sábado, 5 de octubre de 2013

Esencia femenina

Era una mujer alta, dotada de un encanto singular, hecha de engañosos contrastes. Medio flor, medio roca. Su belleza hubiera podido hacer de ella, la musa de un pintor.
Ella y sus caderas, finamente trabajadas por algún escultor que con tanto mimo hizo aquella obra personificada, se refugiaban en su ventana mirando a los astros como si de héroes se trataran. Su belleza eclipsaba a la Luna y al Sol lo intimidaba. Las Estrellas la miraban de reojo y disimulaban para no levantar sospechas, puesto que la Luna estaba presente.
 Era tal su belleza, que hasta el más loco de su barrio, habría pensado que se trababa de una musa que nunca llegó a ser de ningún artista… libre y sin prejuicios. Ella y tan solo ella sabía que era dueña de sí misma.


Sara Snezha Pozo Rodríguez

2 comentarios:

  1. No es porque seas mi hija, pero me gustas como escribes y como defiendes tu feminidad.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Papituski. TE QUIERO MUCHO, supongo que lo sabrás, pero leerlo de vez en cuando, tiene su encanto jeje.

      Eliminar

Licencia Creative Commons
La siguiente la pago yo por Rick, Diógenes de Sinope y Albert se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.