Tras la anterior ruta que describimos referente a los pueblos negros del norte de Guadalajara, hoy os propongo otra de recorrer pueblos en el coche, con posibilidad de hacer alguna ruta de senderismo.
En esta ocasión se trata de recorrer los conocidos como pueblos rojos de la Sierra de Ayllón, en el nordeste de la provincia de Segovia, alternando con algún pueblo negro, similar a los que ya conocimos en la ruta anterior.
Para ello, saldremos de Madrid por la A-1, carretera de Burgos, hasta aproximadamente el kilómetro 105, donde tomaremos la N-110 sentido Soria. Enseguida llegaremos a la primera parada de la ruta: Riaza.
En este pueblo, que todavía no es de arquitectura roja, es imprescindible visitar la Plaza Mayor, bellísima, porticada, circular, y las calles de alrededor, salpicadas de buenos restaurantes, idóneos para degustar el cochinillo asado o el lechazo, tan habituales de esta zona.
Desde Riaza hay un acceso a la estación de esquí de La Pinilla.
A continuación, cogeremos la carretera señalizada que va hacia la ermita de Nuestra Señora de Hontanares y los pueblos rojos y negros. Enseguida veremos el desvío a la ermita, por el que subiremos hasta el bellísimo paraje de montaña donde se encuentra la misma.
Este lugar bien merece una visita pausada, por la belleza del lugar y por las posibilidades de disfrute de la naturaleza que ofrece. Bonita ermita, restaurante, merenderos, fuentes, todo ello rodeado de pinares y hayedos. Están señalizados un agradable paseo hasta un mirador cercano, y también una bonita y sencilla ruta de senderismo por pista forestal hasta el pueblo de Riofrío de Riaza de 4,8 Kmts. solo ida.
Después bajaremos de nuevo a la carretera para seguir la ruta. El primer pueblo que encontramos es Alquité, que pasa por ser un avance de lo que son los pueblos rojos. En realidad son anaranjados, con gran parte de sus edificaciones de color arcilloso, propio del terreno de esta zona.
Alquité tiene algunos ejemplos de arquitectura roja, al igual que Martín Muñoz de Ayllón, a 1 kilómetro por el desvío señalizado, curioso pueblo en medio de un hayedo.
Volviendo a Alquité para retomar la carretera principal eje de nuestra ruta, continuaremos hasta llegar a Villacorta, primer pueblo auténticamente rojo. Dar un lento paseo por las calles de este pueblo es darse un homenaje de este tipo de arquitectura, a la vez que disfrutamos de la tranquilidad y silencio reinantes.
Continuando por la carretera, poco después de Villacorta a la derecha, sale el desvío a Becerril, a 4 Kmts. Aquí cambiaremos de estilo para visitar este bonito pueblo de arquitectura negra, de pizarra, como los cercanos del norte de Guadalajara.
De vuelta a la carretera principal, seguiremos hasta Madriguera, otro pueblo auténticamente rojo, prácticamente en su totalidad, donde disfrutaremos de otro precioso paseo por sus calles. Atención al letrero con curiosa inscripción que hay encima de la puerta del cementerio, que está adosado a la iglesia.
Desde Madriguera sale una carreterilla que en dos kilómetros nos conduce a Serracín, pueblo abandonado de arquitectura negra, cuyas ruinas merece la pena visitar.
De vuelta a Madriguera, cogeremos otra carretera que en 4 kilómetros nos lleva a El Muyo, precioso pueblo también de arquitectura negra en un bello entorno natural.
Tras regresar de nuevo a Madriguera, seguiremos la carretera principal para llegar a El Negredo, pueblo de menor interés que los anteriores, pero con restos aún de arquitectura roja.
Después llegaremos a Santibáñez de Ayllón, pueblo de arquitectura distinta, donde abunda más la piedra en sus construcciones. Bien merece una visita, además de estar rodeado de buenos roquedos.
Aquí tomaremos la carretera CL-114 para llegar en unos 15 kilómetros a la última pero no menos interesante parada de la ruta: Ayllón. Es éste un precioso pueblo medieval, con una hermosa Plaza Mayor, algunas construcciones rojas, y con un buen mirador encima del pueblo, junto a una torre de la antigua muralla, desde el que se observan buenas panorámicas de la Sierra de Ayllón y la llanura segoviana.
