miércoles, 28 de diciembre de 2011

Esto no es una inocentada

Este blog es una inocentada en sí mismo durante todo el año.
Publicamos toda serie de disparates, propios y ajenos, en diferentes formatos, algunos más afortunados, otros más desatinados. Cualquiera de las “noticias del día” servirían para un 28 de diciembre; hoy mismo, podríamos publicar que según su biografía oficial, el fallecido líder norcoreano escribió 1.500 libros en 3 años y compuso las mejores 6 óperas de la historia, o que un banco español retiene dinero a un cliente hasta el año 3000, o incluso que Paquirrín va a dar las campanadas de fin de año con el corazón roto, y muchos se preguntarían si no les estamos vacilando con una inocentada.
Así que hoy, nuestra inocentada es cambiar un poco el tono y proponer algo serio, en esta época en que tanta gente está descontenta por tantas cosas. Se trata de las conclusiones de un trabajo basado en la experiencia de personas que han estado a punto de “cascar”, ya sea por un accidente o por una grave enfermedad, y que suelen cambiar radicalmente su forma de vida una vez restablecidas, o de personas que se ven cercanas al fin. Todas ellas fueron preguntadas acerca de las cosas de las que se arrepentían, y las más frecuentes fueron las siguientes:
1.-"Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí". En muchas ocasiones, esto se debe a que optaron por hacer lo que creían que debían hacer, en lugar de lo que realmente querían.
2.-"Desearía no haber trabajado tan duro". Es el lamento más frecuente entre los pacientes de sexo masculino, que desearían haber pasado más tiempo junto a su familia viendo crecer a sus hijos, en lugar de en su puesto de trabajo.
3.-"Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos". Aquellos que reprimieron sus sentimientos para no enfrentarse a quienes los rodeaban se lamentan de haberse conformado con vivir una existencia mediocre y amargada, en la que no eran ellos mismos.
4.-"Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos". Al igual que muchas personas se arrepienten de haber descuidado a sus familias, es muy frecuente lamentar no haber cuidado lo suficiente de aquellas amistades verdaderamente importantes.
5.-"Desearía haberme permitido ser más feliz". Se trata de un reproche sorprendentemente común que se hacen aquellas personas que prefirieron engañarse a sí mismos y continuar con unas existencias en las que ya no eran felices, en lugar de enfrentarse a su miedo a cambiar de vida.
La buena noticia es que casi siempre queda tiempo y casi nunca es demasiado tarde. Lo importante es saberlo. Y todo ello, ¡mejor con una cerveza!

1 comentario:

  1. Más razón que un santo... Por cierto, habéis sondeado si alguna marca de cerveza os patrocinaría, porque yo creo que lo harían gustosos.

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