- Le diré su futuro, si lo quiere aceptar o no, ya
es su problema. Mire que le tengo dos noticias, una buena y una mala ¿cuál
quiere primero?, decía la adivina a aquel hombre.
-Es que yo no creo en esas cosas de predecir el
futuro, contestaba el señor.
-Está bien, le diré la buena primero, interrumpió
rápidamente la adivina.
Será muy famoso,
de los más importantes en todo el mundo.
-¿Y la mala?, preguntó él.
-Que eso sucederá después de su muerte, contestó
ella.
-Ya ve como son puras mentiras; ¿cómo me voy a
enterar de mi fama?, replicó riéndose el señor, que empezaba a tomarlo a burla.
-No es mentira; usted no deje de pintar, porque sus
cuadros valdrán millones, dijo ella.
-Ah, ¿si?, ¿y para quién van a ser esos millones?,
le preguntaba sarcásticamente.
-Para la persona que menos se lo merece y más odia,
le contestó con mirada enigmática.
A lo que
rápidamente él respondió: -¡a mi mujer!.
-No, a su suegra ,aclaró ella.
-¿Me voy a morir antes que mi suegra?.
-Sí, en un accidente automovilístico, junto con su
esposa y su hijo.
-¿Qué?; usted está loca . Me voy a donde nunca la
vuelva a escuchar, gritó enojado.
-Pues ya me escuchó, y págueme, le respondió ella.
-¡Qué le voy a estar pagando por escuchar la mala
suerte que me está deseando!, indignado movía la cabeza de un lado y al otro.
-Pero va a ser muy famoso.
-No gracias, para mantener a mi suegra en la
riqueza; me niego al deplorable destino que me quiere deparar.
-Está bien, si me paga le digo la solución.
-¡Qué horrible forma de sacar el dinero tiene
usted!, ¿cuánto va a querer que le de?.
-Lo que sea su voluntad.
-Mire, si me dice otra tontería le doy unas
moneditas de esas que ya ni sirven, pero si me dice algo interesante le consigo
un empleo.
-Quédese con sus moneditas y su empleo. Yo le voy a
decir la forma en que puede trasgredir su destino, es más, hasta le voy a
desear mucha suerte también, claro, siempre y cuando nunca olvide que: “LA CONSTANCIA
ES MÁS FUERTE QUE EL DESTINO”.
Citlali
Beatriz Medina Sansón