... o de la noche.
Aparte de las peripecias investigadoras, los perfiles personales de los protagonistas generan una estrecha complicidad, a través de situaciones y pensamientos con los que, salvando los giros extremos de la ficción, me he tenido que identificar; y me quedo con el joven Stevie, que hace de narrador.
El que la otra protagonista sea Manhattan, descrita y recreada con fidelidad, no hace sino recordarme que la amo, y que algún día volveré a ella. ¿Será el destino?


El ángel de la oscuridad - Caleb Carr.
Ediciones B, 1997.
664 páginas.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Monólogo de la crisis

He recibido este monólogo sobre la crisis de mi amiga Susi…Aquí os lo dejo.

“Me estoy preparando la cena. Otra vez tortilla de patatas. Si a mi lo que me gusta son los langostinos. Es que yo soy mucho de chupar…las cabezas.

Pero claro, con la crisis y la miseria que me pagan por hacer monólogos, no da para más. Y eso que cuando empecé, con mis veinte añitos, prometía mucho. Bueno, no. Más que prometer, me prometían. Hay un refrán sobre prometer y después nada de lo prometido.

Me pongo la radio para distraerme. Una emisora de esas que sólo ponen música de la que se bailaba en los ochenta, cuando yo rompía las pistas de las  discotecas. Yo en la discoteca era mucho de romper. Sobre todo vasos. Aunque también de que me rompieran. El corazón, la cara y alguna cosa más que prefiero no contar.

Pero llega el informativo y entonces si que empiezan de nuevo con la crisis. Crisis, crisis, crisis…Para crisis la mía, que ya he cumplido cuarenta (edad sin IVA).

La prima de riesgo. La primera en la frente. Según el locutor, es lo que tienes que dar de más para que te compren un producto financiero, en comparación con otro producto más atractivo. Eso lo vivo yo cada noche que salgo. Con mi edad, tengo que tirar de escote y de cinturón ancho en vez de minifalda para que, al lado de una veinteañera de metro ochenta, me mire un tío. Y asumir riesgos, que vestida así ya ha habido alguno que me ha ofrecido treinta euros…Se me viene a la memoria, encima, el dicho aquel de que el primo, a la prima, se la arrima. Pero por más que hago memoria no me acuerdo de ningún primo mío que sea primo de riesgo. No se puede fiar una ya ni de la familia.

Las hipotecas subprime. Un crédito que se vende y se vuelve a vender y va perdiendo valor…Eso para mí es facebook. Yo le ofrezco amistad a uno, que me ofrece la amistad de sus amigos, que me ofrecen la mistad de los suyos…Vamos, que tú le habías mandado la solicitud de amistad a tu profesor cachas de pilates  y acabas saliendo con un cincuentón separado y barrigudo.

O lo del banco malo, que se queda con toda la morralla que los demás bancos no quieren. Que siempre me acuerdo del chiste de la fea en la boda que, cuando le preguntan a la novia si quiere al novio grita desde el fondo de la iglesia que si no lo quiere, se lo queda ella. Como mi amiga Margari, que en cuanto se separa una pareja conocida le llama a él y le ofrece su comprensión y su piso para pasar esas primeras noches de soledad. Banco malo… ¡Cómo si los hubiese buenos! Qué visto con perspectiva, cuando una se desprende de su pareja… ¿No será que el mozo es un activo tóxico?

Y la inflación y la deflación. Que se hinchen o se desinflen los precios. A una mujer de mi edad no se le puede hablar de eso. A una mujer de mi edad se le hincha el culo y se le desinflan las tetas. Eso es inflación y deflación cruel. Y en economía lo solucionan cuando el Banco Central inyecta liquidez… ¡No te jode! A mi se me solucionaba inyectándome botox, pero la que no tiene liquidez soy yo.

Luego está lo del tipo de interés. A mi edad, cualquier tipo disponible es de interés. Yo ya no tengo el listón bajo: yo le voy dando patadas por el suelo. Aunque es verdad que los hombres  los hay de interés fijo, guapos, jóvenes y ricos, y de interés variable, y el interés varía siempre a la baja conforme pasan los años.

Y es que en economía, por lo que alcanzo a entender, la clave está en lo que sube y lo que baja. Otra de Perogrullo. ¡Cómo en el sexo! O como en la salud: a mi me bajan las defensas y me sube el colesterol, que un analista diría que estoy en el peor escenario posible. Y que me perdonen los dueños de este local.

Otro clásico es lo que se desploma el consumo. ¡A diez euros la copa, tú me contarás! O la matraca del consumo responsable. A mí me obsesiona tanto, que cuando me caducan los condones en la mesilla, los reciclo para decoración de cumpleaños, que como están todos bolingas no se dan cuenta.

Y las bolsas. No las de valores. Las que me están saliendo debajo de los ojos. La mala leche que se me pone cada vez que oigo que la bolsa de tal sitio cotiza plana. Las mías cotizan abombadas hacia fuera, por más potingues que me unte. Por no hablar de los depósitos. Para depósitos los que se me han puesto a mí en las caderas, que esos sí que crecen a un diez por ciento anual, maldita sea.

Pero lo que más me jode es el cachondeo. El otro día me he enterado de que en el barrio a mí y a mis amigas nos llaman “las preferentes”…Dicen que somos un producto atractivo a simple vista, pero que pierde mucho cuando llegas a la letra pequeña.

Aunque sinceramente, lo más preocupante es el paro. No hablo del trabajo, que aquí algo voy picando. Me refiero al otro. Yo soy parada de larga duración. Hace que no… Desde que se me acabó el subsidio que me daba un vecino de vez en cuando, que me avisó del fin de la prestación diciéndome que se casaba el domingo siguiente en Badajoz con su novia de toda la vida, no encuentro nada. Bueno, me ha salido algún asunto temporal, vamos, de una noche en el asiento de atrás de un Ford Fiesta. Pero fijo, ni soñarlo. Ni de esos de tres años. Ni de seis meses.

