Con poco que hayamos recorrido la geografía de nuestro país habremos observado como en los últimos años ha proliferado un nuevo elemento en el paisaje. Efectivamente, se tratan de los aerogeneradores. Pero hoy no vamos a tratar el tema de esos molinillos que producen electricidad, sino de sus precursores, los molinos de viento.
La función de los molinos es transformar la energía eólica en energía mecánica. De forma esquemática su funcionamiento sería el siguiente: el viento hacer mover las aspas que están unidas mediante un eje a una serie de engranajes, estos harán girar unas piedras que serán las que muelan el grano.
Os propongo dos visitas que se pueden realizar en la misma jornada para disfrutar de estos artilugios. Un pueblo de la provincia de Toledo,
Consuegra, y otro de Ciudad Real,
Campo de Criptana.
En
Consuegra, a parte de darse una vuelta por el casco urbano, debemos centrarnos en visitar el Castillo, del que se cree que se inicio su construcción sobre el Siglo X, durante el califato de Cordoba. A continuación de esta fortaleza, y siempre por la cuerda de los cerros, tenemos una sucesión de molinos de viento, todos ellos en muy buen estado de conservación. El primero de estos 12 molinos es una oficina de turismo, donde podemos ver de cerca la mecánica de la molienda.
Para comer no tendremos ningún problema, la oferta hostelera es amplia. Entre los platos típicos de la zona tendremos las migas, gachas, duelos y quebrantos...
Ya por la tarde nos podemos desplazar hasta
Campo de Criptana, lo que nos llevara unos 45 minutos en coche. En este municipio se conservan 10 molinos, de los cuales tres son originales del siglo XVI. Están situado en la zona alta de la población, y tenemos una oficina de turismo que nos asesora sobre las visitas.
También es interesante visitar la
casa-cueva, como muestra de las viviendas utilizadas por los molineros de la zona.
Por ultimo, en el interior del pueblo, tenemos el
Pósito Real, antiguo almacén de grano rehabilitado como sala de exposiciones.