domingo, 20 de septiembre de 2020

UN PASEO POR LA MANCHA 1/3

     Entre las numerosísimas rutas que podemos hacer por la enorme tierra manchega, nos vamos a centrar en esta ocasión en dar un paseo por la provincia de Ciudad Real visitando cuatro enclaves de gran importancia, dentro de los muchos que nos ofrece la misma, y que están más o menos próximos entre sí siguiendo el orden que vamos a describir. Se trata de visitar dos espacios naturales como son las Lagunas de Ruidera (parte de éstas pertenecen a la provincia de Albacete) y las Tablas de Daimiel, un magnífico castillo como es el de Calatrava la Nueva, y el pueblo monumental de Villanueva de los Infantes, además de alguna otra sorpresa que nos encontraremos por el camino.
     
Nos situamos en la localidad de Argamasilla de Alba, donde cogemos la carretera que nos indica hacia las Lagunas de Ruidera. Antes de llegar a ellas, hacemos una primera parada en el Castillo de Peñarroya, situado en la orilla del embalse del mismo nombre, junto a la presa que retiene las aguas del río Guadiana tras el complejo lacustre de Ruidera.

     Estamos ante un edificio de piedra clara, con muros de escasa altura, al igual que la Torre del Homenaje, pero bien arreglado, con almenas y un adarve que se puede recorrer en parte. El interior acoge la ermita de Nuestra Señora de Peñarroya, de la que también hay otra imagen en una pequeña capilla situada en la parte baja del patio de armas. Desde aquí, y desde lo alto de la muralla, tenemos magníficas vistas del pantano y de todo el entorno.

     Siguiendo la carretera hacia Ruidera, y antes de llegar a avistar la localidad del mismo nombre, nos encontramos con las primeras lagunas: la del Cenagal, de la Coladilla y la de Cueva Morenilla. Son solo 3 de las 15 que conforman el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, para cuya visita podemos documentarnos en el Centro de Información situado en el pueblo, teniendo éste una abundante oferta hostelera, dada la gran afluencia turística de la zona.
  
    Son muchos kilómetros de lagunas consecutivas y escalonadas que ya de por sí son un espectáculo natural, y más en primavera o en época de lluvias cuando cada una desborda sobre la siguiente formando infinidad de cascadas, siendo su hilo conductor el Guadiana, cuyo nacimiento se podría considerar que está en el acuífero que hay debajo de la laguna Blanca, que es la situada a mayor altura. Se pueden hacer variadas rutas de senderismo y de bicicleta que recorren sus orillas, y también una carretera bordea por la margen derecha casi todas ellas, a lo largo de la cual iremos encontrando distintas zonas habilitadas para aparcamiento junto a aquellas que tienen zonas de baño, chiringuitos, merenderos o miradores.

       Cerca del Centro de Información, cruzando el puente sobre el Guadiana, sale un camino que en unos pocos centenares de metros nos lleva a la Cascada del Hundimiento, un precioso salto de agua de unos 15 metros, cuyo abundante caudal le dota de gran espectacularidad.

      A este lado del río también tiene su inicio una de las rutas de senderismo recomendadas en el Centro de Información: la "Senda del Margen Izquierdo", lineal de 3 kmts. (6 ida y vuelta) que discurre por un cómodo camino totalmente llano, que bordea las lagunas del Rey y la Colgada, y que nos permitirá descubrir el considerable tamaño que tienen, como la mayoría de las demás, y su entorno de monte bajo con bosque de encina o de pino.

      De vuelta al pueblo es imprescindible subir, andando o en coche, al Mirador del Rey, que nos ofrece unas hermosas vistas de las lagunas cercanas y sus alrededores.
 
     Ahora vamos a recorrer en vehículo la kilométrica carretera que recorre el complejo lacustre por su margen derecha. Unos pocos kilómetros después de salir del pueblo llegamos al área recreativa del Mirador de las Cascadas del Lago Batanas, situado sobre el salto de agua que se produce entre las lagunas Santos Morcillo y Batanas. Aquí encontramos también bonitas playas sombreadas por pinos y árboles de ribera y un chiringuito, además de algunas pequeñas cascadas más de desborde entre la laguna Salvadora y Santos Morcillo.

