domingo, 21 de junio de 2015

TERUEL: RÍO MATARRAÑA Y RÍO MARTÍN (1/3)

     Volvemos a la hermosa provincia de Teruel, en esta ocasión para recorrer el río Matarraña desde su curso alto hasta la desembocadura en el Ebro, ya en Zaragoza, aprovechando de paso para ver otros pueblos y parajes naturales cercanos que también merece la pena visitar, y regresando de nuevo a tierras turolenses para seguir el curso del río Martín.
   
     Antes de meternos en zona de montaña, vamos a visitar los dos núcleos urbanos más importantes de la provincia de Teruel, tras la capital. El primero es Andorra, cuyo nombre se debe a su fundación por parte de pastores provenientes del actual principado. Tras contemplar la espléndida portada-retablo de su iglesia, lo que procede es subir, bien por carretera o bien por su arreglada rampa peatonal que hace de Vía Crucis, hasta el parque y ermita de San Macario, patrón de la localidad. En este cerro encontramos un bonito pinar con merenderos y parque infantil, arregladas praderas, la preciosa ermita y unas magníficas vistas de todo el pueblo y la comarca.
   
     Tras pasar por Calanda, famoso pueblo por su tamborrada de Semana Santa, llegamos a la otra gran localidad de la provincia: Alcañiz. Imprescindible visitar la Plaza de España, para ver la grandiosa iglesia de Santa María la Mayor, de dimensiones catedralicias, y el precioso conjunto formado por el ayuntamiento y la lonja gótica.

     Después subiremos al antiguo castillo, hoy Parador Nacional, grandísimo, y restaurado con formas palaciegas, pudiéndose visitar la Torre del Homenaje. Todo su perímetro es un gran mirador con unas vistas impresionantes de toda la zona y del río Guadalope, que pasa a los pies de este cerro.

     A las afueras se encuentra el circuito de Motorland, que en estos últimos años ya ha albergado varias pruebas del mundial de motociclismo.

     Ahora salimos de Alcañiz hacia el sur para acercarnos a lo más bonito de esta ruta, tanto por naturaleza como por la belleza de sus pueblos. Nos introducimos en la zona de montaña conocida como los Puertos de Beceite, que hace de frontera entre Teruel, Castellón y Tarragona, y es donde nace el río Matarraña, objeto principal de nuestro recorrido por esta comarca.
   
     La primera parada en esta zona es el pueblo de Peñarroya de Tastavins, encaramado en un alto cerro. Es un disfrute pasear por sus estrechas y empinadas calles, viendo sus buenas casas de piedra, con sus balconadas de madera y sus abundantes entradas con arcos de medio punto. Tiene una bonita plaza presidida por la monumental iglesia, con su altísima torre de planta cuadrada en su mitad baja y octogonal en la alta. Destaca también su hermoso lavadero con grandes arcos apuntados y blasón en el exterior, y bonitos pilones con agua azul en el interior.
   
     En la parte alta del pueblo se encuentra el Parque Aragonés de la Vivienda Rural, interesante conjunto de viviendas construidas a tamaño real pertenecientes a distintas épocas de la historia, desde la Edad del Bronce hasta el siglo XX. Además, desde este lugar elevado tenemos magníficas vistas de las montañas que rodean el pueblo.

     Decir también que en Peñarroya se encuentra una de las sedes que Dinópolis tiene distribuidas por toda la provincia de Teruel, consistentes en parques temáticos sobre los dinosaurios, que tuvieron gran presencia en su época por estas tierras.
   
     A las afueras de Peñarroya, junto al río Tastavins, está la ermita de Nuestra Señora de la Fuente, bonito templo bajo el cual hay un manantial del que brota gran cantidad de agua distribuida en 14 caños. Este agua va a parar al arroyo que circunda la ermita, el cual, a su vez, desemboca unos metros más abajo en el Tastavins, atravesado aquí por un espectacular puente lleno de aliviaderos.

     Pasado Fuentespalda, nos desviamos hacia el embalse de Pena, ubicado en un gran entorno natural, con zona habilitada para el baño.
   