Así que estoy pensando en apuntarme a cursos de formación, que los hombres se han vuelto cada vez más exigentes y hay que dominar todas las facetas del asunto. Danza del vientre, masajes eróticos, cocina indonesia…Lo que haga falta con tal de encontrar algo.

En definitiva, yo lo que quiero es que me metan algo a plazo fijo, que no pienso cobrar comisiones y os puedo asegurar que interés, interés, pienso poner mucho”.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Medina Zahara

A pocos kilómetros, al oeste de Córdoba, en un lugar donde el borde montañoso de Sierra Morena se pierde en la campiña, justo donde la sierra toma contacto con el valle, se encuentran las ruinas de lo que pudo ser y  fue el entramado urbano de una ciudad que los arqueólogos identificaron como Madinat-al-Zahra, (ciudad brillantísima)  que el califa Abd-al-Rahman III dedicó a su favorita.

La instauración del Califato cordobés implicó entre otras cosas la aparición de un nuevo modelo oficial en la arquitectura andalusí, formando parte de un nuevo programa de ostentación adecuado a la dignidad y status del jefe de Estado. Madinat-al-Zahra es pues la representación arquitectónica del nuevo estado omeya, suponiendo una nueva concepción en las relaciones del líder con la población, el dirigente se retira, se aleja a una ciudad palatina aislándose de la ciudadanía.

Abd-al-Rahman III buscó, para su ubicación, un lugar desde donde exponer la imagen de su califato con una gradación jerárquica siguiendo la tradición islámica oriental que vinculaba a los soberanos con la construcción de grandes núcleos urbanos. No obstante, la localización no dista de Córdoba teniendo muy buena comunicación y acceso entre ambas, pues la capital del Estado seguía siendo ésta. Este proyecto califal no es novedoso, tiene su precedente en el modelo de ciudad palatina, administrativa y áulica de la Samarra abbasi en oriente, aunque en el caso cordobés no se encuentre junto a un río. Se construye aprovechando la falda de una colina disponiéndola en terrazas artificiales marcando claramente una jerarquización del espacio.

De planta rectangular y con una superficie aproximada de 112 hectáreas, su organización urbanística en torno a un eje norte-sur, exceptuando la Mezquita aljama y los oratorios menores, que como es lógico en el Islam lo hacen hacia la Meca, presenta edificios principales construidos con sillares aparejados a soga y tizón y cubiertos con enlucido de estuco o con mármoles, dependiendo de su importancia. Se aprecia el intento de su constructor de imbricar arquitectura con naturaleza cobrando especial relevancia los jardines frente a las portadas de algunas edificaciones. Son jardines de raigambre y simbología sasánida, denominados de crucero, que presentan, o lo pretenden, las cuatro partes del mundo.

La mayor parte excavada es el núcleo correspondiente al Alcázar, el cual está dividido en dos sectores casi paralelos, el sector oficial a oriente y el residencial o privado a occidente, estableciendo una separación de espacios muy clara. Estuvo dotada la ciudad de toda una infraestructura viaria, hidráulica y de abastecimiento perceptibles hoy día en los restos arqueológicos, ofreciéndonos la imagen de una urbe relativamente autónoma.

Madinat-al-Zahra no tuvo una vida muy larga, fue fundada en 936 cobrando rápidamente gran actividad, con el traslado a ella de la administración estatal. Las fuentes documentan que en 941 se terminó la Mezquita, la Ceca se puso en marcha entre 947-948 y, tanto su patrocinador Abd-al-Rahman III como su hijo y sucesor Al-Hakam II, impulsaron el poblamiento privado en la medina alentando la edificación con desgravaciones fiscales. Pero a la muerte de este último, Al-Mansur el Hayib del nuevo califa Hisham II, y verdadero hombre fuerte de todo el Estado, trasladó la administración a Córdoba utilizando la piedra, como si de una cantera se tratara, para la construcción de otra ciudad por él ideada. Poco a poco la brillantísima urbe fue perdiendo importancia, agravándose con el deterioro y el expolio de materiales que sufrió desde ese momento.

La desintegración del califato a partir de 1013 por las guerras civiles (Fitna) junto al saqueo y el olvido explica la ocultación de la mítica ciudad. Fue a final del siglo XIX cuando se identifican las ruinas de Córdoba la Vieja con las de la ciudad califal, comenzando las excavaciones a principios del XX.

Son varios los aspectos que hay que destacar además de los ya mencionados. La jerarquización de los espacios importantes, como ejemplo la casa del califa (Dar-al-Mulk) situada en la parte más elevada. El sistema de control y los dispositivos de seguridad con la interrupción periódica de las calles en rampa y colocando puertas que al cerrarse forman estancos aislados. La colosal arquería de la puerta del Estado (Bab al-Sudda), verdadero telón escenográfico, su construcción solo es explicable dentro de la magnificencia con la que el soberano quiso impregnar su ciudad. Se trata de una arquería monumental que sin embargo presenta una decoración muy simple, solo las clásicas dovelas de enlucidos bicromados en piedra blanca alternada con ladrillo rojo, siendo todos los arcos de medio punto escarzados excepto el central que es de herradura.  En el lado norte, más o menos en el centro de la muralla de sillares, se abre un acceso que conecta el camino pavimentado procedente de Córdoba con el mismo palacio. La Puerta Norte, como es conocida, es un acceso en recodo utilizado ya con frecuencia en la arquitectura militar islámica como sistema eficaz de defensa y control de paso al interior. Conviene mencionar que la muralla dispone en su interior de contrafuertes y en su exterior de torres rectangulares que hacen la misma función de los contrafuertes, además de la de vigilancia exterior.