Desde aquí tomaremos la N-110 sentido Segovia y Madrid para, tras pasar de nuevo por Riaza, llegar a la N-I y regresar a la capital.
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Por AOC
sábado, 7 de mayo de 2011
viernes, 6 de mayo de 2011
Crítica de cine: Sucker Punch.
Crítica de cine Sucker punch:
El título de la película viene a ser un aviso para el espectador. El término viene del mundo del boxeo y significa algo así como “golpe a traición” y no es para menos porque esto no te lo esperas ni de coña.
La peli en cuestión se supone ambientada en los años 50 y la trama argumental versa sobre una jovencita que es ingresada por su padrastro en un hospital psiquiátrico y cuyo fin es ser lobotomizada. Claro está que a la nena esto no le gusta un pelo y monta un guirigay del 15 con el fin de evitarlo. Vale, hasta aquí todo va bien, un comienzo en “slow motion” una estética manga japonesa y tal, peeeeero, se ve que al director se le fue la mano con los porros y monta un cristo de tres pares como yo no había visto en mi vida. A saber: Incursiones de comando de élite con escenas de acción dignas de la mejor película bélica, mamporros, patadas karatequiles de no te menees, robots asesinos a mansalva, Samurais gigantes con mas peligro que un indio detrás de un arbusto, dragones enfurecidos, bueno, la de Dios, y todo ello protagonizado por la Lolita en cuestión y su grupo de compañeras a cada cual mas buenorra .
Vaya por delante que las escenas de acción son impresionantes y de lo mejor que se ha visto en celuloide jamás, pero el responsable de esto las justifica de una forma maníaca y el resultado es que te quedas mirando de reojo a la pantalla como diciendo: ¿ será verdad que el alcohol y las drogas son dañinos para el cuerpo humano?, ¿ no será que me han metido un tripi en la cocacola?, ¿ volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar?.
Este exceso fílmico le encantará a los amantes de los videojuegos, de los mangas, de las pelis violentas, vamos, a los adolescentes pajilleros compulsivos o a aquellos que todavía tienen un espíritu teen-ager revoloteando en su interior. No le busquéis otro sentido porque no lo tiene, ya que en esta película, el tal Zack Snyder, responsable de trabajos como: “El amanecer de los muertos”, “ Watchmen”, o “300”, hace lo que le sale de los mismísimos cataplines.
No se si me ha gustado o no, pero tiene su puntillo..
Río
Sinopsis:
Esta cinta de animación en 3D cuenta la historia de un Blu, un presumido guacamayo que abandona la comodidad de la jaula en la que vive en Minnesota para dirigirse hasta Río de Janeiro, donde existe otro pájaro de su misma especie, una hembra llamada Perla. Pero cuando llega a Río, Blu y Perla son secuestrados por unos delincuentes. Blu deberá hacer todo lo posible por escapar, y para ello contará con la ayuda de un variopinto grupo de pájaros muy divertidos, el problema es que nunca ha aprendido a volar…
Opinión:
De los creadores de la saga de “Ice Age” llega esta película de animación con un colorido espectacular, ambientada en el carnaval de Brasil, donde la música y los bailes amenizan la trama.
Es un cuento en el que la temática principal es el tráfico de animales y el peligro de extinción que corren muchas aves en nuestro planeta, tema delicado que se plasma en una divertida comedia donde el guacamayo Blu, siendo tan sólo un polluelo (voz de Jesse Eisenberg en la versión original) es raptado para ser vendido fuera de Brasil. Terminará en Minnesota por accidente, su caja se cae del camión de los contrabandistas y es recogido por Linda, una agradable librera que cuidará de él y le dará todo el cariño hasta que Tulio, un ornitólogo, le hace saber que es el último macho de su especie; toca regresar a Brasil para cruzarse con Perla (Anne Hathaway) para preservar la especie.
En este tipo de películas, aunque la trama de los humanos está en segundo plano, cabe destacar los amigos del protagonista o papeles secundarios, un montón de pájaros de colores de distintas especies, los tucanes, cardenales o canarios que hacen del típico amigo gracioso, divertido, fiel, incluso del torpe, o los que hacen de malos malísimos como una cacatúa gigante en plan sicario, sin olvidarnos de un impresionante bulldog experto en motosierras y unos monos que hacen de carteristas.
