domingo, 1 de junio de 2014

Sanabria

     En esta ocasión vamos a hablar del Parque Natural de Sanabria, en el nordeste de la provincia de Zamora. Tiene una extensión de 22.000 hectáreas, en las que hay infinidad de lagunas dispersas por toda la sierra, teniendo ésta su máxima altura en el pico Peña Trevinca, de 2.127 metros sobre el nivel del mar. El lugar  más famoso del Parque es el Lago Sanabria, que es el más grande la Península Ibérica de origen glaciar, con una superficie de 318 hectáreas y una profundidad máxima de 53 metros.
    
En la autovía Benavente- Orense-Vigo-Pontevedra (autovía de las Rías Bajas) nos salimos  a la altura de Puebla de Sanabria, y enseguida llegamos a Puente del Mercado, junto al río Tera, con sus frondosas orillas y sus puentes de piedra. El casco urbano presenta  buenas casas de sillería con balconadas de madera.

     Pocos kilómetros más adelante llegamos a la "Casa del Parque", que es el Centro de Interpretación del Parque Natural, donde podremos informarnos adecuadamente antes de adentrarnos en el mismo. Veremos audiovisuales, exposiciones, historia, flora, fauna, rutas de senderismo y todo lo que es necesario saber para manejarnos por el interior, además de recorrer una bonita e instructiva ruta botánica por los alrededores del Centro.
    
Siguiendo la carretera hacia el lago, pasaremos por Galende, pueblo que tiene diversos alojamientos, entre los que destacaría las cabañas rurales "El Ruso".

     Y pocos kilómetros después llegamos al Lago Sanabria. Bordeándolo en sentido a Ribadelago iremos viendo distintas perspectivas, sus grandes dimensiones, sus playas, su embarcadero, su bellísimo, boscoso y  montañoso entorno.

     Hay momentos en la vida que quedan grabados en la memoria para siempre, y uno de esos momentos es sentarse en la orilla del Lago Sanabria y dejarte envolver por todo lo que te rodea, echando a volar tus sentidos. Solo tienes que hacer una cosa... o tres mejor dicho: ver, oir y respirar.
  
Algunas de las playas tienen chiringuitos que funcionan según temporada, y en el embarcadero hay un pequeño barco que hace recorridos por todo el lago, y también se alquilan pequeñas barcas a pedales.

     Llegamos ahora a Ribadelago. La localidad está dividida en dos cascos urbanos: el pueblo nuevo, al que llegamos primero, junto a la desembocadura del río Tera en el lago; y el pueblo viejo, situado unos 300 metros más arriba.

     Éste último tiene una trágica historia a sus espaldas, que proviene del año 1.959 cuando el pueblo fue arrasado por la rotura de una presa situada montaña arriba, liberando de golpe millones de metros cúbicos de agua. En la catástrofe murieron 144 personas, pero solo se recuperaron 28 cadáveres. El pueblo fue abandonado casi por completo, construyéndose el nuevo un poco más abajo.
  
Pero Ribadelago poco a poco ha ido resurgiendo de sus cenizas. Son muchas las casas que se han reconstruido o restaurado, y hoy en día es un precioso pueblo de arquitectura popular sanabresa. Se compone ésta de casas de piedra de dos plantas, estando la superior forrada por tablones de madera para proteger la vivienda del duro clima existente, y quedando cubiertas por bonitos tejados de pìzarra.

     Paseando por el pueblo encontramos diversas muestras que hacen alusión a la tragedia del 59, como un monumento dedicado a las víctimas, y diversas cruces instaladas en los solares que ocupaban las casas donde hubo fallecidos o desaparecidos. Pero a pesar de estos tristísimos recuerdos, el pueblo, como ya dije antes, se ha ido recuperando y va ganando vida poco a poco, especialmente en fínes de semana y vacaciones, y bien merece un detenido paseo.
  
Además, el excelso entorno natural en que se encuentra es muy propicio para la práctica de senderismo. Son muchas las rutas que parten de Ribadelago hacia distintos puntos del Parque Natural. Especialmente recomendables son las que siguen el curso del río Tera aguas arriba, y la que bordea el lago subiendo hasta San Martín de Castañeda.

     A este pueblo, además de andando, desde Ribadelago también podemos llegar en coche bordeando el lago por el lado contrario. Una vez en él, disfrutaremos de su bonita arquitectura típica de la zona, de su buen monasterio, con sus ábsides románicos, y del magnífico museo etnográfico que ocupa parte del mismo, donde podremos adentrarnos en la historia, costumbres y cultura propias de la comarca de Sanabria.
    
Siguiendo por la carretera, iremos ganando altura y encontrándonos con diversos miradores que nos ofrecen extraodinarias vistas panorámicas del lago y de toda la zona.
     Unos kilómetros más arriba la carretera termina en la Laguna de los Peces, otro lugar paradisíaco, y punto de partida de otro buen número de rutas de senderismo, incluyendo la que sube a Peña Trevinca.

     Bajando de nuevo al lago no debemos dejar de visitar Vigo de Sanabria, pueblo muy largo y estrecho, dividido en varios barrios a lo largo de las orillas del Arroyo de la Forcadura, que es el que sirve de desague a la Laguna de los Peces.
    
Paseando por sus calles veremos su arquitectura sanabresa, sus iglesias o ermitas (una en cada barrio),  los rústicos puentes de piedra que cruzan el arroyo, sus huertos y su precioso entorno natural.

     Y para terminar nuestro recorrido, imprescindible visitar la capital de la comarca: Puebla de Sanabria. La parte alta de la localidad es de una belleza extraordinaria,con arquitectura propia de la comarca, pero más señorial que en los pueblos pequeños, y una bonita Plaza Mayor, con el ayuntamiento a un lado y la iglesia al otro. Al tratarse de una zona elevada, tenemos buenas vistas del resto del pueblo, del precioso parque fluvial del río Tera, y de toda la comarca.
  
También aquí en la parte alta tenemos el castillo, otra joya más que nos ofrece Puebla de Sanabria, el cual está muy bien conservado, y se puede visitar. Una vez dentro, podemos recorrer sus adarves, camuflados entre sus almenas rectangulares, subirnos a sus torreones cilíndricos, ver los sotanos y alzarnos a la azotea de su Torre del Homenaje, donde varios paneles nos informan sobre todo lo que se divisa desde allí arriba. Además, hay una sala del castillo dedicada exclusivamente a una exposición sobre la tragedia del 59 en Ribadelago.
    
Y para terminar la visita a Puebla de Sanabria, podemos darnos un tranquilo paseo por el bonito y arreglado paseo fluvial sobre el río Tera, que antes veíamos desde lo alto y ahora recorremos disfrutando de su belleza y su tranquilidad, además de contemplar ahora desde la parte baja la perspectiva del castillo y la parte alta del pueblo.

     Es todo por hoy. Si pueden, no dejen de visitar la comarca de Sanabria, una de esas áreas geográficas imprescindibles de ver para cualquier persona amante de lo natural y de lo rural.
                   
                                     SALUDOS
                          
                                                                                                          EL RURAL
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