Así no puedo ser feliz ni puedo hacer feliz a nadie.
Te quiero como eres, quiero darte lo bueno que tengo dentro, que salga para dejar de lado lo que me está torturando.
¿Qué me ha ocurrido? Que en ese momento que me voy a romper con todo porque lo he perdido todo, apareces como una luz. Una mujer atractiva, me miro en sus ojos y veo la chispa que vuelve a encender mi corazón, me vuelve a poner en marcha, vuelve a aparecer el deseo, las ganas de besar, de estrechar en mis brazos a una mujer, la ilusión. En un momento todo vuelve por ti. Te veo aparecer por la puerta aquella noche y vuelvo a arder; perfecta, sonriendo, sexy a rabiar. Vuelvo a mirar en tus ojos y veo que sí, sí. Más tarde cruzo mi mirada con la tuya, me ahogo en ella y quedo convencido, me digo... ¡adelante!
Me haces saber que, a pesar de lo que sientes, no hay lugar en tu corazón para mí y maldigo mi suerte, pero tengo la ocasión de galantear contigo, soy prudente, aun así veo que hay fuego y me lanzo contigo a la hoguera.
No llegaré a compartir tu vida, soy consciente, pero me niego en redondo a renunciar a besar tus labios mientras te estrecho en mis brazos.
Ahora sé que tú también lo deseas y no voy a dejar de luchar por ello. Lo siento. Sólo si tú me dices “déjame en paz loco, ves visiones” renunciaré a ti y te querré en silencio, ahogaré mi deseo en qué sé yo qué cosa, pero lo ahogaré.
Perdóname pero es lo que siento.
Mis besos seguirán siendo para ti. Soy incapaz de conciliar el sueño no puedo dejar de pensar en ti. Necesito oírte.
Después de escucharte y por un momento estar tranquilo, como un mazazo la habitación ha caído encima de mí, la noche ha sido agitada, todo me ha estado dando vueltas en la cabeza y sólo el pensar en ti me proporcionaba unos momentos de sosiego, los minutos que he podido dormir.
Por fin clareó el día y la luz, poco a poco, ha ido disipando mis fantasmas, han empezado los ruidos de la vida en la calle y lo he agradecido, la soledad forzada es lo que tiene, a veces te toca en el hombro y te dice aquí estoy... ¿Qué vas a hacer esta noche? Entonces, como ella conoce la respuesta se queda contigo. Puede intentar ser cruel o simplemente estar a tu lado, o como esta vez, ponerse celosa cuando yo miraba tu foto, eres compañía y eso a la soledad la saca de quicio.
Lo que hubiera dado por verte dormir un rato antes de acostarme, me das mucho, siento cosas para las que no tengo explicación y me llena, parece que vuelvo a tener quince años y tengo esos nervios mientras espero a saber de ti, ahora sé que estás dormida y quisiera estar en tus sueños y aunque sólo fuera ahí, acariciarte el pelo mirándote a los ojos, verte sonreír, quedarme tranquilo y dormir para soñar yo.
Cierro los ojos y te veo, se me acelera el pulso, me doy la vuelta en la cama, siento el calor, otra vuelta, miro el móvil, no estás. Tu foto sólo me para un momento... ¡Qué calor!... ¡Cómo me gustas! Tengo un vacío en el estómago y lo recorre todo.
La ventana, no corre nada de aire, tengo la Luna enfrente y la cabeza llena de ti, no hay manera, me escucho respirar y el “bum, bum” en mi pecho, no lo soporto, quiero tus labios, “Ansiedad”... “Tenerte cerca”... Besarte. Cómo te deseo ahora, sin concesiones, quémate conmigo, vamos a arder, quiero quedar rendido, quiero verte sonreir, quiero... Quiero...
Publicado por Jesús.