      Siguiendo la carretera, a poco más de un kilómetro, podemos parar de nuevo en el mirador sobre la laguna de la Lengua, donde observaremos con claridad lo que es una barrera tobácea, que son las que se forman por acumulación de sedimentos formando diques entre unas lagunas y otras, y por cuyos huecos, o bien por desborde, el agua pasa de unas a otras formando las cascadas.

     Continuamos en coche, sobrepasamos la larguísima laguna de la Lengua y la pequeña Redondilla, tras la que la carretera pasa a la margen izquierda, bordea parte de la de San Pedro y la Tinaja y, siguiendo los indicadores de rutas, llegaremos hasta el parkin del restaurante Montesol, donde tiene su inicio la "Senda del Pie de Enmedio". Aquí estamos junto a la laguna Tomilla, que tiene una piscina natural muy bien arreglada.

      La ruta es circular de 6 kmts., y empieza recorriendo el tramo del río que hay entre la Tomilla y la Tinaja, una zona llena de rápidos, cascadas y charcas con sus aguas color turquesa. El camino bordea después la Tinaja y llega a la San Pedro, donde se convierte en una senda que va por su alargada orilla hasta llegar a un antiguo molino, desde donde podemos seguir las indicaciones de la ruta, o bien desviarnos un poco para visitar dos interesantes lugares también indicados en el folleto de rutas de senderismo del Centro de Información y que, por tanto, están bien señalizadas.

      Tras el molino está la ermita de San Pedro de Verona, y de aquí parte una senda en cuesta que en un kilómetro nos deja en la Cueva de Montesinos, famosa porque en El Quijote Cervantes nos describe como el Hidalgo Caballero tiene que luchar dentro de ella contra las "aves nocturnas" que la habitan. Y es que en la cueva realmente viven infinidad de murciélagos de distintas clases, los cuales podemos observar ya que la misma está abierta a visitas, para lo cual debemos informarnos de los días y horas de apertura.

      De vuelta a la ermita de San Pedro, seguimos ahora andando por la carretera de Ossa de Montiel (de poco tráfico y por la que también se accede a la Cueva de Montesinos), desviándonos poco después por un camino de tierra para llegar al Castillo de Rochafrida (1,5 kmts. desde la ermita), también nombrado en El Quijote y escenario de diversos romances medievales. Cierto es que se encuentra en ruina, pero bien merece una visita por su ubicación en lo alto de una muela, donde tenemos excelentes vistas del valle del Arroyo Alarconcillo, que más abajo forma la laguna de San Pedro. Una senda recorre todo el perímetro del castillo, discurriendo por su frondoso entorno y pudiéndose observar cómo la roca hace de defensa natural del mismo.

      Tras regresar al molino por el mismo camino, retomamos la ruta de la "Senda del Pie de Enmedio", y siguiendo las indicaciones nos toca subir el monte que separa la laguna de San Pedro de la Conceja, la cual avistaremos al coronar el alto, descubriendo sus grandes dimensiones. La senda desciende hasta llegar a sus orillas, donde tomamos el camino que la bordea y que nos devuelve de nuevo al parkin que está junto a la Tomilla, donde habíamos empezado.

      Aún queda una laguna más: la Blanca. Está varios kilómetros más arriba de la Conceja y la carretera no llega hasta allí, pero sí lo hace una pista forestal por la que se puede ir andando o en bicicleta haciendo otra de las rutas recomendadas. Eso sí, conviene decir que esta laguna es muy estacional, por lo que, en función de las lluvias, podemos encontrarla seca en muchos períodos de tiempo a lo largo del año.




     SALUDOS

EL RURAL

... / ...

Licencia Creative Commons
La siguiente la pago yo por Rick, Diógenes de Sinope y Albert se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.