Allá por la década de los 80, cuando mi avidez lectora y cinéfila era insaciable, atravesé una etapa en la que devoré varios libros y películas considerados futuro-catastrofistas, a saber: "1984", "Un mundo feliz", "Walden Dos", "Fahrenheit 451", "La fuga de Logan", " Blade Runner "y similares.
En mi juventud, todo aquello parecía obra de mentes retorcidas, de "conspiranoicos". Tales planteamientos no serían jamás tolerados por los defensores de la libertad. Nunca los hombres y mujeres permitirían que el Estado o las corporaciones industriales que aventuraban sucederle detentasen tal grado de control y poder sobre el individuo.
Hoy, casi treinta años después:
- El Gran Hermano es un espectáculo televisivo y una realidad consolidada no sólo en los centros comerciales privados, sino en la vía pública, patrimonio de todos, y se consagra en una ley de videovigilancia.
- No soy capaz de encontrar la diferencia entre el "soma" de Huxley y los programas del corazón o el fútbol retransmitido.
- Se queman Biblias y Coranes: los libros proscritos existen.
- Las multinacionales gobiernan los Estados a través de la economía.
- La eutanasia se consolida como derecho. Del derecho al deber no medía una distancia tan grande.
- Los poderes públicos velan por tu salud y seguridad: el cinturón de seguridad siempre abrochado, nada de fumar y vamos a recomendarte lo que debes comer. ¿ El siguiente paso será la dieta obligatoria ?
- Se empiezan a escuchar, entre los ciudadanos de a pié, las críticas a un sistema de prestaciones sociales que beneficia a los jubilados y ancianos frente a los jóvenes y los de mediana edad.
¡ Qué tétrico me parece el futuro !. Y más si lo comparo con los recuerdos de mi juventud. Todos esos momentos se perderán... como lágrimas en la lluvia.
Buenos días... y buena suerte.
viernes, 10 de diciembre de 2010
jueves, 9 de diciembre de 2010
Reflexión de José Luis Sampedro.
Transcrito de su libro " Escribir es vivir".
" en toda actividad humana hay siempre un componente racional, describible, transmisible, que se puede enseñar... y un componente misterioso, al que puede uno aproximarse, pero sin tener la seguridad de que se ha encontrado"
Buenas noches y mañana intentaré aproximarme a vosotros otra vez, sin la seguridad de haberlo conseguido. Y en eso está la gracia.
" en toda actividad humana hay siempre un componente racional, describible, transmisible, que se puede enseñar... y un componente misterioso, al que puede uno aproximarse, pero sin tener la seguridad de que se ha encontrado"
Buenas noches y mañana intentaré aproximarme a vosotros otra vez, sin la seguridad de haberlo conseguido. Y en eso está la gracia.
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Gracias por venir, que diría Lina Morgan.
Ante todo, hay que empezar por el principio. Producto de una educación tradicional, nunca olvido aquello de que "quien no es agradecido no es bien nacido". Y quiero darte las gracias, querido P., porque, en estos tiempos tenebrosos que nos ha tocado vivir, haces que mi maltrecho cerebro no deje de bullir, y apartas con tus reflexiones, con tus iniciativas, con tus preguntas al aire, los nubarrones que empañan mis pensamientos.
Ojalá sea capaz de estar a la altura, y ojalá seamos capaces de plasmar negro sobre blanco ( o blanco sobre negro, que no se como va esto ) esas tormentas de ideas que nos dejan los fines de semana.
No me acuerdo quien fue el que dijo que desperdiciábamos la mayor parte de nuestras capacidades cerebrales. No se si es cierto. Pero de lo que sí estoy seguro es de que dilapidamos nuestra capacidad de aprender de los demás. Tú formas parte, sin embargo, de un reducido número de personas que siempre se preguntan otra vez sobre la pregunta anterior y que no se conforman con las respuestas incompletas que nuestro sistema considera válidas. Y eso, a mí, me hace aprender mucho.
Ojalá sea capaz de estar a la altura, y ojalá seamos capaces de plasmar negro sobre blanco ( o blanco sobre negro, que no se como va esto ) esas tormentas de ideas que nos dejan los fines de semana.
No me acuerdo quien fue el que dijo que desperdiciábamos la mayor parte de nuestras capacidades cerebrales. No se si es cierto. Pero de lo que sí estoy seguro es de que dilapidamos nuestra capacidad de aprender de los demás. Tú formas parte, sin embargo, de un reducido número de personas que siempre se preguntan otra vez sobre la pregunta anterior y que no se conforman con las respuestas incompletas que nuestro sistema considera válidas. Y eso, a mí, me hace aprender mucho.
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