Tras pasar por las localidades de Bolbaite y Chella, llegamos a Anna, donde el protagonista principal es el agua, como iremos viendo, y donde vamos a hacer una larga parada. En primer lugar podemos acercarnos a la Plaza de la Ermita, que está junto a la carretera, en la parte alta del pueblo, y hace de mirador sobre el mismo y su entorno de cerros salpicados de pinar.
Bajando hacia el centro, pasamos por la iglesia, de grandes dimensiones y una torre altísima, y un poco más adelante llegamos al Palacio de los Condes de Cervellón, en el que destaca su impresionante torreón de sillería con ventanas góticas, y que alberga varios museos.
Junto al palacio hay dos hermosas fuentes: la de Santa María, de piedra, con 3 caños y coronada por dos ángeles; y la de la Plaza de la Alameda, con una bonita cascada en escalera que vierte sobre un antiguo lavadero.
En la Plaza Alfredo Aleix hay otra bonita fuente decorada con azulejos pintados representando distintos motivos. Desde esta plaza parte una estrecha carretera por la que podemos dar un precioso paseo que discurre entre infinidad de huertas, y que nos lleva primero a la fuente de abajo, ubicada dentro de una pequeña cueva, después a la fuente de arriba, de varios caños y grandes piedras de sillería y, finalmente, al lugar conocido como el Gorgo del Catalán, que está a no más de 500 metros desde el inicio.
El Gorgo es una charca de transparentes aguas color turquesa sobre la que vierte su caudal en cascada un pequeño arroyo. Está acondicionada para el baño, con escaleras de acceso y trampolín en la parte alta de la cascada, y al lado hay una pequeña pradera con merenderos. Un lugar encantador.
Y todavía nos queda otra joya por ver aquí: la Albufera de Anna. Desde una rotonda saliendo del pueblo, parte una carretera que en un kilómetro nos lleva a este lugar, traslado que podemos hacer en coche o bien dando un paseo por el carril peatonal habilitado al efecto.
Se trata de un lago rodeado de arbolado diverso, que se nutre de multitud de manantiales situados tanto en el fondo del mismo como en sus orillas, con un pequeño islote en el centro, y donde habitan varias especies de aves acuáticas. Hay un pequeño embarcadero donde se alquilan barcas para dar paseos por sus tranquilas aguas, y también se pueden recorrer sus poco más de 500 metros de perímetro por las arregladas orillas, con bancos para sentarse y barandillas de madera. Un lugar que enamora por su belleza y tranquilidad. En los alrededores hay varios chiringuitos y restaurantes.
SALUDOS
EL RURAL
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