domingo, 4 de octubre de 2020

UN PASEO POR LA MANCHA 3/3

      Desde Calzada de Calatrava tomamos rumbo norte hacia Daimiel, y tendremos que pasar por Almagro, donde hay que hacer una parada obligatoria para contemplar su bella Plaza Mayor, con sus larguísimas galerías acristaladas pintadas de verde sobre soportales sujetos por infinidad de columnas de piedra. También forman parte de la plaza el monumental ayuntamiento y el famoso Corral de Comedias del siglo XVI, único en España en su estilo y sede del Festival Internacional de Teatro Clásico que se celebra cada verano.

      El resto del pueblo es un hermoso conjunto de casas solariegas, muchas de ellas blasonadas, e innumerables edificios civiles y religiosos de gran valor artístico, además de varios museos, entre ellos el Nacional de Teatro.

      Un poco más hacia el norte de Almagro llegamos al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, un humedal de más de 3.000 hectáreas formado en la confluencia de los ríos Guadiana y Cigüela, con una gran variedad de avifauna entre la que vive allí de forma permanente y la nómada que lo utiliza como lugar de paso migratorio. En el Centro de Visitantes encontraremos información abundante sobre la fauna y la flora del lugar, superficie inundada, recorridos, recomendaciones, etc. Lógicamente, la mejor época del año para visitar un humedal suele ser en temporada de lluvias o en primavera: cuanta más precipitación haya habido más superficie anegada y por tanto más belleza y más avifauna.

      La manera más propicia de conocer las Tablas es recorriendo los itinerarios a pie que nos recomiendan en el Centro de Visitantes, donde nos darán un folleto explicativo al respecto. Son tres sendas que parten del mismo, muy bien arregladas y señalizadas, prácticamente llanas, sin ninguna dificultad, adaptadas en parte para personas con movilidad reducida, y de corta distancia. Si hacemos las tres, no sumamos en total más de 8 kilómetros. Solo queda calzarnos adecuadamente y no olvidar unos prismáticos, imprescindibles para poder observar mejor la avifauna.

      Las tres sendas son las siguientes:

       -Itinerario de la Isla de Pan (balizas amarillas): circular de 2,5 kmts., que recorre varios islotes unidos entre sí por pasarelas de madera sobre el agua, con distintas casetas y puntos de observación de aves distribuidos por todo el recorrido. La Isla de Pan tiene en lo alto de un cerrillo un mirador con excelentes vistas, además de un bosque de tarayes, árbol-arbusto frecuente en zonas de humedal. Una antigua casa de pescadores nos recuerda que aquí vivieron gentes que se dedicaban a la captura del cangrejo como medio de vida. Al término de esta senda se encuentra la "Laguna de Aclimatación", cerrada con una red, desde cuya cabaña de observación podemos ver infinidad de aves que por diversos motivos requieren de un proceso de adaptación a este espacio natural. Desde corta distancia veremos ánades, porrones, cercetas, patos, fochas, gallinetas, garzas, somormujos, etc., etc, los cuales podemos identificar gracias a los paneles informativos que hay en el interior de aquélla.

 
     -Itinerario de la Laguna Permanente (balizas rojas): circular de 1,5 kmts. que nos lleva hasta la entrada del río Guadiana al Parque, donde hay otras dos casetas de observación en una zona que suele tener mucha superficie anegada, y por tanto gran cantidad de aves.

      -Itinerario de la Torre de Prado Ancho (balizas azules): lineal de 2 kmts. (4 ida y vuelta por el mismo camino) que nos lleva hacia la zona norte del Parque, por donde discurre el río Cigüela en su tramo final previo a desembocar en el Guadiana. Antes de andarlo, en el Centro de Visitantes debemos informarnos del nivel hídrico de este área en ese momento, ya que es la de mayor estacionalidad, encontrándose gran parte del año seca, si bien hay que decir que, aun sin agua, se trata de un bonito paseo en el que encontraremos un pequeño embarcadero y hasta cuatro casetas de observación de aves antes de llegar a la Torre de Prado Ancho, un alto mirador de dos plantas con hermosas vistas de esta zona del Parque y de los cercanos Montes de Toledo. De regreso por la misma senda, y antes de llegar al Centro de Visitantes, tenemos una amplia área recreativa (también pasamos por ella a la ida) con bonitos merenderos de madera donde podemos descansar.

      Otra manera de recorrer el Parque es mediante una visita guiada en todoterreno, servicio que hay que contratar con antelación.

      Y aquí terminamos nuestro "paseo manchego": naturaleza y monumentalidad en estado puro. Lugares de La Mancha de cuyo nombre sí quiero acordarme...








     SALUDOS

EL RURAL

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