Cuando en el mes de julio del año 710 el oficial bereber del ejército musulmán del norte de África Tarif ibn Malluk (Abuzara) cruzó el Estrecho de Gibraltar, nunca imaginó que, con ello, iniciaba la más apasionante y longeva historia que España haya protagonizado. Fue una rápida incursión militar, una expedición de exploración del territorio realizada al frente de un pequeño ejército de unos 400 hombres, ordenada por el gobernador (walí) de la provincia (kura) de Ifriqiya(1), Musa ibn Nusair.
Según las crónicas, se podría considerar a este Tarif como el primer musulmán que belicosamente pisó tierras españolas. Su arribamiento se produjo en una pequeña isla, o península, (al-yazira) cerca de la costa de Tarifa(2).
Poco duró esta operación relámpago, el tiempo suficiente para realizar algunas correrías de hostigamiento y obtención de un considerable botín de los atemorizados habitantes de la costa gaditana. Regresó pues, raudo para dar cuenta a su jefe de sus movimientos y observaciones, informándole sobre la escasa resistencia que había encontrado y sobre las posibilidades de una rápida y triunfante ocupación del reino visigodo. Poco se sabe del futuro de Tarif, algunas fuentes nos dicen que volvió a la península meses después como uno más del contingente militar que inicio la conquista.
A esta tesis, oficialista hasta ahora, se opone la del profesor Luis García Moreno, de la Universidad de Alcalá de Henares al decirnos que el tal Tarif ibn Malluk era el gobernador de Tánger y que el desembarco que realizó en al-yazira (isla de Tarif), también nombrada como
isla de los Vándalos(3) fue un fracaso total al ser repelido por las tropas del duque de la Bética don Rodrigo, futuro rey visigodo. Sigue diciéndonos García Moreno que después del traspiés, Musa destituyó a Tarif, apodado Abuzara, como gobernador de Tánger nombrando para el cargo a otro beréber, Tariq ibn Ziyad.
Casi nueve meses transcurrieron hasta que mencionado el walí de Ifriqiya, Musa ibn Nusair, decidiera invadir la Península Ibérica. Como vemos se tomó su tiempo. Tiempo que aprovechó para pacificar el noroeste de África, concretamente el territorio que hoy conocemos como el Magreb, y que abarca el oeste de Argelia y Marruecos, ya que aún no estaba islamizado. Instaló un contingente en la ciudad de Tánger y nombró gobernador a su subordinado Tariq ibn Ziyad. También se dedicó a preparar una gran expedición militar y documentarse sobre la situación de la Spania visigoda.
De gran ayuda fue la colaboración de un personaje, casi mítico, que aparece como un noble visigodo, el conde don Julián de las crónicas cristianas (comes Iulianus)(4), gobernador de Ceuta. Así, la historia de la ocupación de lo que fue la Hispania romana por los musulmanes comienza con el protagonismo de este personaje casi legendario y su inestimable participación. A decir de muchos en venganza por el ultraje sufrido en la persona de su hija Florinda a manos del rey visigodo don Rodrigo(5).
De nuevo en este punto difiere García Moreno de las tesis tradicionales al proponer que el tal conde, Urbano de Septem (Ceuta) ya era desleal con el rey visigodo Witiza, antes de morir este en el año 709, por lo que su traición a la causa visigoda no tiene nada que ver con don Rodrigo. Se asoció con los musulmanes, continúa García Moreno, para conservar sus privilegios y cargos sobre la propia ciudad de Ceuta y la bahía de Algeciras, territorios estos que controlaba por su condición de gobernador de la zona del Estrecho. Incluso pudo participar en alguna incursión hostil contra la costa andaluza, además de facilitar los barcos con los que tanto Tarif, en primer lugar y Tariq después cruzaron el Estrecho de Gibraltar.
Hay que decir que a lo largo de la conquista y ocupación de España, los musulmanes firmaron pactos con algunos nobles visigodos con el fin de evitar la sangría de una guerra. Estos pactos de sumisión y vasallaje al Islam confirmaban en sus puestos y en sus privilegios a los nobles godos siempre que pagaran los impuestos acordados, permitieran su control militar y no acogieran a perseguidos por las autoridades musulmanas. Este pudo ser el caso del susodicho conde.
También hay que considerar en todo este proceso la posición de los judíos residentes en Ceuta y su relación con los que vivían en el sur peninsular sobre todo. Algunas hipótesis apuntan a que unos y otros confraternizaron y favorecieron la llegada musulmana. La situación que de los judíos en el reino visigodo era, en muchos casos, de humillación. La incomprensión de las autoridades godas y el racismo del pueblo hacia los integrantes de la comunidad hebrea los convirtió en un grupo marginal dentro de la sociedad. Aunque la intolerancia venía desde los tiempos en que los visigodos renunciaron al arrianismo para convertirse en cristianos(6), lo cierto es que se acentuó con el decreto del año 694 que establecía la esclavitud para los que no se bautizaran. Si además sumamos el rechazo a sus actividades prestamistas, cercanas a la usura, no es extraño que vieran con buenos ojos la ocupación mora. Informados como estaban, por sus hermanos de Ceuta, sobre la tolerancia musulmana respecto a su religión y actividades, no dudaron facilitar la llegada de un ejército que podría devolverles la dignidad.
Así pues, el desembarco definitivo estuvo precedido de una valoración política y social de la situación española al tiempo que contó con inestimables ayudas materiales y morales de ambos lados del mar.
el Andalusí
1. (walí)- valí en castellano. Cargo político y militar responsable de la administración territorial de una provincia.
(Kura)- cora en castellano. Provincia o división administrativa de un territorio.
(Ifriqiya)- Nombre árabe de la provincia (cora) norteafricana cuyo territorio abarcaba parte de Libia, Túnez y el noroeste de Argelia.
2. (al-yazira)- Isla o península en castellano. Las fuentes árabes llamaron a este lugar “la isla de Tarif”, dando origen, posiblemente, al topónimo que da nombre a la ciudad de Tarifa.
3. Fue el lugar donde, según las fuentes árabes, se concentraron en el año 429 los Vandalos para cruzar hacia África.
4. (comes Iulianus)- Julián, Urbano, Ulbam o Yulyan en las crónicas musulmanas. Es un personaje que hay que tratar con prudencia a la hora de darle veracidad. Son varias las tesis sobre su origen y existencia. Conde visigodo de la zona del Estrecho con sede en Ceuta para unos, Jefe bereber cristianizado responsable de las tierras norteafricanas para otros, o gobernador bizantino de la ciudad de Ceuta (Septem) sometido a los musulmanes.
5. (Florinda)- Hija del supuesto conde Julián enviada a Toledo para servir al rey don Rodrigo. Este al conocer su belleza la ultrajo contra su voluntad. En la crónica del moro Rasis aparece como la cava (prostituta)
6. Recadero rey visigodo abrazó el Catolicismo en el año 589 obligando a todos su subditos arrianos a seguirle, uniendose a la fe mayoritaria de los hispanoromanos
