domingo, 12 de julio de 2020

BABIA Y SOMIEDO 3/3

Tras comprar provisiones en alguna de la tiendas de San Emiliano, nos vamos a Somiedo, para lo cual tomamos con el coche la carretera del Puerto de la Ventana, pasaremos por Torrebarrio, lugar de partida de una durísima andada que sube a Peña Ubiña, cuyo espectacular macizo tenemos bien visible y cercano desde este caserío. Antes de llegar al Puerto de la Ventana sale un desvío a la izquierda que nos lleva a Torrestío, donde se acaba el asfalto, aunque el camino continúa, ya de tierra, tres kilómetros más hasta el Alto de la Farrapona, a 1.708 mts. de altitud, límite entre León y Asturias, donde hay un parkin, inicio de nuestra ruta, de la cual tenemos abundante información en un cartel, y que está bien señalizada.

Podemos hacer la ruta que recorre los cuatro lagos más cercanos, que serían unos 8 kmts. ida y vuelta, sencilla y toda por pista forestal, o prolongando hasta el Lago del Valle, convirtiéndose en 16 kmts. ida y vuelta, más dura por la distancia y por el terreno, de dificultad moderada según el letrero.

Nos lanzamos a por esta última, convenientemente equipados y provistos de agua y comida, echándonos a andar tomando desde al parkin la pista forestal (solo abierta al tráfico rodado de vehículos autorizados) que en suave descenso bajo unos impresionantes cortados rocosos y con excelentes vistas del Valle de Saliencia, nos deja en tan solo unos 15 minutos en el Lago de la Cueva, precioso por sus dimensiones, por el color de sus aguas y por el espectacular circo que lo rodea, compuesto de montañas donde se mezcla un verde intenso con el grisáceo de la roca.

Seguimos la pista, que a partir de aquí coge una fuerte pendiente y pasa por los restos de una antigua mina. Según ganamos altura vamos obteniendo mejores vistas del lago anterior, hasta que coronamos el alto que lo separa de la pequeña Laguna de la Mina, cubierta de vegetación, tras la cual veremos el indicador para desviarnos unos pocos centenares de metros y llegar a la Laguna Calabazosa, más grande aun que la de la Cueva, con su bellísimo entorno.

De vuelta a la pista, poco después estaremos junto al Lago Cerveriz, estrecho y alargado, protegido por un imponente macizo en la orilla contraria.

A partir de aquí la pista se convierte en una senda que atraviesa varios kilómetros de verdes praderíos con suaves ondulaciones, donde los rebaños de vacas pacen tranquilamente. Después, a través de un collado en el que hay una fuente-abrevadero, entramos en el valle donde está el Lago del Valle, discurriendo a partir de aquí la senda (siempre bien señalizada) por medianías pero siempre en ligero descenso, con unas vistas maravillosas.

Desde distintos puntos de este tramo vemos en toda su totalidad el recorrido de la otra manera de llegar al Lago del Valle desde el pueblo asturiano de Valle del Lago, cercano a la localidad más conocida de Pola de Somiedo. Desde la aldehita de Valle de Lago, donde se aparca el coche, una pista forestal en ascensión nos conduce hasta el lago en 6 kmts., ruta muy transitada por senderistas, ya que es la más recta y fácil.

Nosotros, desde el lugar donde estamos en nuestra ruta desde la Farrapona, abarcamos unas vistas que nos permiten observar esos 6 kmts. de pista con el caserío de Valle del Lago a la derecha y el Lago del Valle a nuestra izquierda, al cual nos vamos acercando poco a poco, descubriendo sus enormes dimensiones, su islote en el centro y el circo montañoso que lo rodea.

Una vez en la orilla, podemos recorrer por una senda sus dos kilómetros de perímetro, pasando por cabañas de pastores y diversas playas de hierba en las que pastan las vacas, un auténtico remanso de belleza natural y tranquilidad, buen lugar para descansar y comer algo para reponer fuerzas antes de volver al Alto de la Farrapona por el mismo camino, teniendo en cuenta que ahora en el regreso tenemos más subida que al venir, aunque no de gran dificultad. Esta vuelta nos permitirá disfrutar de nuevo de estos maravillosos paisajes desde una perspectiva distinta.

Una vez en la Farrapona, cogemos de nuevo el coche para bajar hacia Torrestío, pero antes de llegar aquí, bajo del vehículo para observar tranquilamente la panorámica del caserío en primer término con el macizo de Peña Ubiña al fondo, y me pongo a reflexionar de nuevo sobre el dicho popular: "Estar en Babia". Ahora que conozco esta comarca pienso en qué bien empleada está la frase. Sí, aquí me abstraigo de todo, aquí, ante tanta belleza, mi mente se aleja de lo cotidiano y me transporta a un mundo mágico como si no existiera otra realidad, y mi imaginación se desborda. Me viene a la memoria el nombre del caballo del Cid, Babieca, que procedía de estas tierras cuyos pastos de calidad dieron y siguen dando equinos de gran fortaleza física, y sus vacas, ovejas y cabras carnes y leche de gran prestigio.

Como dice el "Himno a Babia":

Viva Babia, viva Babia viva Babia que es mi tierra lo más guapo de León y también de España entera.










Saludos

EL RURAL

1 comentario:

  1. Me encantan tus rutas y tú entusiasmo en divulgar el turismo de interior.
    Un saludo Rural.

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