jueves, 4 de diciembre de 2014

Besos con sabor a queso...de gusanos.


"La española cuando besa, es que besa de verdad..." dice la copla. Y uno, que ha crecido entre coplas, siempre ha tenido al beso en un pedestal. Para completar la mitología, la sobredosis de cine en blanco y negro, que aunque la peli fuera en color, antes de los ochenta los televisores no, lo acabó de rematar. Hasta en la película del sábado por la tarde, después de la descripción gutural del inolvidable Alfonso Sánchez, el héroe besaba a la chica en mitad de la pradera, entre los manglares, en un salón de baile o en un callejón oscuro.

Encima, en plena juventud, y por aquello de hacerte con una culturilla, te hinchaste a ver clásicos en los que el culmen de la trama es un beso de tornillo o uno de esos de "morros apretaos". Y uno siempre quiere ser el héroe y triunfar en la empresa y besar a Sofía Loren.

Bueno, pues se jodió el invento. Según informa el Diario Público, un beso intenso trasmite 80 millones de bacterias. Vamos, que un morreo de la fila de los mancos en el cine de Bustarviejo podía haber ocasionado una hecatombe del estilo "The walking dead". Menos mal que no cuentan las patologías víricas que traerían aparejadas aquellas hebillas del sujetador que diseñaba el mismo que ató el nudo gordiano...

Por si alguno quiere disgustarse, aquí va el enlace...  http://www.publico.es/556844/un-beso-intenso-transmite-80-millones-de-bacterias

De cualquier forma, al final hay que reconocer que los sabios son sabios. Y si no, haced memoria de como llamaba el insigne Chiquito de la Calzada, ora pro nobis, a estas cosas: "Guarreridas españolas".

 




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