Entre los magníficos edificios existentes dos sobresalen por su grandiosidad arquitectónica y por su función estatal. La Mezquita Aljama es uno de ellos, se eleva sobre una plataforma artificial en la terraza inferior donde las gentes de la medina tienen fácil el llegar a ella. Se encuentra extramuros del Alcázar porque es un espacio compartido entre la familia real, la aristocracia y las gentes del pueblo, pues la función doctrinal de un estado fuerte así lo requería. De planta rectangular y orientada al sureste se observan en las ruinas dos partes bien diferenciadas una de ellas era el patio con galería porticada en todos sus lados excepto en la fachada del oratorio. Este mismo espacio presenta en la entrada los restos del que fuera el alminar de planta cuadrada al exterior y octogonal al interior. La otra, el oratorio, de planta basilical de cinco naves separadas por arquerías de arcos de herradura perpendiculares al muro de la quibla, según las fuentes. Este muro, al igual que el de Córdoba, era doble, permitiendo un pasadizo reservado al uso exclusivo del califa para llegar a la maqsura desde el jardín alto del palacio, desde donde partía un sabat cubierto y descendente hasta un puente que salvaba el desnivel antes de introducirse en la Mezquita. Es la repetición protocolaria y de seguridad personal del príncipe que ya se efectuaba en la capital omeya y de tradición oriental sasánida, donde el alejamiento del pueblo le dotaba de cierto aire místico y divino.

El segundo edificio en cuestión constituye, sin duda, el espacio más cualificado y simbólico de todo el conjunto arqueológico. Se trata del conocido como el Salón Rico del Abd-al-Rahman III, excavado y reconstruido por Félix Hernández entre la década de los cuarenta y la de los setenta, debiéndose el nombre a su extraordinaria decoración. De planta basilical de tres naves longitudinales, siendo la central la principal, están separadas por dos baterías de arcos de herradura califales. Es aquí, según Antonio Vallejo, donde se formalizan las características del arco califal, trasdós peraltado, despiece de dovelas a la línea de imposta y sobre todo decoración asociada siempre a esa especie de envoltorio que es el alfiz. Las naves presentan al fondo, en sus cabeceras, arcos ciegos representando el de la nave central a imitación de un mihrab. Es en este lugar donde se ubicaba el califa en su estrado rodeado de los miembros de su familia y séquito gubernativo cuando recibía las embajadas o en los actos festivos y protocolarios. Estamos hablando pues de un espacio público dedicado a las recepciones y a las audiencias. Dos características son fundamentales en la técnica decorativa utilizada. La basada en la talla sobre piedra distinta a los paramentos y pegada después a ellos como una segunda piel  y la nueva variedad de arco de herradura, ya comentado. En cuanto al programa decorativo de este salón también es significativo, el árbol de la vida con todos sus motivos vegetales era común en la arquitectura abbasi, señalándonos una muestra de que la realidad del califato oriental no estaba muy lejos en el califato occidental cordobés. Se completa el edificio con dos naves laterales, una a cada lado, dedicadas a usos secundarios pero necesarios como el almacenaje de toda la panoplia protocolaria, o para el descanso (alcoba) entre acto y acto de los miembros de la familia real. Siempre antes de la construcción de las habitaciones anexas que en el lado oriental se edificaron para este fin. Concluye la organización del salón un pórtico de entrada perpendicular a las naves a imagen de un iwan o nártex, y que sería copiado en futuras edificaciones palaciales islámicas como el Salón del Yeso de Sevilla o el de Comares en la Alhambra granadina.  

El Andalusí


viernes, 7 de diciembre de 2012

La duda

Me gusta mucho ver a la gente contenta. Pero tengo que reconocer que tampoco me incomoda ver a mi gente sumida en la duda. La duda es la prueba más evidente de que no has dejado de crecer. La duda se empecina en dejar patente que quieres seguir avanzando. La duda es ese desierto que separa dos oasis, un valle entre dos cumbres.

Nos enseñan que todo hay que tenerlo claro siempre. Nos enseñan que hay blanco y negro, luz y oscuridad, suerte y desgracia, vida y muerte. Pero tenemos que descubrir nosotros solos que también hay grises y penumbras, que demasiada suerte es una desgracia y que la muerte, cuando has querido y te han querido, es una vida en los recuerdos.

La duda es un examen, una reválida, una oposición. Hay que superarla para volver a la certeza. Queremos aprobar a toda costa, sin darnos cuenta que, una vez reinstalados en nuestras cómodas ideas preconcebidas, nos quedamos estáticos en un mundo en constante movimiento. Y camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.

De la duda nace el progreso. No solo el material, también el personal. Junto con la curiosidad, son dos potencias que nos hacen asumir riesgos y reflexionar sobre el sentido de nuestra existencia. En ese proceso siempre hay sufrimiento, algo parecido al dolor que siente un adolescente mientras su cuerpo crece y cambia, mientras se transforma en adulto. Pero todos recordamos la adolescencia como un período mágico, el más apasionado de todos, unas etapas que se viven y se queman vertiginosamente. De aquellas dudas y de aquella curiosidad somos fruto.

Las dudas son peligrosas si se convierten en un modo de vida. Aquí si pueden llegar a inmovilizarte. Pero las dudas se atraviesan despacito y con buena letra o cayéndose de un caballo como San Pablo. Y al otro lado está una nueva verdad. Al menos, hasta la siguiente duda.

Hoy no ha sido un buen día. Solo en un autobús vacío, camino de casa, tenía la sensación de que mi vida se ha convertido en una moviola en la que se repiten ad nauseam las liturgias. Las risas de unos adolescentes que se han subido en Plaza de España me han dado aire.  Luego mi hijo me ha dado un beso de buenas noches. Y aquí si que no cabe la duda: cada vez que tu hijo te de un beso de buenas noches, serán unas buenas, muy, muy buenas noches.

