Existen varias formas de intentar no envejecer excesivamente deprisa, una de ellas sería conservarse en alcohol o formol, sin ir más lejos tendríamos el ejemplo de la virtud oculta de
Rasputín. Otra variante de este sistema sería conservarse a base de la ingesta de alcohol, no creo que tenga las mismas propiedades que la anterior, unas cervecitas con los amigos te hacen envejecer igual pero con un espíritu más joven. El método que yo suelo emplear es hacer algo de ejercicio para intentar conservar o no perder demasiado deprisa mi forma física, estamos en unas edades que cada vez es más complicado conseguirlo. El deporte por el que me he decantado es la carrera, dos o tres veces por semana.
Esto viene a cuento para relataros la carrerita a la que he ido esta mañana. Habréis observado que cada vez son más numerosas las carreras populares que se realizan, y a las que pese a la crisis económica cada vez asisten más personas (la inscripción ronda entre los 10 y los 25-30 euros). Hay quienes prefieren pasarse la noche tomando cubatas y gastarse 90 euros y otros que optan por madrugar un domingo y gastarse 15 € en una carrera, hay gustos para todos. Dentro de este elevado número de competiciones siempre hay unas que son más atractivas, y este es el caso de la Vuelta a la Casa de Campo.
Hoy se ha celebrado la tercera edición, con unos 1.500 inscritos. El ritual comienza con la recogida del dorsal y el micro-chip a partir de las 8,00 horas, la carrera comienza a las 9,30. Antes de la salida los participantes calientan y estiran los músculos, que a estas horas y con el fresquito que hace cuesta un poco. Este es el momento en el que me dedico a mirar como va vestida la gente, a reconocer las camisetas de otras carreras, el tipo de zapatillas que llevan, así como todos los accesorios que emplean (iPhone y Samsung Galaxy en todas sus versiones, relojes Polar con GPS y pulsómetros, cinturones y riñoneras con todo tipo y tamaño de botellitas).
Discurre en su totalidad por el interior de la Casa de Campo de Madrid y la distancia a cubrir son 16,5 kilómetros. La salida y la meta se encuentra junto a la explanada del lago. Comienza bordeando el estanque para enseguida coger el Paseo de Piñoneros en dirección a la antigua escuela de cantería, este tramo es sobre asfalto. Una vez pasado el puente de la vía del tren se gira a la izquierda tomando el camino de tierra, terreno que ya no dejaremos hasta pasar el Zoologico. Ascendemos en paralelo a la Carretera de Castilla hasta llegar a la tapia de la Casa de Campo que nos separa en principio de Aravaca y posteriormente de Somosaguas. Todo este trayecto terrizo está jalonado de múltiples subidas y bajadas, por los que nuestras piernas estarán eternamente agradecidas. Una vez llegados al Zoo queda la puntilla del recorrido, se rodea por su parte posterior, por la zona que algunos corredores llaman la cuesta de los tigres (desde este lugar se les ve), es un tramo corto pero que tiene la mayor pendiente de toda la carrera. Superado este obstáculo ya solo nos queda llanear por asfalto hasta al Lago.
Ver III Vuelta a la Casa de Campo en un mapa más grande
Llegada a meta, entrega del chip y recogida de la bolsa del corredor (camiseta técnica conmemorativa, botellita de agua, bote de refresco, chuchería de chocolate y paquete de chicles). Escuchas los comentarios y ves que todo el mundo está cansado pero contento. El tiempo fantástico después de los chaparrones del sabado. La organización nos advertía de peligro del barro que podíamos encontrar en el recorrido, pero salvo la bajada del Zoo el resto estaba perfecto.
Quizá no sea una entrada muy literaria, pero así os recuerdo que no solo tenemos que cultivar nuestra mente, sino que también debemos pensar en nuestro cuerpo.
Si alguno se anima y quiere probar carreras diferentes os propongo dos para este mes:
- III Vuelta a la Jarosa, sábado 14/05/2011 a las 17,30 horas. (10 km. algo durilla).
- Memorial Fernando Garcia Herreros, en Bustarviejo, domingo 29/05/2011 a las 10,00 horas. (18,700 km, carrera de montaña, muy dura)
