domingo, 27 de mayo de 2012

Curiosidades rurales 2/4

     Las crónicas negras de la España profunda son muy abundantes. Hay muchos pueblos que, a las afueras, tienen el llamado "árbol del ahorcado", donde algún lugareño decidió poner fin a sus días, aunque los pajares han sido lugares muy utilizados también para ello, por la intimidad que ofrecen y por las resistentes vigas de madera de sus techados.

    Se han dado casos en que algún hombre, durante un volteo de campanas, ha sido levantado y despedido del campanario por las mismas.

    Conozco personalmente un caso en que una mujer se tiró al río desde el puente. Buzos de la Guardia Civil estuvieron inspeccionando la zona buscando el cuerpo, sin éxito, hasta que las operaciones se suspendieron. Un tiempo después, un pescador descubrió el cadáver en la superficie del agua enganchado en unas ramas, 10 kilómetros río abajo.

     Otro caso curioso fue cuando las campanas de la iglesia tocaban a duelo y la gente se preguntaba quién era el difunto, sin saber que era el propio sacristán quien se había colgado de la cuerda que tiraba del badajo. Había tocado a duelo su propia muerte unos minutos antes.

     Me contaron también de un hombre que había dejado una nota en casa en la que decía que se iba a suicidar. Cuando la nota fue descubierta todo el pueblo se puso a buscarle durante varios días sin éxito. Finalmente a alguien se le ocurrió vaciar la presa del molino por si acaso, y allí se encontraba  el cadáver.

    Podemos nombrar casos más célebres de crónicas negras rurales, como los crímenes de Puerto Urraco (Badajoz), en los que murieron a tiros varias personas de dos familias con tierras en disputa. O la tragedia de Ribadelago (Zamora), pueblo que fue arrasado en los años 50 tras derrumbarse una presa situada más arriba, y llenando de cadáveres el cercano Lago Sanabria. O las famosas caras de Bélmez (Córdoba), extrañas manchas con formas de rostros humanos que aparecen en las paredes de una casa de esta localidad.

    Pero hablemos ahora de cosas más agradables, como las maneras de pregonar. Muy habitual es hacerlo con sonidos de corneta, hasta que el pregonero se detiene, saca el bando e inicia con voz enérgica su lectura, empezando por la famosa frase: "De parte del señor alcalde, se hace saber...", para a continuación dirigirse de nuevo a golpe de corneta a otro lugar a repetir el proceso.

    Otra forma muy curiosa de pregonar es a golpe de bombo, a ritmo lento, para, poco a poco, ir aumentando la cadencia, queriendo decir que el pregonero se va a detener a dar lectura al bando. Después, golpe de bombo de nuevo hasta la siguiente parada.

     Estas formas de pregonar aún se mantienen en muchos pueblos, pero en otros se ha optado por poner altavoces en el ayuntamiento.

     Otra forma muy común de comunicación ha sido y sigue siendo, aunque menos, mediante el lenguaje de las campanas. Uno de los toques más usados es la llamada a misa: el primero media hora antes, el segundo 15 minutos y el tercero en el momento en que empieza, con volteo de campanas incluido si es fiesta grande.

     También hay toque de duelo por algún recién fallecido, o toque para establecer el orden de riego, o para avisar de algún fuego o tormenta... En Almonacid de Zorita (Guadalajara) hay una torre-reloj con un cartel explicativo muy didáctico sobre todo ello.

     También quiero reseñar, al hilo de todo esto, que existe otra forma de aviso para las procesiones de Semana Santa. Se trata de las conocidas como "matracas": tablas de madera con un martillo acoplado en medio que golpea la misma en movimiento de vaivén al moverla.

AOC
Continuará...


===> PARTE PRIMERA

2 comentarios:

  1. Me encantaría recorrer la geografía contigo...Tienes que ser un guía estupendo.
    Marta

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  2. Estoy totalmente de acuerdo con la anónima anterior.

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