Camino desorientado por las calles de mi ciudad, el
reloj de la iglesia dan las tres de la madrugada y un frío intenso cala hasta
lo más profundo de mis huesos. Me adentro por un oscuro callejón y algo me deja
paralizado, al fondo, entre una ligera neblina puedo vislumbrar una silueta
alta que porta una gabardina negra ondeando en el viento, parece mirarme
fijamente y un escalofrío recorre mi espina dorsal, cierro los ojos un momento
y al abrirlos había desaparecido.
Intento dar un par de pasos pero tropiezo con un
trozo de tela oscura que hay en el suelo a pocos metros de mí, la recojo y un
terror sin igual se apodera de mi cuerpo al comprobar que lo que parece un
retal olvidado es en realidad la gabardina del ser que he visto segundos antes
y la dejo caer presa del horror. El reloj de la iglesia da las cinco de la
madrugada ¿cómo es posible?, hace tan solo unos minutos eran las tres y
entonces sucede algo que casi paraliza mi corazón, justo en mi oído izquierdo
suena una voz que se me antoja extrañamente familiar "yo estoy en
ti".
"¿Quién eres?" mi voz suena insegura,
temblorosa. Nadie contesta y consigo no sé como emprender el camino hacia
adelante, con manos débiles enciendo un cigarrillo y algo toca mi pierna, un
grito desgarrador surge desde lo más profundo de mi garganta, pero me
tranquilizo al comprobar que solo es una rata y prosigo el avance, entonces
algo agarra mi muñeca izquierda, un tacto más frío que el hielo aun si cabe y
esa voz, esa voz tan familiar y a la vez tan lejana vuelve a resonar en mi oído
invadiendo por entero mi cabeza, "no tengas miedo". Me giro
lentamente y el mundo se paraliza a mí alrededor al comprobar lo que tengo
enfrente.
Es como si estuviera mirándome en el espejo, ese
ser, esa criatura que me atormenta en este oscuro callejón soy yo mismo, o por
lo menos tiene mi misma apariencia. Intento decir algo pero me es imposible
articular palabra alguna. "Tienes que saber", y señala al suelo,
justo al fondo del callejón puedo ver un bulto, me acerco despacio y me doy cuenta
de que es una persona, entonces me quedo sin respiración.
Allí tirado con el cuerpo lleno de puñaladas estoy
yo, es mi cuerpo y empiezo a recordar... Volvía a casa cuando en el callejón un
grupo de hombres quisieron robarme y me cosieron a puñaladas... Miro mi cuerpo
inerte y carente de vida y doy media vuelta alejándome del callejón con la
negra gabardina ondeando en el frío viento de la noche...
Christian López