     Ya en Valderrobres nos encontramos con uno de esos pueblos que dejan huella en el visitante. Es el primer contacto que tenemos con el río Matarraña, que divide la localidad entre el casco antiguo y el más moderno. Para adentrarnos en el conjunto histórico atravesamos el bonito puente medieval que cruza el río. Desde lo alto del mismo observamos las aguas color turquesa del Matarraña, y las casas con sus bonitas balconadas colgando sobre sus aguas.
   
    Pasando el arco de entrada a la plaza nos impresionamos al ver el bellísimo ayuntamiento, con detalles de todo tipo: arcos de medio punto conformando soportales en la planta baja; ventanas coronadas por frontones y frescos sobre su sillería en la intermedia; y conjuntos de arcadas y voladizo de madera con artesonado en la parte alta. En definitiva, una preciosidad. Y sin olvidarnos del resto de la plaza, gran conjunto de edificios de buenos sillares.

     A partir de aquí nos introducimos en un hermoso laberinto de callejuelas de pedernal, muchas de ellas en escalera, con bellas casas de piedra. Subiendo a la parte más alta llegamos al conjunto monumental que forman la iglesia y el castillo-palacio, comunicados por un pequeño pasadizo.
   
Beceite
     La fachada de la iglesia sobresale por su portada gótica con abundantes arquivoltas y su gran rosetón, siendo la torre de planta octogonal. El castillo-palacio es de gran altura con abundantes ventanas góticas ajimezadas, y arcadas en su parte alta coronadas en almenado. Por supuesto que las vistas desde aquí arriba son extraordinarias, tanto del pueblo como de toda la zona montañosa que le rodea.

     Cuesta abandonar pueblos como Valderrobres pero, para que se nos pase la nostalgia, pensaremos que todavía nos quedan grandes cosas por descubrir. Y la primera no tarda en venir cuando llegamos a Beceite, otro magnífico pueblo de piedra, por cuyas calles y plazuelas conviene pasear tranquilamente para disfrutar de su arquitectura. El río Matarraña es atravesado aquí por un puente medieval con un gran arco de medio punto, bajo el que veremos una pequeña pero bonita cascada.
   
     Este pueblo se encuentra ya ubicado en el curso alto del Matarraña, una zona de naturaleza desbordante que atrae a mucho turista de senderismo, por lo que la oferta hotelera es abundante. Precisamente nos disponemos a realizar la ruta del Parrizal de Beceite, a cuyo inicio llegaremos en coche por una pista asfaltada que llega hasta los merenderos y parkin del Pia de la Mina, donde aquélla finaliza.  

     A partir de aquí nos echamos a andar por el camino que discurre por la margen derecha del Matarraña. La ruta consiste en seguir el río aguas arriba, sin pérdida alguna, sin apenas desnivel, e ir recorriendo la estrecha garganta por la que discurre, atravesando pequeños túneles excavados en la roca, pozas, pequeñas cascadas, estrechas cerradas, etc., ayudándonos de pasarelas de madera adosadas a las rocas. Y así llegaremos a un punto donde la garganta solo tiene unos pocos metros de ancha, y paredones verticales de más de 100 metros de altura, lugar donde ya no es posible continuar. ¡¡¡Impresionante!!! Desde el parkin hasta aquí habremos recorrido unos 4 kmts; nos queda la vuelta, pero es una ruta de senderismo tan bella como sencilla. En cualquier caso, cada cual se podrá dar la vuelta en el momento que estime oportuno.


     Pasamos de largo ahora por Valderrobres para luego coger la carretera de La Portellada. A unos 3 kmts. del cruce veremos un camino de tierra que sale a la izquierda con un cartel de madera que indica "El Salto". Podemos bajar por aquí tanto en coche, ya que la pista se encuentra en buen estado si no está embarrada, o bien andando, ya que el entorno es agradable y solo es 1,5 kmts. de recorrido en ligero descenso, tras el cual llegamos a una magnífica cascada de unos 20 metros de altura y gran caudal que forma el río Tastavins, afluente del Matarraña.



EL RURAL

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