martes, 4 de octubre de 2011

Cuñadas

Las modas cambian pero espero que no pasen de moda nunca esos cafés que tomamos las amigas cuando nuestras ajetreadas vidas y familias nos lo permiten. A todas nos gustan, y sin embargo me resultan tremendamente repetitivos, tanto que yo les llamo el café de la marmota.

Una vez convenientemente besadas y abrazadas y tras un breve repaso al estado de la descendencia y entorno laboral más cercano, siempre se acaba en el tema estrella de cualquier despelleje que se precie: la familia política.

Las suegras ya no están de moda; ahora lo que se lleva es hablar de las cuñadas.

Porque está demostrado, me cuentan, que las hermanas de quien duerme a tu lado pueden llegar a ser más pérfidas y arpías que cualquier madre-suegra que adore a su retoño.

La madre-suegra te mira con cierta nostalgia y admiración porque has decidido quedarte con él cuando al cumplir los 35 había perdido la esperanza. Pero ellas no, sus hermanas no…

Ellas inician el análisis como un ojeador en el campo, intentando averiguar si la cara de tonto que pone su hermano cuando habla de ti está razonadamente justificada, si eres tan perfecta como él asegura, o si eres una lagarta más que le ha conseguido engatusar. Y si gana la opción B la labor continúa poniendo en conocimiento del resto de la familia lo engañados que están si han empezado a cogerte aprecio, porque tu cuñada les va a asegurar que te ha descubierto y que has salido rana.

Por eso tiene más peligro una cuñada que una suegra.

Suelo mantener silencio en la mayoría de las ocasiones aunque creo que pocas mujeres podrían monopolizar estas conversaciones tanto como yo, ya que siete lindas ojeadoras pueden dar mucho que hablar.

Siete cuñadas completamente distintas entre sí, Siete mujeres que conciben la vida de forma diferente, tanto que a veces querrías hacerles una prueba de ADN para averiguar si realmente lo son. Siete formas de querer, Siete formas de enseñar y Siete formas de acoger. Siete  formas, en definitiva, de decirle a su hermano que le quieren y Siete formas de hacerme familia numerosa a mí, que hasta hace 8 años no tenía ninguna hermana.

Con esto podréis suponer lo que me aburro en esos cafés, donde me es imposible aportar nada a los trajes de costura que hacen mis amigas, y termino en silencio pensando en qué bien lo hizo ella, aunque ya no esté de moda hablar de ella.

Clarice Starling

1 comentario:

  1. Las cuñadas son un clásico recurrente en Forges. Muy bueno, Clarice, cuidado con Hannibal, a ver si va a tener cuñadas...

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