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Medellín |
No es que me halla ido por aquellas remotas y heladas tierras de Rusia (ni lo pretendo). Simplemente voy a hablar de la comarca de Badajoz llamada La Siberia, conocida así por ser una zona apartada y despoblada del nordeste de la provincia, rayando con Córdoba y Ciudad Real, donde se encuentran algunos de los embalses más grandes de España, con buenos pueblos y castillos. También recorreremos la colindante y más famosa comarca de La Serena.
Podemos empezar por Medellín, pueblo natal de Hernán Cortés, cuya estatua se encuentra en el centro de la hermosa Plaza Mayor. En lo alto, el castillo, larguísimo, desde donde, recorriendo su barbacana, podremos ver magníficas vistas de las vegas del Guadiana, con sus arrozales inundados, y su puente romano de 17 ojos. A lo lejos se divisan los importantes pueblos de Don Benito y Villanueva de la Serena. Y al pie del castillo, el Teatro Romano, que con algunos retoques se ha conseguido que pueda seguir utilizándose en la actualidad para distintos eventos. En la iglesia románica de al lado está el centro de información de este yacimiento.
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Magacela |
Cogemos ahora la carretera para llegar a Magacela, encalado en un alto cerro. La parte alta del pueblo es un precioso laberinto de estrechas calles y blancas casas, muy típico del sur de Extremadura y Andalucía. En lo alto, las ruinas del castillo, desde donde tenemos extraordinarias vistas. A las afueras se encuentra la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, rodeada de unos bonitos y bien arreglados jardines, y al lado, un pequeño dolmen sepulcral.
Seguimos la ruta hasta Campanario, donde veremos su preciosa Plaza Mayor y su arquitectura popular, compuesta por casas de dos plantas pintadas de blanco o amarillo, con buenas rejerías en sus amplios ventanales, y que es la propia de toda esta zona.
A unos pocos kilómetros del pueblo está la ermita de Nuestra Señora de Piedra Escrita, con su largo porche sujeto por columnas de piedra, y ubicada en un bonito paraje natural entre dos vaguadas.
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Zalamea de la Serena. Distylo |
Pasamos a continuación por Castuera, pueblo menos atractivo, para llegar a Zalamea de la Serena, que sí merece una larga parada. El pueblo es famoso gracias a la obra de Calderón de la Barca "El alcalde de Zalamea", a la que se dedica un museo. Desde la amplia y ajardinada plaza del ayuntamiento, subimos hacia la parte alta, e iremos topándonos con diversas casas palaciegas, hasta llegar a la Plaza de la Constitución, donde veremos la bonita iglesia de Nuestra Señora de los Milagros. Junto a ella tenemos un monumento funerario del siglo I d. C. llamado distylo sepulcral, consistente en dos columnas estriadas de granito con capiteles jónicos de más de 20 metros de altura, considerado Monumento Nacional.
En lo más alto del pueblo se encuentra el castillo, que no está conservado todo lo bien que sería deseable, pero que mantiene buenos torreones.
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Cabeza del Buey |
Desde aquí nos trasladamos a Cabeza del Buey. Pero antes de llegar pasamos por los restos del castillo de Almorchón, situado en un inaccesible espolón rocoso, y también por la ermita de Nuestra Señora de Belén, patrona del pueblo, rodeada de un bonito bosque con buenas praderas.
Una vez en el pueblo, dando un paseo por el centro, veremos sus casas palaciegas, su buen ayuntamiento, sus iglesias y su arquitectura popular propia de la zona. Por encima del casco urbano contemplaremos la silueta rocosa de la Sierra del Buey, sobre la que destaca la ermita del Calvario, emplazada en un lugar increíble.
Seguimos ahora hasta Zarza-Capilla, pero, antes de llegar al pueblo a la derecha, entramos en el paraje natural donde se encuentra la ermita de San Isidro, que es un lugar elevado en la ladera de la montaña desde donde tenemos buenas vistas de la localidad y del ya cercano embalse de La Serena.
Una vez en el casco urbano disfrutaremos de su blanca arquitectura popular y de su bonito ayuntamiento, que contrastan con la iglesia, que es de piedra rojiza.
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Capilla. Castillo |
Continuamos carretera adelante, ya pegados al embalse, pasamos Peñalsordo y llegamos a Capilla, situado bajo un espectacular espolón rocoso, y que es otro buen ejemplo de arquitectura popular.
