domingo, 13 de febrero de 2011

El Brillante de Doctor Esquerdo

Un bar de los de siempre, con cocina de las de bar de siempre, con camareros con camisa blanca de camarero de bar de siempre y sartén de hacer churros permanentemente activa.

El olor a bar al entrar ya es significativo. La expresión "olor a fritanga", que algunos recubren de un barniz peyorativo, pero que mí me recuerda lo mejor de nuestras vidas, nació en un sitio como este. Gambas con gabardina, morcilla, chorizo, boquerones rebozados, patatas alioli o bravidas, que diría Chiquito... Lo mejor de la gastronomía tabernaria de Madrid en su forma más clásica.

A primera hora unas porritas y el resto del día, cañas y raciones a todo pasto.

Un bar de cuando los bares eran bares, y el diseño de interiores y la ventilación industrial no eran valores a considerar. Está todo dicho. Una debilidad.

3 comentarios:

  1. ¿Qué decir? Se me saltan las lágrimas solo de pensar en la gamba rebozada, y en la croqueta de ración. Y la caña en vaso de caña, como está mandado.

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  2. Pero daos cuenta que esos sitios son cuna del colesterol del malo pero malo, el ácido úrico campa por sus respetos, se consumen bebidas alcohólicas y hasta hace poco se fumaba a destajo......
    Por Dios ¿hay un médico entre los blogueros?

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  3. viva los bocatas de calamares

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