domingo, 7 de abril de 2013

El día después...

El día después…

Aparte de llegar al convencimiento de que el Baileys, combinado con cerveza rubia y negra, whisky de malta y boquerones en vinagre no favorece las digestiones y de que el exceso de alcohol dificulta los usos propios del matrimonio, y conste que digo “dificulta”, no “impide”, tengo que concluir que sois de lo mejorcito que tengo en mi vida.

Primero, pedir perdón por no poder dedicaros a cada uno de vosotros el tiempo que me hubiese gustado. Pedir perdón a Gema Bocardo, a la que le debo todavía cinco cervezas, según mis cuentas, que yo las deudas las pago, a Myriam Pacheco, con la que tengo muchas ganas de tener una conversación larga, a Rocío con la que me habría tirado horas hablando de su tío abuelo, a Mamen y su marido, a Miguel Angel y José Luis y su Chica T, a Susana por no haberla saludado ni una sola vez a lo largo de la noche, a Manolo, al que tardé cinco horas en escribirle una dedicatoria, a Fernando, por no pincharle más con Mourinho, a los galardonados Luciana y Manuel, a mi queridísima Vicky, que baila el rock&roll como bailan las mujeres de verdad, al gran Alejandro y sus chicas, el ejemplo de que la simpatía es el activo más importante de este país, y a todos los demás, y que no se me disguste ninguno, porque anoche Rick y yo éramos como los mosqueteros: uno para todos y todos para uno. Prometo compensar individualmente a todos a base de cervezas y charla, que de las dos cosas voy sobrado.

Segundo, dar las gracias a todos. Fue una noche fantástica.

Primero, a Eva, con permiso y mejorando lo presente, la chica más guapa de la fiesta. Gracias por soportarme durante más de veinte años y gracias por acompañarme estando “pachucha”. Eres la mujer de mi vida y yo soy el hombre de tu ruina, pero quererte, te quiero con locura. No creo que compense, pero ya me explicarás algún día porqué lo has hecho. Porque como amante tampoco es que sea yo como para tirar cohetes.

Segundo, a Napo. De los muchos privilegios con los que la suerte me ha distinguido, este es uno de los más importantes. Puestos a confesar, me aguanta lo que no está en los escritos, se hace cargo de todo, se preocupa, es un “máquina” trabajando, siempre es indulgente con mis innumerables errores y comprensivo con mis filias, mis fobias, mis angustias, mis manías y mis perezas. No obstante, el discurso del tercer concurso me lo reservo, que soy un tío vengativo. Nunca debí dejarle coger el micrófono.

En tercer lugar, a todos los asistentes: a Gema, que me perdone el error de olvidarme de los puritos, a José Ignacio, “semper fidelis”, a Francisco, un tío cabal, a mis Ángeles de Charlie, empezando por Elsa e Itziar y siguiendo con Miryam, Rocío y Susana, hasta ya no sé cuantas, que Flavia, mi agente, no hace más que reclutar, que yo creo que nunca un tío tan feo tuvo tantas seguidoras guapas, ni un tío tan feo fue seguidor de tantas chicas guapas a la vez, a Patricia, mi hermana pequeña que ya está hecha una mujer,  Mati, Raquel y demás componentes del Comando Efe, a mis Nómadas y señoras de Nómadas, que se han vuelto sedentarios en el James, que sedentario debe derivar de “sed”, a Reyes, siempre deliciosa, a Manolo y Marisa, a Rosa, prima consorte por parte de cuñada, o algo así, a Paloma, Carmen y Carmen, Almudena y Almudena, Victoria y Vicky, que siempre me prescriben un tratamiento a base de cervezas y sonrisas que consigue restablecer mi maltrecho equilibrio mental, a Edu, ese hombre renacentista que le da a la literatura, a la música, al diseño, a la fotografía y, sobre todo, a la amistad, y todo lo hace bien, a Estela, que me tienes que decir cómo lo haces para estar cada día mejor, a “el rural” y Solana, capaces de desafiar a una media maratón por tomarse una media pinta, a Víctor, todo clase, otro que gana con los años y que sabe cómo colocarse un pañuelo en el bolsillo de la americana, arte ya en peligro de extinción, a Mámen y Bernardo, mi esposa en la ficción con su marido en la realidad, a Fernando de Castro, con quien tengo una deuda de gratitud impagable, a Alejandro y su familia, que hasta tuvieron la osadía de hacerse una foto conmigo, a Gema Bocardo, que dejó la timidez colgada en una percha para tomarse una con nosotros, a la tripulación del JJ al completo, bendito sea el Señor que puso en mi camino a esos irlandeses e italianos para mostrarme el camino al paraíso…de las cervezas, a los premiados que se vinieron a disfrutar de su premio y se encontraron con que los promotores eran aún más descabellados en directo que por escrito…Y a los que me olvide de mencionar, que ahora mismo mantengo un apasionado romance con una tal “Resaka”, que debe ser griega como yo por el nombre, y, si lúcido ando escasito de memoria, hoy estoy al nivel de un cruce entre Patricio Estrella y Dori, la de “Buscando a Nemo”.