Eres una gran mujer. Sin duda. Hazme caso.



martes, 4 de diciembre de 2012

La obsolescencia programada


En el parque de bomberos de Livermore, California, hay una bombilla que lleva encendida 110 años de forma ininterrumpida. El segundo coche de mi padre va camino de los 50 años, y mi primer teléfono móvil aún funciona.

¿Por qué las bombillas de mi casa pegan un petardazo y las tengo que cambiar cada poco tiempo, un coche a los 10 años es prácticamente una tartana y los móviles se cascan en menos de una legislatura? ¿Nunca oyó que las cintas de vídeo caducaban, y a los 10 años dejaban de verse?
¿No ha pensado nunca aquello de 'las cosas duraban más antes'? ¿Y no se ha preguntado nunca por qué, con los avances tecnológicos cada vez más impresionantes, los objetos, en especial los aparatuquis, tienen una vida demasiado corta?

Esta cuestión gira en torno al concepto denominado 'obsolescencia programada'. Podría ser el título de una película de los hermanos Coen o Wachowski, pero no. La obsolescencia programada consiste en fabricar productos con intención de que tengan una duración limitada, no de que resistan el mayor tiempo posible. Esto, desde el punto de vista del consumidor es algo extraño, pues uno siempre piensa que las cosas duren mucho, sin embargo la o.p. (que también es casi una marca de productos de higiene íntima femenina) se emplea por los fabricantes como un método para asegurarse, por ejemplo, de que una lavadora pete en unos 8 años como promedio, un televisor se vea de color verde antes de que pasen dos olimpiadas o un teléfono ni siquiera se encienda cuando casi no hemos aprendido a usarlo del todo.

Los humanos somos una buena muestra de obsolescencia programada; si antes no hemos sucumbido víctimas de alguna toxicomanía, accidente de tranvía o de una sobredosis de telebasura, al llegar a una edad provecta nuestro mecanismo echa el cierre, y a otra cosa.

Pero todo esto me hace pensar en si la o.p. no podría tener algunas aplicaciones de lo más prácticas. Por ejemplo, los políticos. ¿No estaría bien que nuestros queridos representantes, pasado un tiempo prudencial y de forma automática, se volvieran inútiles? Bueno, en realidad eso ya lo parecen desde el principio; me refiero a que podría ser que cuando un político llevase un tiempo máximo en su cargo, directamente quedase anulado para seguir ejerciendo, sin necesidad de elecciones, y sin riesgo de que él mismo se considerase tan imprescindible que sufriese la tentación de repetir. Lo malo es que algún listo inventaría algún tipo de sistema de reciclaje por el que los políticos obsoletos tuviesen algún retiro cómodo y bien remunerado. Tengo la sensación de que esto ya existe, me parece que el europarlamento es algo así, y los eurodiputados son políticos que han llegado a su obsolescencia y ya que no sirven para nada se lo llevan crudo en Bruselas. Mejor sería que reventasen, como las lavadoras.Y digo yo, ¿las agencias de rating no tendrán caducidad??

Lo que representa un ejemplo claro de obsolescencia programada es el amor. Al principio es todo lustroso, brillante, como un coche nuevo, con una línea moderna, y da gusto conducirlo. Pero según vas haciendo kilómetros, va perdiendo reprise, brío, la tapicería se desgasta, y cuando llega a un determinado tiempo de vida útil, se acabó; y vete a pedirle la garantía al fabricante. Esto es también aplicable al sexo, por supuesto, el aparato tiene su vida útil y luego no sirve para nada, al menos el masculino. Cuando después de un gatillazo ella dice '¿pero qué te pasa hoy?', es una respuesta razonable 'cariño, es la obsolescencia programada'. Ahí hay que hacer algún apaño, quizás con alguna reparación pueda estirarse (con perdón) la vida útil, por la cuenta que nos tiene.

A lo que voy es a que la obsolescencia programada no es más que la aplicación a la tecnología de lo que es en realidad la vida: las cosas se gastan, y hay que aprovecharlas antes de que se fundan, como las bombillas. Es decir, hay que usar los aparatos mientras funcionen. Hasta el mejor vino se estropea si se guarda demasiado tiempo, por eso hay que soplárselo en cuanto se tenga una ocasión adecuada, que puede ser, por ejemplo, que es martes, o que ha dejado de llover. Y si no le gusta el vino, una buena cerveza sirve igual, pero no la deje mucho rato, que se le va la espuma. Como decía Joan Manuel, 'no dosifiques los placeres, si puedes derróchalos'.

domingo, 25 de noviembre de 2012

La comedia salvaje


Un relojero, un cliente y una Guerra Civil.

Un seminario, falangistas y requetés, pilotos y milicianos, presidentes, generales, filósofos, un pelotón que vota democráticamente si ataca o retrocede, un ciego visionario, un comando plurinacional de libertadores sudamericanos dispuestos a conquistar España, crueldad sin límites, más crueldad absurda, independentistas que no saben que es la independencia y anarquistas enamorados de los coches de lujo, entre otros, protagonizan esta historia tan descabellada como su escenario.

A mí me ha gustado mucho. Pero mucho.




La comedia salvaje
José Ovejero 2009
385 páginas
Alfaguara

miércoles, 21 de noviembre de 2012

En la peluquería


 Mi mujer me ha reñido porque dice que parezco el protagonista de “En busca del fuego”. Razón tiene. Llevo unos pelos y unas barbas que parezco un hippie de los de los setenta.

Así que me armo de valor y me bajo a la peluquería.