Película agradable, divertida, amena, entretenida, una aventura para toda la familia.
Calificación: «««¶¶Cita: Creo que el amor también es sordo…
Clark Kent
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Dos de la fila 7 y centraditas
lunes, 2 de mayo de 2011
Riña de gatos. Madrid 1936
La concesión del Premio Planeta a Eduardo Mendoza en el año 2010 tuvo un principal beneficiario: el Premio Planeta, que se vio dignificado en su palmarés con un escritor superlativo, que compartió un poco de su prestigio, logrado a base de muchos años, con un galardón bajo permanente sospecha.
Al contrario de otros escritores que vendieron su alma al diablo por el Planeta, Mendoza nos obsequia con una novela en la línea de sus mejores obras, en la que un inglés experto en arte del siglo de oro español llega a una Madrid (Madrid es femenina, no se equivoquen) convulsa por la situación inmediatamente anterior al alzamiento rebelde contra el gobierno de la república, para participar en una turbia transacción. A partir de ahí, y como se dice en un pasaje, parece que “en este país no pasa nada sin que ande por medio ese puñetero inglés”.
Apasionante trama en la que José Antonio, Azaña y el mismísimo Franco interaccionan con el inefable Anthony Whitelands (Antoñito para los amigos) entre otros personajes para confeccionar una imagen veraz, amarga, aunque a pesar de todo, amable, de un país al borde del abismo, pero sin perder el orgullo.
No es una novela cómica, pero mantiene la finísima ironía que arranca sonrisas en cualquier rincón insospechado. Y la ciudad de Madrid queda en deuda con el autor, por el hermoso retrato que, como si de una amante se tratara, le realiza.
El premio no es para Eduardo Mendoza, es para todos nosotros.
Riña de gatos. Madrid 1936 – Eduardo Mendoza
Planeta, 2010. 427 páginas.
Al contrario de otros escritores que vendieron su alma al diablo por el Planeta, Mendoza nos obsequia con una novela en la línea de sus mejores obras, en la que un inglés experto en arte del siglo de oro español llega a una Madrid (Madrid es femenina, no se equivoquen) convulsa por la situación inmediatamente anterior al alzamiento rebelde contra el gobierno de la república, para participar en una turbia transacción. A partir de ahí, y como se dice en un pasaje, parece que “en este país no pasa nada sin que ande por medio ese puñetero inglés”.
Apasionante trama en la que José Antonio, Azaña y el mismísimo Franco interaccionan con el inefable Anthony Whitelands (Antoñito para los amigos) entre otros personajes para confeccionar una imagen veraz, amarga, aunque a pesar de todo, amable, de un país al borde del abismo, pero sin perder el orgullo.
No es una novela cómica, pero mantiene la finísima ironía que arranca sonrisas en cualquier rincón insospechado. Y la ciudad de Madrid queda en deuda con el autor, por el hermoso retrato que, como si de una amante se tratara, le realiza.
El premio no es para Eduardo Mendoza, es para todos nosotros.
Riña de gatos. Madrid 1936 – Eduardo Mendoza
Planeta, 2010. 427 páginas.
domingo, 1 de mayo de 2011
El alquimista impaciente
No es la primera novela de la serie, pero sí la que le dio notoriedad, prestigio (Premio Nadal 2000), y supongo que dinero, a Lorenzo Silva.
Como el resto, uno de los puntos fuertes que tiene es la cercanía, en tiempo y coyuntura, con personajes en los que nos podríamos identificar en multitud de ocasiones.
Todo comienza con el hallazgo de un cadáver desnudo y boca abajo con un voluminoso olisbo (sí, es lo que piensan) rojo. El equipo Bevilacqua & Chamorro ha de hacerse cargo de un caso que les conducirá a través de una turbia trama de oscuros personajes, ambientes y motivaciones, siempre circunscritos en un entorno que nos es familiar.
En esa época Chamorro aún era guardia, y Vila, sargento, pero se atisban ya los rasgos de las personalidades que se consolidarían en las posteriores entregas. Y qué demonios, Chamorro me gusta.
Imprescindible para entender el género negro hispánico contemporáneo.
El alquimista impaciente – Lorenzo Silva
Destino, 2000. 281 páginas
http://www.bevilacquaychamorro.com
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