También a los ausentes por causas de fuerza mayor: a Peri, el padre de todo esto, a Soledad, mi perla cultivada de Mallorca, a Beatriz, la envidia de Dante, a Fernando el Argonauta, viajero incansable por el Ponto de la Solidaridad, a Clar Güeibol, sin cuya participación en todo esto nada sería igual, a Jorge Rodríguez y su familia, que nos regalaron los trofeos y la paciencia, a Lupe, que se las habría bailado todas, a Pepito y Julia, siempre encantadores… Y a todos los amigos que, estando lejos, estaban allí en el corazón.

Y haciendo confidencias, vale la pena meterse en cualquier sarao por pasar un rato con vosotros. Así que haremos lo posible por seguir liándola, sólo para tener una excusa para tomarnos juntos una o varias, mejor varias, cervezas.

Besos para ellas, abrazos para ellos y gracias.

9 comentarios:

  1. Una vergüenza de entrega de premios: bromas procaces y supuestamente ingeniosas, canapés demasiado consistentes, cerveza a raudales... Afortunadamente (snob) no cumplieron la promesa insinuada en el diploma (sexo, dónde vamos a parar)
    Bajo mi disfraz de solitaria acoplada hice todo lo posible para aguar la indecente bacanal, y si bien algunos consiguieron esquivarme con cierta elegancia pude conseguir que otros abandonaran el evento antes de tiempo, como ratas a un barco que se hunde (en este caso no en agua, sino en cerveza)
    Si la RAE se enterase...
    Vergonzoso.

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    1. ¿Cuando quedamos para la próxima? Oye, al Cuentacuentos no puedo ir, que trabajo y salgo a las once. Y te iba a hacer una crítica demoledora...salvo que hubiese cerveza a raudales...Un beso.

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  2. me he perdido en la mitad del relato.
    Gracias

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  3. ¿Qué relato? ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Quién avisa a mis hijos para se encierren en el cuarto de baño cuando más falta me hace entrar?

    De nada.

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  4. Gracias a los organizadores por darnos esa oportunidad de sacar nuestros escritos al público, empujándonos a sacar lo mejor de nosotros mismos... y por las cervezas.

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  5. El problema de un anfitrión suele ser que no tiene tiempo suficiente para cada uno de los asistentes al evento. Por nuestra parte, lo comprendemos y perdonamos (que no está la vida como para andar enfurruscados por tonterías de ese calibre)
    La velada estuvo genial y, si bien nos tuvimos que retirar antes de lo previsto por una pequeña discrepancia con mi maxilar inferior, esperamos que la próxima vez que se organice un evento estemos en circunstancias más propicias para sumarnos a la juerga con "la griega".
    Besotes

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  6. Gracias a vosotros por la genial idea de los premios, por todo el trabajo que habéis hecho y por el fiestón. Merece la pena participar aunque sólo sea por la juerga. Y gracias también por las gracias y por contar conmigo para arretratar tan magno evento.
    Un abrazote

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  7. Queridísimo Luismi/Diógenes/Luismi/Diógenes/Luismi/...
    Porqué sientes/escribes/sientes/..., digo escribes tan bien lo que sientes condenado.
    Un lujo teneros a tí y a Napo como amigos. Compensáis con creces la estupidez cuasigeneralizada a la que nos tendríamos que acostumbrar sino fuera por gente como vosotros.
    Gracias por hacerme disfrutar cada vez que compartimos un ratito, lo haría aún sin cerveza.

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    1. ¿Será porqué la gente como tú me hace sentir bien, pero bien bien? Un besazo.

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La siguiente la pago yo por Rick, Diógenes de Sinope y Albert se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.