En vez de salir a recibirme Antonio, mi peluquero de toda la vida, aparece una señorita de entre treinta y cuarenta años, con una cara que me recuerda a Anita Ekberg, y me dice que se llama Marga, que es prima de Antonio y que él ha sufrido un pequeño accidente y tiene que reposar unos días con un collarín cervical. Le digo que lo siento y hago ademán de marcharme. Me dice que espere, que ella misma me cortará el pelo, que es peluquera de señoras y de caballeros.

Si yo tuviese una cabellera difícil, seguramente le habría dicho que no, por desconocimiento de su pericia. Pero lo mío es fácil. Maquinilla al dos por detrás y por los lados y al cuatro por arriba, un par de retoques en el frontal y un rasurado en la nuca me dejan listo para el servicio. Me dice que en dos minutos está conmigo. Me siento y, sin gafas de ver, le echo un vistazo a la prensa. Se me juntan las letras y no llego a saber si Messi se pasa al cine porno, Nacho Vidal ha dado a luz en su casa o Sánchez Dragó se ha llevado la “Bota de Oro”.

Aparece la señorita y, hasta sin gafas de ver, me fijo en que no sólo se parece a la protagonista de “La dolce vita” en la cara: su anatomía también es muy semejante. Me siento en el sillón, me coloca la toalla y esa especie de mandil huertano que hace las veces de sobrecapa y me sujeta la cabeza con las dos manos frente al espejo, como valorando el material de trabajo. Yo miro también al espejo y no se me pasa el detalle de que el botón que cierra su bata a la altura del escote está pugnando por salir despedido ante la presión de tanta carne y tan bien distribuida. Empiezo a sudar levemente, por la imagen que compone mi cara bajo sus encantos y por la sospecha de que se ha dado cuenta de que a los ojos, precisamente, no la estaba mirando.

- ¿A navaja?

- No, no. Maquinilla.

- Vale.

No cuenta chistes. No habla de fútbol. Ni siquiera comentamos nada sobre los asuntos del barrio. Hay un silencio incómodo. Se agacha para alcanzar el enchufe de la afeitadora y saco dos conclusiones: que la bata va corta de tela y que se lleva otra vez el negro en materia de lencería. Ya sudo copiosamente, por los malos pensamientos y porque no sé si, a través de los espejos, se está percatando de mi turbación. Trago saliva y trato de distraerme repitiendo mentalmente la letra de las canciones de mi infancia.

Estoy con lo de “Mazinger es fuerte, es bravo, es una furia” cuando se produce la primera colisión. Ha topado su parachoques contra mi oreja. Doy un respingo y empiezo a respirar por la boca.

Los siguientes quince minutos son de pánico. Cada vez que se mueve hay alguna parte de su espléndida carrocería que me roza. Si sigo sudando así, en otros quince estaré deshidratado. Encima me sonríe constantemente, que otra cosa tendrá, pero amable es un rato.

Llega un momento que no aguanto más.

- Así, así está bien…

Me incorporo, me pongo perdido de pelos, saco con mis temblorosas manos el primer billete que alcanzo, uno de veinte, lo dejo sobre la repisa y sólo alcanzo a decir:

- Muchas gracias, quédate el cambio, que se mejore Antonio, buenos días…

Salgo a la carrera de la peluquería. Cuando recupero el ritmo cardiaco, me fijo en un escaparate que llevo el mismo look que el malo de “El último mohicano”. Verás cunado me vea mi mujer. Y cuando la diga que este corte de pelo me ha costado el doble de lo normal. A la próxima, me afeito la cabeza en casa y santas pascuas.




sábado, 17 de noviembre de 2012

La noticia del día: Se opera 90 veces para parecerse a Ken, el novio de Barbie


LA RAZÓN, 22 de octubre de 2012

Bíceps, tríceps, nalgas, abdomen y, sobre todo, el rostro. Justin Jedlica, un estadounidense de 32 años, se ha operado en noventa ocasiones para poner de un lado, quitar de otro, con una obsesión: parecerse a Ken, el novio de la muñeca Barbie.

Semejante excentricidad le ha costado a Jedlica, por el momento, 100.000 dólares, una cifra que no es definitiva porque ya ha anunciado que no ha quedado satisfecho con el resultado y que está dispuesto a pasar de nuevo por el quirófano.

Según explicó el joven en una entrevista con la cadena de televisión ABC News, su frenética actividad en el quirófano responde no sólo a su pasión por el juguete de la infancia de tantas mujeres, el novio de la mítica Barbie, sino porque ante todo ama la posibilidad de “transformarse continuamente”.


Podía ser peor, y haber querido parecerse a Bob Esponja, Mr. Potato o a la rana Gustavo.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Cicatrices

Cada mañana, al mirarme al espejo, tengo la esperanza de encontrarme con el rostro hidratado de Georges Clooney. Ya, ya sé que es pedir demasiado, pero puestos a soñar…

Lo cierto es que, cada mañana, me encuentro con mi propia cara, más bien hinchada, dicho sea de paso…Esos ojillos pequeños, la nariz carnosa, la barba desordenada, los dientes grises de bristaciclina y tabaco. La jeta de todos los días, un día más vieja.

Cada mañana, indefectiblemente, se me va la mirada a un pequeño cráter horadado en la prominencia que hace las veces de la punta de mi nariz. Es una cicatriz pequeñita, redondita, nada del otro mundo, que combina con un juego completo de cicatrices, de diferentes formas y tamaños, que me decoran la cara y otras partes de mi desastrosa anatomía.

Podría ponerme triste al contemplar la desolación que han dejado a su paso las batallas de esa guerra que llamamos vida. Sin embargo, como mis esquemas mentales se corresponden aproximadamente a los de un berberecho atlántico y consta por certificación médica que tengo un cable pelado en el cerebro que de vez en cuando hace cortocircuito, la verdad es que cuando veo mi boquete facial favorito, me pongo contento. Por dos motivos.

