Soy una tortuga anciana, he nacido en una playa
cuyas ondas eran las páginas de un libro azul, en la arena blanca he dejado mis
dias más antiguos, mi infancia. Pero, en mi boca he traído dos perlas. Lejos va
mi primera viajen de coche, la he hecho dientro de una caja. Por el rincón
miraba las cosas pasando muy deprisa - he visto rayos de muchas colores en
cielo. El cielo era bajo y anranjado, cerré los ojos y debido al juego de luz y
sombra he sido invadida por - rojo, niegro; rojo, niegro; rojo, niegro; - y ele
cielo tan bajo, no sé se me dormía, sí sé que nadaba.
Clotilde La Araña no se quedaba, era de pocas
palabras y tenía un ojo para cada punto cardinal, me dava miedo y calafríos. Se
pasaba los dias haciendo telas, tricotando los vestidos de la danzarina. Por la
noche era ella que lle hacia danzar, por veces pegada en sus pelos, otras aún
pegada en los vestidos. Siempre danzaban la musica del acordeonista ciego que
por las calles narraba su amor infinito por la danzarina. Secretamente la araña
estaba enamorada por el acordeonista. Cuando elle ha cumplido años la araña
tricotó un vestido rojo y niegro para la danzarina y al acordeonista se lle dió
dos de sus ojos, los ojos de mirar el sud y el norte.
Mientras, yo hechaba de menos mi casa, mi playa.
Quería huir. La araña prometió que me ayudaba en trueca de las perlas, lo hice.
Después, en un furioso ataque de hambre la danzarina ha comido la araña,
encontró las perlas y con ellas ha hecho dos bellos pendientes. Pero yo ya iba
bien lejos en las aguas de un río dolce y verde.
Abigail