Para comenzar esta ruta nos situamos al sureste de la ciudad de Cuenca, en el pueblo de Mohorte, donde sale una carretera señalizada que nos introduce en la Sierra de Palancares. Nos adentramos en sus inmensos pinares hasta llegar al Parque Natural de las Torcas, en cuyo parkin estacionamos el vehículo. Aquí hay carteles explicativos de los que vamos a ver e información sobre varias rutas de senderismo que se pueden hacer por la zona.
Una torca o dolina es una depresión del terreno provocada por un hundimiento en una zona de roca kárstica, muy propensa para ello, formándose "agujeros" de más o menos diámetro y profundidad. Por aquí las hay de hasta 100 metros de diámetro y 50 de profundidad.
En esta zona se encuentran también dos llamativos ejemplares arbóreos: el pino candelabro, con una curiosa forma de la que proviene su nombre, y el pino abuelo, de gran diámetro y antiguedad.
Cogiendo el coche de nuevo, seguimos por carretera entre los pinares hasta llegar a Cañada del Hoyo, pueblo cuya parte alta alberga el castillo de Buen Suceso, muy arreglado y con buena Torre del Homenaje. Buenas panorámicas tenemos desde aquí del valle en el que se asienta.
A pocos kilómetros se encuentra el Monumento Natural de las Lagunas de Cañada del Hoyo, un complejo lagunar con 7 tocas cubiertas de agua de distinto color en un entorno natural precioso. Hay 3 lagunas que son de propiedad pública y se visitan gratuitamente: Laguna Gitana, cuyo perímetro se puede recorrer en su totalidad por una senda; Lagunillo del Tejo y Laguna del Tejo, sobre las que hay un bonito mirador con barandilla de madera con buenas vistas panorámicas de las dos. Las tres están junto al parkin, muy cercanas entre sí, y tienen unos 100 metros de diámetro cada una.
Las otras cuatro lagunas son de propiedad privada y se encuentran en la colindante finca "Siete Leguas", y hay que pagar 2,5 euros para poder visitarlas. Están un poco más retiradas, pero se puede acceder en coche hasta la primera, aunque el paseo andando es muy bonito. Una vez en el parkin, se trata de hacer una pequeña ruta de senderismo de 2 kmts., sin ninguna dificultad, para ver las lagunas Parra, Cardenillas, Tortugas y Llana, de distintos tamaños y colores de agua, todas ubicadas, al igual que las anteriores, en entorno de monte rocoso y pinar. También en esta zona podemos encontrar alguna torca (sin agua).
Continuamos nuestra ruta para visitar uno de esos pueblos que deja huella en el visitante: Cañete. La cantidad de encantos que nos ofrece esta localidad es sorprendente, y más teniendo en cuenta que es de tamaño más bien pequeño.
Podemos empezar en su Plaza Mayor, donde hay una estatua dedicada a don Álvaro de Luna, Condestable de Castilla en el siglo XV, nacido en esta villa. La plaza es porticada y está compuesta de casas blanquecinas, el ayuntamiento y la iglesia de San Julián, encontrando por los alrededores calles de bonita arquitectura popular y la iglesia de Santiago.
Todo el casco antiguo está rodeado por la muralla que desciende desde el castillo, allá en lo alto, formando las viviendas parte de la misma en algunos tramos. Tiene varias puertas, destacando la de San Bartolomé, árabe, en codo, la de las Eras y la de la Virgen, con espadaña incorporada, junto a la que se encuentra la ermita de la Virgen de la Zarza, patrona de la localidad.
Junto a la ermita pasa el Arroyo de las Fuentes, encajonado en una estrecha cerrada junto a la muralla, donde está el área recreativa "El Postigo", con frondosa vegetación de ribera, arreglados caminos para pasear junto al río, bancos y merenderos. Aquí veremos también una hermosa cascada de unos 10 metros de altura en caída libre, que forma una preciosa estampa cuando el arroyo lleva buen caudal, junto a la abundante vegetación que la rodea.
Tras bajar por el mismo sitio entramos de nuevo al pueblo, pasamos por delante de la ermita de la Virgen de la Zarza, donde hay fuente y merenderos, y cogemos el camino que bordea el cerro del castillo. Enseguida llegamos a otra bonita cascada junto a un molino, y poco a poco nos iremos alejando del arroyo para ir subiendo al castillo introduciéndonos en el pinar.
Una vez arriba vemos que el castillo, larguísimo, está en ruina, pero bien merece la pena echar un vistazo a los restos, con sus instructivos carteles explicativos, y ver esa mezcla de castillo natural y artificial, camuflado entre la propia roca de la montaña. Y qué decir de la panorámica desde este alto: impresionante.
Sobre Cañete acabaremos diciendo que tiene una variada oferta hotelera, dado el turismo que se mueve por esta zona.
Saludos
EL RURAL
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