El primero, evidente, es que el hecho de mirarme el hoyuelo constata que estoy vivo. En presente. Feo como un orangután con sarampión, pero vivo. Y me consuelo pensando que igual es cierto eso de que el hombre y el oso…Aunque si fuera cierto, yo sería modelo de pasarela.

El segundo, que cada surco repujado en mi curtido pellejo es una prueba irrefutable de que he vivido. En pasado. He ido y he vuelto, he estado, he querido y me han querido, he odiado nada y no creo haber hecho méritos para que me hayan odiado, he disfrutado, he sufrido, he plantado un árbol, he escrito un libro y he tenido dos hijos, que lo realmente importante mejor por duplicado, me he bebido el Manzanares hecho cerveza, me he reído de mi sombra y de las de Grey, he abrazado a mis amigos y he amado a una mujer como solo un loco desesperado puede amar a una mujer.

Mientras me cepillo, pienso en el plan para ese día. No se me ocurre ninguno mejor que volver a poner en presente lo que he vivido en pasado (menos lo de tener hijos, que ya no está uno para trotes).

Y le doy las gracias más sinceras a esa diminuta cicatriz que me devuelve a la realidad mediante una auditoria de mi vida sin números en rojo. Bueno, salvo los del banco, pero… ¿He dicho acaso que el banco esté entre mis amigos, forme parte de mi prole o me enamore? Pues eso.

domingo, 11 de noviembre de 2012

El extremo noroccidental de Guadalajara

     Buena época ahora en otoño para visitar una zona de amplios robledales, que nos ofrecerán un maravilloso espectáculo de colorido. Las distintas tonalidades de ocres, marrones y naranjas que presentan sus hojas en estas fechas, nos llenarán de alegría nuestra vista.

       Me refiero a una escarpada zona montañosa, salpicada de bonitos pueblos, situada en el noroeste de la provincia de Guadalajara, entre los pueblos negros (Campillo de Ranas, Majaelrayo, etc.) y el nordeste de la provincia de Madrid.


Cardoso de la Sierra
      Como siempre, con un mapa de carreteras podremos seguir la ruta segun la voy describiendo. Hay que tener en cuentra que esta zona solo tiene acceso por carretera asfaltada desde la provincia de Madrid, concretamente desde Montejo de la Sierra, siguiendo hacia el famoso Hayedo de Montejo, que en estas fechas estará muy concurrido, y continuando hacia Cardoso de la Sierra, ya en la provincia de Guadalajara, primera parada de nuestra ruta.


     Es Cardoso un pueblo en el que predomina la arquitectura de pizarra, que disfrutaremos dando un paseo por sus calles, y donde no dejaremos de subir al mirador que hay detrás de la iglesia, para contemplar el maravilloso entorno de montaña que nos rodea, junto con el colorido otoñal de sus extensos robledales.  

La Hiruela

       Antes de continuar al siguiente pueblo, explicaré que desde Cardoso se pueden hacer dos bonitas rutas de senderismo, muy apropiadas para esta época, ya que ambas discurren entre amplios bosques de roble. Una tiene como objetivo llegar al cercano y bello pueblo madrileño de La Hiruela, cruzando el río Jarama en su curso alto, cuya vegetación de ribera también se encuentra ahora en su máxima expresión colorista. Es una ruta fácil y corta, ida y vuelta nos llevará menos de dos horas.

     
Pico Santuy
   La otra, un poco más complicada, consiste en subir al Pico Santuy (1.930 mts.) que se encuentra al norte de Cardoso. Saliendo por la carretera hacia Bocígano, empezaremos a subir tomando el primer camino de tierra  a la izquierda y, atravesando unas naves, llegaremos a una bifurcación, donde tomaremos la pista de la derecha, la que tiene la barrera, ganando altura mientras atravesamos el robledal hasta llegar a la cuerda, la cual seguiremos, abandonando el camino, hasta la cumbre.


Cima del  Pico Santuy
          Desde aquí las vistas son maravillosas: montañas y valles por todos los lados. Pico Cebollera (o Tres Provincias), El Cerrón y el Pico del Lobo hacia el norte; el Pico Ocejón hacia el este; Cardoso, La Hiruela, Colmenar de la Sierra y la llanura alcarreña hacia el sur; y el Valle del Lozoya, Cuerda Larga y Peñalara al oeste. Y por si fuera poco, el ya referido colorido otoñal de los robledales. Todo esto se puede intentar describir con palabras pero, por supuesto, lo ideal es estar allí y verlo con tus propios ojos.

          Esta ruta de senderismo no es muy complicada ni muy larga, yo diría de dificultad media, y se pude hacer, ida y vuelta por el mismo sitio, en unas 4 horas, más el tiempo que estés en la cima disfrutando del panorama. Dos horas estuve yo arriba, y no me cansaba de mirar, y luego bajaba con pena. Increible que venga tan poca gente por aquí, aunque un poco "pateado" sí estaba.

          Hay que decir que, con lo cortos que son los días ahora, necesitaríamos una jornada solo para hacer el senderismo y otra para la ruta de pueblos en coche. Sigamos con ésta.

Colmenar de la Sierra
          Desde Cardoso continuamos por la carretera hasta Bocígano. Desde su amplia plaza salen algunas calles con buenas casas de pizarra. Gran entorno boscoso.

           Seguimos después hacia Colmenar de la Sierra, que presenta buenas casas de pizarra, rodeado de altas montañas y extensos pinares. Como curiosidad diremos que tiene una calle dedicada de manera muy graciosa a la madre de un conocido futbolista.

