Los
casos que presenta Lorenzo Silva en sus novelas protagonizadas por Bevilacqua y
Chamorro no son ni el asesinato de Rogelio Ackroyd ni el misterio del cuarto
amarillo. No busquen un Poirot, ni un Marlowe. Pero por eso enganchan tanto.
Como suele pasar a la pareja protagonista, se enfrentan a un crimen tan real
como el contexto en el viven, la España actual, y actualizada con las
vicisitudes de la época, como en este caso la misiones internacionales en las
que participan las Fuerzas Armadas.
Más
que el caso en sí, que también, lo más atrayente es ser testigo de la evolución
personal de los protagonistas, de la visión de la vida que Vila retrata, entre
fatalista y realista, con algunas pinceladas de optimismo, o más bien
vitalismo, que hacen que cualquier ciudadano contemporáneo pueda verse
retratado en parte en ese cuadro.
Esta
vez la acción discurre en Afganistán, donde la Guardia Civil es requerida para
resolver un asesinato acaecido en la zona en la que operan los efectivos del
ejército español. Nadie como un narrador tan avezado para contar no solo el
caso, sino para dar testimonio de las condiciones en que transcurre la vida en
esas misiones, tan lejanas en distancia (y a menudo incomprendidas) como
cotidianas para nuestras Fuerzas Armadas.
Que
el Sr. Silva me perdone, porque no se pueden comparar estilos, y él tiene el
suyo propio e inigualable, pero si me refiero solo a la dimensión creciente
como escritor, y a su correa de transmisión, como son sus detectives, me
atrevería a decir que es el Henning Mankell español, y que lo entienda como un
halago, porque el sueco también retrata no solo un personaje, sino una sociedad
a través de él, con igual (o mayor) maestría y destreza. Y como Mankell,
Lorenzo Silva no solo escribe de sus detectives. Siento envidia de quien no haya
leído “El nombre de los nuestros”, una novela maravillosa sobre la que no voy a
decir más porque ya hablamos de ella en este blog (http://lasiguientelapagoyo.blogspot.com.es/2015/11/el-nombre-de-los-nuestros.html).
Y me ratifico en todo lo que dije.
Por
favor, compren sus libros, son baratos. Sobre todo pensando en lo que llevan
dentro.
Donde
los escorpiones
Lorenzo
Silva
Ediciones
Destino, 2016
352
páginas
Absolutamente de acuerdo contigo,yo siempre estoy deseando que publique la nueva aventura de Bevilacqua y Chamorro.
ResponderEliminarTu comparación con Mankell me parece de lo más adecuada,dos grandes maestros de la novela negra.
Me permito aconsejarte a Pierre Lemaitre con su saga del comandante Verhoven.
Un saludo para tí y para mí gran amigo El Rural(gracias a él descubrí este gran blog).