Tras recorrer sus calles, subimos al castillo, en lo alto de la roca, que está en ruina, aunque podemos alzarnos a alguno de sus adarves, que sirven de mirador para contemplar las extraordinarias vistas de las sierras de alrededor y del inmensísimo embalse de La Serena, el más grande de España, de dimensiones estratosféricas, cuyos confines no seremos capaces de avistar, y que está conformado por un buen número de ríos: Guadalemar, Esteras, Guadalmez... y sobre todo el Zújar.
Desde Capilla, atravesamos el embalse por el larguísimo puente para recorrer los pueblos de la otra orilla: Garlitos, Risco y Sancti-Spiritus, desde los que tenemos buenas vistas del "mar" de La Serena y las sierras colindantes.
Siguiendo hacia Puebla de Alcocer, volveremos a cruzar el embalse por dos largos puentes que unen ambas orillas con una bonita y arbolada isla circular que hay en medio.
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Puebla de Alcocer. Castillo |
Llegando a Puebla ya divisamos la silueta del su magnífico castillo en el cerro que hay encima de la localidad. La parte alta de ésta se compone de calles estrechas y empinadas, con casas de un blanco impoluto, destacando también su bonito ayuntamiento y su iglesia, de gran belleza interior, con todas las paredes decoradas con frescos.
Una vez recorrido el casco urbano, subimos al castillo. Bien conservado, impresionan sus altos muros coronados con almenas piramidales, y una vez dentro, podemos subir y recorrer todo el adarve y llegar a la misma azotea de la altísima y cilíndrica Torre del Homenaje. Las vistas desde aquí son infinitas, con Puebla de Alcocer hacia un lado de la sierra y Esparragosa de Lares hacia el otro, y una buena parte del embalse de La Serena. Junto al castillo, también podemos ver una ermita rupestre situada en un espolón rocoso.
Cogemos ahora la carretera de Orellana para luego desviarnos hacia la presa del embalse de La Serena. Es curioso ver como esta construcción es el inicio de un embalse y a la vez la cola de otro, el del Zújar, cuya presa veremos un poco más adelante.
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Orellana la Vieja. Playa |
Desde esta última nos llegamos hasta otra presa más: la del embalse de Orellana, también de grandes dimensiones, formado en este caso por el río Guadiana, que no mucho más abajo, en las proximidades de Villanueva de la Serena, recibirá las aguas de su afluente el Zújar.
Cerca de la presa está el pueblo de Orellana la Vieja, muy turístico en épocas de buen tiempo, ya que el embalse cuenta con playa (de cemento), embarcadero y hasta un curioso auditorio para actuaciones al aire libre, cuyo escenario está situado dentro de las aguas.
Seguiremos bordeando el embalse por carretera, pasando por Orellana de la Sierra, Navalvillar de Pela y Casas de Don Pedro, donde tomamos la desviación para ir a Talarrubias. Antes de llegar a este pueblo pasaremos por unas bonitas hoces que hay al cruzar la cola del embalse de Orellana, y una vez en la localidad veremos su iglesia fortificada.
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Siruela |
Camino de Siruela, cruzamos otro de los brazos del embalse de La Serena (es omnipresente), y una vez en este pueblo disfrutaremos de su bonita arquitectura, y de su curiosa plaza, en la que caben todo tipo de edificios: iglesia, ayuntamiento, ermita, torre-reloj...
La siguiente parada es Herrera del Duque, otro bonito pueblo con una preciosa plaza mayor con soportales. En lo alto de un cerro a las afueras, su pequeño castillo.
Siguiendo la carretera hacia Castilblanco cruzaremos el embalse de García de Sola, estrecho pero larguísimo, formado también por el río Guadiana, y una vez en este último pueblo, volveremos a disfrutar de buena arquitectura tradicional de la zona.
Un poco más adelante llegamos a otro impresionante embalse: el de Cíjara, otro de los más grandes de España, formado sobre todo por el Guadiana, y también por otros ríos menores. Está situado en un precioso entorno de extensos encinares y pinar, y la zona es Reserva Nacional de Caza.
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Guadalupe. Claustro |
Este sería el final de la ruta por las comarcas de La Serena y La Siberia pero, ya que estamos cerca, podemos poner la guinda al pastel visitando Guadalupe, ya en la provincia de Cáceres.
Es este un pueblo famoso por albergar el Monasterio de la Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura. El edificio es grandísimo, fortificado, con un bello claustro, y una iglesia preciosa, en la que destaca el camarín de la Virgen.
Además de visitar el monasterio, debemos darnos una vuelta pausada por el pueblo, para disfrutar de sus bonitas calles y su entorno serrano. No perderse tampoco el edificio del Parador Nacional, ubidado en una antigua fábrica textil.
Con esto acabamos nuestro recorrido.
Saludos
EL RURAL