Corralejo
           Después volvemos sobre nuestros pasos para llegar al cruce hacia Corralejo, diminuto pero encantador pueblo típico de pastores, con buenas vistas del Pico Ocejón hacia el este. La plaza es muy bonita, formada por la pequeña iglesia, varias casas y corrales, y una fuente con merendero en medio, todo de pizarra.

          Volviendo de nuevo sobre nuestros pasos llegamos al cruce para coger la carretera de Cabida, otro diminuto pueblo pastoril, con buena iglesia y rodeado de robles. Se puede hacer una corta ruta de senderismo cogiendo la senda que sale del pueblo y se introduce en el bosque, y que va ganando altura para llevarnos al imponente espolón rocoso que hay frente a la localidad en dirección este.

Peñalba de la Sierra
          Por último, volviendo de nuevo a la carretera principal, seguiremos hacia Peñalba de la Sierra, parando antes en el alto del puerto del mismo nombre, para contemplar las increibles vistas de todo el entorno de montaña, y del precioso valle en cuyo fondo se encuentra el pueblo. Una vez en éste, dando un paseo por sus calles, volveremos a disfrutar de buenos ejemplos de arquitectura de pizarra.

         Este sería el final de la ruta. Volvemos por la misma carretera hacia Cardoso y Montejo de la Sierra, para salir de nuevo hacia la A-1.

        Hay  que decir que es ésta una ruta que discurre por pueblos muy pequeños y despoblados donde apenas hay alojamientos y restaurantes. Algo hay en La Hiruela, Montejo de la Sierra y Cardoso.

       Eso es todo. Saludos y... disfruten de nuestros pueblos y su entorno.

AOC

viernes, 9 de noviembre de 2012

El hoyo


Me contaba una amiga hace unos días unos problemas personales que no son del caso. En un momento de la conversación, utilizó la palabra “hoyo”. El “hoyo” es ese lugar al que algunos hemos viajado en ciertos momentos de nuestra vida.

Al hoyo no se llega por los asuntos externos. Hay circunstancias terribles en el desarrollo de la existencia que pueden dejarte molido, desintegrado. Hay he...
chos y situaciones que destruyen tu ánimo, que aniquilan tu autoestima, que te degradan.

De ahí se sale. Te rehaces, tus obligaciones te reclaman, retomas la marcha despacito, empiezas a caminar. Valoras lo que aún tienes y concluyes que no puedes permitirte aquello de que las lágrimas por el sol que se ha ido pueden impedirte ver las estrellas.

El hoyo es otra historia. El hoyo lo cavas tú sólo. Sin motivo. Sin razón. Nunca te parece suficientemente profundo. Escarbas compulsivamente, poseído por un afán absurdo pero imparable. Luego, también sin motivo y también sin razón, te metes dentro. Te haces un ovillo y te quedas quieto. Cuando los que se preocupan por ti te llaman y te piden que salgas fuera, refunfuñas y te encoges aún más. Buscas los motivos en la edad, en la rutina, en la falta de objetivos, en el peso insoportable de lo cotidiano. Recorres mentalmente una y otra vez ese sendero, para acabar descubriendo que es un camino circular, y te acurrucas aún más. Pruebas todo lo que te recomiendan y siempre recibes como premio la decepción. Te sigues achicando, y tus pensamientos son una pescadilla que se muerde la cola.

Un día, no sabes como, un rayo de sol llega al fondo del hoyo. Abres los ojos, te desentumeces, levantas poco a poco la cabeza. Te asomas fuera del hoyo. Y solo, igual que entraste, sales. Tu mundo sigue allí, pero no son un lastre ni tus años, ni tus rutinas, ni la búsqueda de objetivos ni lo cotidiano. Y empiezas a vivir de nuevo.

Traté de explicárselo, consciente de que, hasta que llegue el rayo de sol, de nada sirve lo que pueda decirle.

martes, 6 de noviembre de 2012

Hace un año


Hace un año ya estábamos en crisis.
Seguramente teníamos las mismas preocupaciones que hoy, problemas económicos, laborales, de pareja, sociales.
Puede que tú estuvieras enfadada con tu amiga por algo que te parecía importante, o tú discutieses con el portero de tu casa, o tú maldijeses a tu jefe por su prepotencia; quizás tú te entristeciste pensando que un día más no habías encontrado al hombre de tu vida, o tú pensaste que tú mujer no te entendía. Tal vez tú te agobiaste por lo caro que estaba todo, tú volvieses a salir demasiado tarde de trabajar, o tú te enfadases con él porque se fue a tomar unas cervezas con sus amigos.
Un año, no es nada, parece que fue ayer, y si miras atrás las cosas apenas han cambiado, sigues con las mismas preocupaciones, sin haber puesto remedio, incluso sin haberlo intentado.
Probablemente yo mismo sentí o hice algo de eso, y seguro que me causó, como a ti, disgusto, rabia, frustración o desánimo.
Seguramente hace un año sería todo casi igual que hoy, como si el tiempo no pasara, salvo porque hoy hace un año yo no era capaz ni de imaginar que la estaba felicitando por su cumpleaños por última vez. Y ahora que me falta y la echo tanto de menos pienso en lo absurdo de seguir preocupándose demasiado por todas esas cosas, cuando la arena sigue cayendo y no se va a parar, en lugar de disfrutar de los momentos y dar a cada problema la importancia que en realidad tiene.
Dentro de un año seguramente seguiremos en crisis, pero ojalá seamos capaces de vivir un poco más tranquilos.
Hoy brindaré por ella, por sus ojos azules y su sonrisa.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Periodista

Periodistas. Hablamos de periodistas con un desparpajo que resulta insultante para los verdaderos profesionales. Ya es hora de que separemos el grano de la paja.

Un periodista es un profesional que persigue la verdad para ponerla a disposición de los ciudadanos. Que arriesga su trabajo y a veces mucho más, para informarnos a todos. Qué es capaz de enfrentarse con los poderes establecidos con la única intención de dejar al aire los hechos descarnados.

