lunes, 24 de octubre de 2011

Carta al Director

Estimado editor del presente blog:

El motivo de la presente es quejarme de la forma frívola en que abordan ustedes todos los asuntos de la vida, lo que me está generando no pocos problemas. En estos tiempos de crisis para todos, es el detalle que me faltaba para acabar engrosando las listas del INEM. Permítanme que les explique.

En otros tiempos, para mí mejores, la falta de medios de comunicación y de una educación básica hacían de mi trabajo algo grato y gustoso. Bajo la directa supervisión de mi Jefe y, sin embargo, antagonista, me encargaba de representar todo aquello siniestro y oscuro, por lo que, sin duda, mi extensa clientela sentía una fatal atracción.

Llevados a su condenación, y en la faceta más administrativa de la profesión, he tenido encomendada desde la noche de los tiempos la gestión de esas almas torturadas y su almacenamiento.

Pero ya la aparición del Hijo de mi Jefe empezó a acarrearme no pocos quebraderos de cabeza. Con una juvenil inconsciencia, propia de un primitivo e ingenuo precursor de los perroflautas, comenzó a hacer hincapié en la idea del perdón, como medida de redención válida hasta el pitido final. De esta forma, muchos de mis eventuales parroquianos (curioso que el término provenga de “parroquia”)  se libraron de mis atenciones por el procedimiento de arrepentirse “in extremis” de sus disipadas vidas (recuerdo ahora concretamente al Señor Tenorio, Don Juan, al que había preparado una deliciosa fiesta de bienvenida y se me escapó de las manos en los minutos de descuento….).

Los pésimos enfoques del Departamento de Recursos Humanos Sobre La Faz de la Tierra (DDRRHHSLFDLT, según el enésimo organigrama de esta nuestra organización) me dieron, no obstante, la oportunidad de mejorar algo la situación. Ciertos representantes del Jefe (traigo con nostalgia a la memoria a Jaime de Burgos y sus monsergas, por ejemplo), a través de reviradas interpretaciones, devolvieron, al menos en parte, el respeto por mi labor, y parte de mi prestigio perdido, con esa obsesión por convertir la vida en un “valle de lágrimas”, sentenciando a quienes osaban gozar de las cuestiones más carnales y, por lo tanto jugosas, que la existencia pudiese depararles. Y la situación permaneció estable hasta hace poco, no sin altibajos (el Siglo de las Luces, la Revolución Industrial, los regímenes totalitarios…). En fin, unas veces mejor y otras peor he ido capeando el temporal y abasteciéndome de materia prima en mayor o menor medida.

Pero los últimos tiempos, la aparición de políticos corruptos, sociólogos obtusos, economistas pre y post keynesianos, dirigentes de instituciones monetarias internacionales, rutilantes banqueros y empresarios, periodistas acomodaticios, tertulianos de diversos pelajes, colaboradores de programas rosas y todo tipo de gurús, pitonisos y augures han reducido al mínimo mi espectro potencial de usuarios, al convertir la propia vida en una antesala de mis dependencias.

Pero ustedes, no contentos con esta dramática escasez, se permiten, de una forma inconsciente y descarada, trivializar con las más antiguas y seguras de mis fuentes de captación, haciendo que el sexo, la política o las relaciones familiares sirvan como asuntos para la chanza, la burla, la guasa, la chirigota y el pitorreo. ¡No me dejan ni siquiera la lujuria como elemento de aprovisionamiento, y transforman el placer en algo grato! Esta forma de contemplar la existencia aleja más, si cabe, a una hipotética concurrencia a mi negociado.

Es por todo ello que deseo dejar constancia de mi disgusto, conminándoles a reconducir su línea editorial hacia lo que los frikis ochenteros denominarían “el Lado Oscuro”. ¡Pero ya!

Recuerden que no deja de existir la posibilidad de compartir la eternidad conmigo, y conste que esto no es una amenaza, sino la constatación de un hecho posible y en su caso, hasta probable, pecadores (ya es triste que la palabra, por obra de Chiquito de la Calzada, haga sonreír.  ¡O tempora, o mores!)

Un saludo.

Fdo. Pedro Botero Cojuelo

Director Comercial del Departamento de Retribución de Pecados Irredentos.

1 comentario:

  1. Podría usted remitirse al jefe de SUPERLÓPEZ para una re-estructuración y dinamización empresarial...Sr. Cojuelo...

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