domingo, 5 de julio de 2020

BABIA Y SOMIEDO 2/3

Volvemos a la carretera que recorre el valle del río Luna y, poco después, en Cabrillanes, nos desviamos hacia Peñalba de Cilleros, que tiene una bonita iglesia con alta espadaña, junto a la que pasa un caudaloso arroyo. El lado de poniente de esta localidad está protegido por una montaña coronada por espectaculares espolones rocosos.

La Riera de Babia es una aldehita de bello entorno, en cuya parte alta se encuentran juntos varios elementos propios del medio rural, como son una fuente con gran pilón, un curioso lavadero de planta cuadrada y el potro de herrar ganado.

Torre de Babia es un precioso pueblo rodeado de un bellísimo entorno natural (como todos las de la zona), con la curiosidad de tener la ermita en el casco urbano y la iglesia parroquial a las afueras, al contrario de como suele ser habitual. La ermita es tan pequeña como encantadora, con su porche y su diminuta espadaña con su campanita; y la iglesia está en lo alto de un cerro, es de piedra rojiza, con una gran espadaña y no tiene porche, cuando prácticamente todos los templos de la zona están dotados del mismo debido a
las abundantes lluvias. Desde este alto se nos presentan unas magníficas vistas que son significativas de lo que es Babia: hacia el sur, el valle del río Luna salpicado de multitud de pequeños pueblecitos y rodeado de innumerables montañas verdosas con sus pétreas crestas; y hacia el norte, el caserío y el valle del Arroyo de Torre, que da nombre al pueblo, flanqueado también por altos picos. Precisamente por este valle se puede hacer una ruta de senderismo de 11 kmts., 4 horas y dificultad media hasta la Laguna de los Verdes. Un cartel junto a la ermita nos da información al respecto. Tiene buena pinta y habrá que hacerla...

Siguiendo las balizas con marca blanca y amarilla, salimos del pueblo por una pista de tierra y nos adentramos en este valle de grandes montañas donde los picos más altos los vemos al final del mismo, acercándonos a ellos según vamos ascendiendo. Llega-remos a una majada donde hay una cabaña, lugar en que acaba la pista, y a partir de aquí seguimos por una senda que bordea un barranco por cuyo fondo discurre el Arroyo de Torre. Pasaremos después por unos praderíos y enseguida nos encontraremos frente a la Laguna de los Verdes, llamada así por estar siempre cubierta de vegetación acuática (juncos, algas, nenúfares), excepto en época de nieves en que la cubre el hielo. El lugar es de una belleza inolvidable, bajo un circo rocoso compuesto de hasta cuatro cumbres por encima de los 2.000 metros, riscos por donde veremos moverse con prismáticos, y a veces sin ellos, a infinidad de rebecos.

Tras un rato descansando y disfrutando de la belleza y la tranquilidad de este entorno, seguimos la ruta que, como vimos en el cartel informativo, tiene en parte una bajada diferente hacia el pueblo, siendo el recorrido parcialmente circular. Siguiendo siempre la señalización, y ya en descenso, pasaremos por la Laguna Chabuezo, pequeña y que según la época puede estar seca, y también por una zona de cascadas que forma un afluente del Arroyo de Torre, hasta llegar a una pista de tierra que más abajo se une a la que cogimos al subir, y que nos devuelve de nuevo al pueblo.

Paramos ahora en Ríolago, uno de los pueblos más turísticos de Babia, que es conjunto histórico-artístico. Su arquitectura se compone de construcciones de piedra rojiza con ventanales de madera y tejados de pizarra, de manera muy uniforme por todo el casco urbano, el cual está salpicado de plazas y plazuelas, muchas de ellas con su correspondiente fuente. Un verdadero placer pasear por estas calles, y más observando al tiempo el bello entorno montañoso. Entre sus edificios destaca en Ríolago el Palacio de los Quiñones, en parte amurallado y con un gran blasón en su entrada principal, que es la sede de la Casa del Parque Natural de Babia y Luna.

En la otra parte del valle se encuentra Robledo, cuya ubicación en una zona elevada nos regala hermosas vistas panorámicas del mismo, al igual que Cospedal, hermoso conjunto de buenas casas de piedra rojiza y tejados de pizarra.

Justo antes de entrar en Villasecino, a mano derecha sale un camino que cruza el río Luna y que en menos de un kilómetro, discurriendo junto a un arroyo, nos deja en la ermita de Nuestra Señora de Lazado, donde cada 15 de agosto se celebra una romería con música y bailes floclóricos babianos. Ya en el pueblo destaca la iglesia, con su porche sostenido por robustas columnas de piedra y una torre con coronamiento semiesférico cubierto de piedra vista, y también un magnífico palacio señorial con varios blasones en la fachada y en sus torreones.

La Majúa es otro pueblecillo situado en el profundo valle del río del mismo nombre. Se trata de un casco urbano estrecho y alargado en torno a este cauce que se prolonga a lo largo de un kilómetro, que da para estar dividido en siete barrios, con dos hermosos puentes de piedra medievales, en unas aguas que nos ofrecen infinidad de pequeñas cascadas y sifones, amén de los grandes picos que escoltan el valle y de la arquitectura de la localidad, la propia de la zona, muy uniforme y bien conservada.

San Emiliano es una de las localidades más pobladas y turísticas de Babia, lo cual se nota en la cantidad de alojamientos, restaurantes y autoservicios con que cuenta. Su situación, en una comarca tan bella y cercano al asturiano Parque Natural de Somiedo, lo convierten en un referente para el turismo de montaña.

El pueblo está dividido en dos barrios, uno a cada lado de la carretera y cada cual con su iglesia propia, y en él confluyen varios arroyos que bajan de la montaña para desembocar no muy lejos en el río Luna. Al inicio de la carretera de La Majúa está el Mirador de las Cigueñas, encaramado en un espolón rocoso, desde donde tenemos espectaculares vistas de todo el entorno, salpicado de altísimas montañas, incluyendo el cercano macizo de Peña Ubiña, cima de Babia con sus 2.411 mts. de altitud, y el casco urbano bajo nuestros pies con sus tejados de pizarra.

En el ayuntamiento hay una oficina de información turística donde nos podemos documentar sobre la gran cantidad de rutas de senderismo que podemos hacer por aquí. Nosotros nos vamos a centrar en una que recorre los Lagos de Saliencia, dentro del Parque Natural de Somiedo, cerca de San Emiliano, en el límite provincial y autonómico entre León y Asturias. Pero antes podemos visitar la aldehita de Pinos, a menos de 2 kmts., situada en un precioso valle bajo el pico llamado Peña Ubiña Chica, el más meridional del macizo del mismo nombre.








     SALUDOS

EL RURAL

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