Luego están los opinadotes sectarios, afines a una determinada corriente política o económica, que se dedican a justificar lo injustificable, enturbiar la realidad cuando no favorece a sus mentores y, en último caso, si es preciso, arrojar mierda al ventilador para que salpique a todos y diluya la culpabilidad de su representado. Algunos/as llegan a convertirse en auténticos comisarios políticos accediendo a cargos públicos relacionados con la información. En España hay múltiples ejemplos, vinculados a los dos partidos políticos que detentan el poder desde hace más de veinte años. Estos no son periodistas.

Y hay una tercera categoría, la de los especuladores del morbo, esos que se dedican a traficar con las tragedias y las miserias, esos que explotan hasta el límite los hechos luctuosos o las vidas de los demás. Que encuentran su sustento en diatribas morales sobre los errores privados de los otros, o en sesudos análisis sobre las desgracias ajenas. Con el añadido de una tendencia inequívoca a convertir todo ello en un espectáculo. Esos, tampoco son periodistas.

Kostas Vaxevanis es un periodista griego al que han querido encarcelar porque ha revelado una lista de sinvergüenzas que, para enriquecerse aún más, han defraudado económicamente a un pueblo ya defraudado hasta el hastío por la golfería de sus poderes públicos. Pero, esta vez, la Justicia ha hecho bien una parte de su trabajo. Ahora sólo falta que condene a los que están en la lista. Aunque eso ya…

Kostas es un periodista. Miembro de una especie en extinción. Esa especie que se niega a permitir que la primera víctima de la guerra, hoy de la política y las finanzas, sea la verdad. Mucho respeto por ellos y nunca insultarles llamando “periodistas” a paniaguados y sátiros.

martes, 30 de octubre de 2012

Capitán Rick

- ¿Monsieur Rick?

- Oui

El camarero, solícito, le aproximó la bandeja de plata sobre la que reposaba la tarjeta. Con esa elegancia natural que tiene para todo, mi amigo se disculpó y se levantó para leerla manteniendo la discreción.

- Pas de réponse…

Volvió a sentarse y se quedó pensativo por un instante. Como le conozco, no quise entorpecer el recorrido de sus cavilaciones y apuré mi cerveza.

Con un tenue gesto de reconocimiento, volvió a la conversación, no sin antes vaciar su vaso y solicitar otras dos cervezas al camarero. El sol de invierno entibiaba el muelle del puerto de Marsella lo imprescindible para hacer grata nuestra estancia.

Un flamante Hispano-Suiza se deslizó lentamente por la calle empedrada, y me pareció ver en el rostro impasible del “chauffeur” un ápice de desprecio. Mis pensamientos volaron con una ráfaga de viento y con la llegada de nuestras cervezas, adornadas con un enorme plato de verdes olivas. Retomó la conversación después del primer sorbo.

- Quisiera explicarte…

- No es necesario, amigo mío…

- Es una larga historia…

Me atreví a interrumpirle.

- Entonces, será una historia de amor.

La complicidad brilló en su sonrisa. Treinta años hace que soy su primer oficial. Treinta años a su lado, observando como permanecía impasible en mitad del más fiero de los temporales, como desconfiaba de las calmas y que satisfacción le producían los leves vaivenes de las marejadillas.

- Los griegos siempre tan soñadores. Aunque aciertas.

Yo sabía que acertaba. Ese destello que le cruzaba los ojos al avistar el litoral marsellés. Ese regresar al barco con aire ensimismado. Ningún marino pasa tanto tiempo en tierra si no es abrazado a un salvavidas con nombre de mujer. Eso lo sé por experiencia.

- La más hermosa de las damas. La más gentil, la más apasionada, la más perfecta obra de arte que la Naturaleza haya sido capaz de esculpir.

Le gusta bromear con mi nacionalidad. Dice que se siente más seguro en el puente de mando con un descendiente de los primeros navegantes que surcaron el Mediterráneo, pero que le preocupa que yo aún crea en deidades primitivas. Él, precisamente él, que ahora definía con sus palabras a una Diosa.
- Me juró que partiría y le juré que nunca regresaría. Ninguno de los dos cumplió su palabra.

- Impropio de un norteamericano faltar a una promesa.

- Impropio, pero imprescindible.

Se hace el silencio, mientras pasea su mirada por los mástiles de la flota amarrada. Yo juego con una aceituna antes de echármela a la boca.

- Tuve que volver para no tener que cambiar de barco. Amo a la “Sonatina” mucho más de lo que creía. Ese buque es fiel, dispuesto a hacer lo que le pidas sin una queja, y sólo en sus entrañas me siento realmente seguro.

Entiendo lo que me dice, y lo que no me dice. Ese buque es un cascarón sólido, batido por mil tempestades, pero quiere decir además que no quiso cambiar de tripulación, que no pudo dejar atrás a ese grupo de hombres curtidos y taciturnos que siempre le respetaron y obedecieron con fe ciega. Hombres entre los que yo me cuento.

- Cuando regresé, se había informado de los atraques, y mandó a buscarme, con una tarjeta similar a esta. Hace ya tres años.

Vuelve a callar. No puedo eludir la pregunta.

- Pero, Capitán… ¿Qué te impide volver a encallar en su playa?

Me mira muy fijo, con sus ojos azules.

- Al entrar en la bocana, contemplando Marsella, entendí que tenía que perderla para conservarla siempre. Qué solo olvidándola podría recordarla.

Una gaviota se deja arrastrar por las corrientes de aire, inmóvil en el cielo. Nunca deja de sorprenderme el Capitán Rick.
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La siguiente la pago yo por Rick, Diógenes de Sinope y Albert se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.