Llega el día de la entrega de premios. Un buen momento para explicar como funciona esta locura en la que habéis participado y para agradeceros vuestra participación.
Lasiguientelapagoyo es hija directa de tres chalados y ahijada de un montón de gente más. No tiene ánimo de lucro, sino ánimo de ocio, que según los romanos es aquello que no es negocio. Esta concebida como una plataforma para escribir, para contar historias, para confesar lo inconfesable y proclamar lo más inverosímil. Se gestiona, como ya habréis podido descubrir, de la forma más caótica posible, lo que no es sino fiel reflejo de los cerebros de los gestores.
Los premios de los concursos y las actividades que realiza se han financiado con el dinero obtenido de la venta del libro editado con el resultado de con los contenidos del primer año de vida del blog. No contamos con patrocinio de ningún tipo ( los anuncios insertados en la página son de amigos ), así que de “cash” andamos siempre a la cuarta pregunta…cosa que tampoco nos importa demasiado.
A Lasiguiente, como hija que es, se la quiere mucho. Pero también hay días que te dan ganas de pegarle una patada en el culo, porque te arrebata el tiempo y las energías. Aunque enseguida se te pasa. En cuanto Epífisis te pone un comentario.
Y hablando de Epífisis, ya es hora de dar las gracias. A todos los seguidores, por el mero hecho de tomarse un minuto en echar un vistazo a nuestras insensateces, con mención especial “cum laude” a Don Alejandro y a Susana, que un día tomará el tren y se vendrá a reírse con nosotros. A todos los participantes en este y en el anterior concurso, por compartir sus escritos con nosotros. Al gran AOC, que es la versión bloguera del tío Matt el viajero, de los Fraguel. A los otros perezosos que hace que no escriben desde que se quemaron por no ponerse cremita y demás situaciones parecidas. A la gente del James Joyce, que siempre se involucra en cualquier locura que se nos ocurra sin echarnos del bar alegando eso del derecho de admisión. Y a cualquiera que nos haya leído, hasta en Houston, y se haya sonreído al pensar que clase de sujetos seremos.
Pues nada, que a los que vengan esta noche los esperamos con la caña en la mano y a los que no puedan venir que sepan que brindaremos por ellos. Y confiar que todo esto, y esto ya lo he hemos oído en algún sitio, sea el principio de una gran amistad.
Un saludo de Albert, Rick y Dio.