Quien invente una aplicación que gestione las llamadas
telefónicas eficientemente se va a forrar. Me explico.
Llama tu pareja. O tu tía Enriqueta, la del pueblo. O Pepe
"el brasas". Un sistema de reconocimiento del número entrante detecta
que se trata de él o ella. Descuelgas. La aplicación tiene un registro de
entradillas grabadas con tu voz, organizadas según la identidad del que llama,
como por ejemplo "Hola cari", "¿Todo bien?" "¿Qué tal,
tronco?" y similares, y las intercala al percibir una pausa en el caudal
vocal del llamante. Después se limita a introducir un "Sí", un
"Bien" o un "¡Claro!" en períodos aleatorios de entre cinco
y veinte segundos.
Por si las moscas, tiene un listado de palabras relevantes,
como "Divorcio", "Accidente", "Embarazo",
"Hacienda", "Comunidad de Propietarios" o "Tenemos que
hablar" y/o "No eres tú, soy yo", que activan una alerta sonora,
inician la grabación de la conversación y suspenden las respuestas automáticas.
Ahí ya tienes que coger el toro o la vaca por los cuernos,
y el mecanismo, si acaso, de vez en cuando puede recoger en su pantalla
luminosa algún mensaje evocador que te facilite el diálogo, del estilo "No
pienso pagar un duro", "Tú sabrás" o "No es lo que piensas,
puedo explicarlo todo". Por socorrer al titular del servicio, como detalle
de la empresa contratada.
Como opción avanzada, el cacharro también puede discriminar
llamadas de entidades bancarias, compañías de telefonía, aseguradoras y otros
pelmazos mercantiles. En tal caso, entra un audio con tu voz entrecortada, como
si estuvieses en el túnel de Viella o en el Vesubio por la parte de dentro.
Algo como “…puerro…bertura…grrrr…añana…grrrr…Singapurrr…pffff…acias”, o, en su
caso, una locución que repita en tono metálico “No existe ningún abonado con este
número”. Y a cascarla por los montes.
Si hay algún emprendedor por ahí, le cedo los derechos. Con
la condición de que, cuando comercialice estos artilugios, me regale uno que
termine las conversaciones con la voz de Fernando Fernán Gómez saludando a su
famoso admirador.