GRACIAS

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Gracias por participar.

Gracias por soportarnos.

Gracias por vuestros correos.

Gracias por vuestro maravilloso sentido del humor.

Gracias por hacer que nos siga ilusionando esta locura.

Gracias a los amigos de Cuba, de Argentina, de Chile, de Uruguay, de Perú, de Bolivia, de México, de Colombia,  de Venezuela,  a ese británico nacionalizado manchego, a ese sueco de Málaga, a los andaluces, a los castellanos en sus dos variantes, incluido berciano, a los murcianos, a los maños, al riojano, a los extremeños, graças a los gallegos, a los cántabros, a los asturianos, al canario, eskerrik asko a los vascos, gràcies a los catalanes, valencianos y baleares, al que vive en Hamburgo, donde las hamburguesas, al de Inglaterra, y a los de nuestro pueblo, “Madriz”, del que os invitamos a formar parte, que si vienes a Madrid ya eres de Madrid, y a los que no habéis dicho de donde sois, que, al fin y al cabo, todos somos ciudadanos del mundo. Un tirón de orejas a los de Ceuta y Melilla, que no se han animado.

Este blog y las consecuencias que ha traído (de momento un libro y un concurso) es el producto de la insensatez de cuatro chalaos a los que se han ido añadiendo otros. Supone un enorme esfuerzo de trabajo y sustraerle tiempo a nuestras familias, y no tiene ninguna compensación económica, que quede claro ( la publicidad que veis es de negocios de amigos y es gratuita ). Pero la satisfacción cada vez que insertáis un comentario o participáis con nosotros es el mejor de los premios.

En cualquier caso, tenéis a vuestra disposición el blog si os apetece publicar cualquier relato. Las únicas normas que nos hemos autoimpuesto es que las publicaciones sean originales, no sean ofensivas para nadie ni demasiado largas. Ofrecido queda...

A todos los que habéis pasado siquiera un ratito con nosotros… GRACIAS.

(Y esta noche, a las 22:30, se conocerán los nombres de los premiados, que ganadores sois todos.)

Voces en Ruidera

Hace poco hablamos de Plinio, el jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso, ese Hércules Poirot manchego que acompañado de su inseparable Don Lotario lucha contra el crimen en la España franquista.

En esta ocasión Plinio debe afrontar una misión “secreta” de alta importancia para el Estado, lo cual le lleva a la cercana Ruidera. Casualmente unos misteriosos gritos nocturnos tienen a la población local inquieta, y la presencia del detective se atribuirá a ese enigma.

Voces en Ruidera continúa con el estilo costumbrista de las anteriores novelas de Plinio, pero al mismo tiempo introduce algunos aspectos novedosos, como unas pinceladas eróticas, inocentes pero frescas, y el desplazamiento de la acción fuera de Tomelloso.

Francisco García Pavón sigue siendo nuestro Conan Doyle particular, y reediciones como ésta son bienvenidas y necesarias.

Muy recomendable.

Voces en Ruidera – Francisco García Pavón

Rey Lear, 2008. 253 páginas.

Jueves, 29 de marzo de 2012

"El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen."

Anatole France



Novelista, ensayista y escritor francés, considerado frecuentemente como el mejor escritor francés de finales del siglo XIX.

Anatole France, pseudónimo de Anatole François Thibault, nació en el seno de una familia culta, de padres dueños de una librería. Estudió en la escuela Stanislas de París, aunque la mayor parte de su educación fue autodidacta, siendo desde muy joven un lector insaciable.

En los inicios de su carrera literaria se inclinó por la poesía parnasiana, aunque posteriormente se volcó a la prosa, brillando en su primer novela "El crimen de Silvestre Bonnard", en la que hace gala de su habilidad estilística, de sutil y mordaz ironía. En 1877, Anatole France se casó con Valerie Guérin de Sauville, divorciándose en 1893. En 1883, Anatole France se relacionó con Madame Arman de Caillavet, la mujer más importante de su vida que le sirvió de inspiración para muchos de sus libros y promocionó sus escritos ayudándose de sus amplias relaciones sociales. En este periodo se destacan las novelas "Historia contemporánea" (1887) y "Thaïs" (1890).

Participó activamente en el famoso affaire Dreyfuss, tomando partido Anatole France junto a otros intelectuales por la causa de Alfred Dreyfuss, militar de origen judío acusado injustamente de espionaje. Anatole France fue primero bibliotecario del Senado, y elegido integrante de la Academia francesa en 1896. Aunque pacifista, durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), sus escritos tuvieron una fuerte connotación patriótica. En sus últimos trabajos, Anatole France se convirtió en defensor de causas humanitarias, mediante elocuentes defensas de los derechos civiles, de la educación popular y de los derechos de los trabajadores. En 1920 se casó con su ama de llaves, Emma Laprévotte y un año después le otorgaron el Premio Nobel de Literatura (1921).