martes, 7 de junio de 2011

Inquietud

Era un aluvión de cariño, un manantial de ternura, una tempestad de sentimientos, un ángel del amor. Cuando se sumergía en tu vida te daba todo. Era tu esposa, tu amiga, tu compañera, tu aliada, tu colmo... Al igual que cuando estaba con otros.

Cuando la conocí tenía alas y con ellas la libertad de volar donde la llevara el viento, si intentabas retenerla, la perdías. Esa era su maldición y la de los hombres que algún día la amaron o la amaban.
Yo también tengo alas, y me alejé volando.
Pasaron unos años y ya he dicho que cuando la conocí tenía alas, pues cuando la volví a ver no es que tuviera alas, es que se había convertido en un Boeing 707. ¡Y claro!, No me dio tiempo a alejarme.

Todo lo que ocurrió ya lo conocía bien, no solo por ella, no era la primera abeja reina que reclamaba a éste humilde obrero para las tareas del amor, sino por las anteriores colmenas en las que me habían breado a picotazos.

Siempre que una de ellas me introducía en su gineceo yo procuraba conectar con sus deseos lo mejor que comprendía. La mayoría de las veces estos eran disyuntivos, inalcanzables, sin sentido o no me digáis como, las tres cosas a la vez (no por el sexo que ya comentaré, sino por el día a día).

En lo cotidiano ignoraba mis antiguas cicatrices, lucía mi mejor piel y estrenaba un corazón nuevo en cada encuentro. Siempre el instante origen se llenaba con la inocencia y con la ilusión de un niño cuando tiene algo nuevo en sus manitas. ¡Que no se dijera que no ponía yo interés en empezar algo ya manido y extinto para ellas!

He de decir que muy pocos de estos corazones quedaron indemnes, están guardados en alguna hermética parte de mi ser para que no me lastren en la búsqueda de un amor de verdad, la real hembra que todo hombre ansía.

No me tachéis de retrógrado por la expresión, no es cuestión de orgullo de macho, solo de una persona que con su carcasa de hombre busca una hembra a la que hacer mujer  y... ¿feliz? Podía ser al revés. Sin duda.
¿Es esto pecado?, ¿una quimera? Parece ser que si, porque nunca me mira ningún dios benévolo ni ningún demonio travieso ni con los ojos de delante ni con el ojo de atrás. No sé si existirá alguna persona con carcasa de mujer que me quiera hacer hombre y ¿feliz? El caso es que de las voladas (me sale el peyorativo, pero me refiero a las que se van según vienen) ya uno se cansa...

Del sexo dije que algo comentaría, porque si quisiera ser un hombre vulgar y sin sueños esto es lo único que me podría llevar a no cansarme de la apicultura.

No se me da nada mal cuando tengo enfrente a una buena compañera. Casi todas quedan contentas en lo físico, muy contentas. Salvo, es curioso, las que ven el sexo desde una sola postura, la suya. Lo mío siempre ha sido la entrega, el entendimiento y claro está, lo que más la creatividad. Diréis no sin razón que en los momentos difíciles es cuando un hombre se crece y yo digo, cuanto más se crece menos creatividad. Esto os dará una idea de porque tengo yo tanta. A tales alturas ha llegado mi pericia que por fascinación hacia ellas también crece mi ámbito femenino, de hecho si hay algo en claro que saqué de mis encuentros físicos y dialécticos es que no todo es hidráulica, dicen que nadie las acaricia ni las comprende como otra mujer (a solas o revueltas, interpreto) y eso intento combinar cuando comparto lechos y deseos.

Hay féminas cuya conjura entre el movimiento y la palabra es toda musicalidad, suelen atraer mi intelecto, mi deseo y por amén, mis lúbricas atenciones. Estoy condenado a ellas.

Y es cierto y no miento que no todas las veces ocurren estas conexiones, aun cuando existe cierta afinidad latente no existe combustión.

En estos casos es cuando no acudo a las llamadas y ello enlaza, sin lugar a dudas, con lo que somos, con mi concepción del animal humano o humano animal.

Y por ende, con el génesis de mis divagaciones.

¿Es esto lo que realmente las trasforma? ¿Lo que verdaderamente llama a su puerta? A estas mujeres las tengo por menos desorientadas y aprensivas, más dispuestas a compartir este viaje en compañía y en definitiva o lo creo yo, mucho más ¿felices?... Aquí es donde yo termino de elucubrar y donde empiezan vuestras inquietudes...

Todo en la vida es superado por la ficción... cualquier parecido con la realidad es tremenda coincidencia...


Continuará..............o no

Roy Batty

4 comentarios:

  1. No, si lo que yo digo; que lo mejor de la fabada está en la siesta. No me jodas...

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  2. A mi me encantaría ser considerada un abeja reina, y que un obrero me dejara contenta en lo físico y luego brearle a picotazos...

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  3. ¿ Pero lo de los obreros no era en las reformas de Pepote ?

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  4. también están las mantis, que después de procrear te comen la cabeza....

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