¿Quién no ha oído hablar nunca del famoso Cien por Cien?
Es un bar de copas situado en una zona céntrica de Madrid, donde la música es española, pop y ochentera. A quien le gusten Los secretos, Los Rodríguez, Nacha pop, Alaska, Hombres G, ó Duncan Dhu, Héroes del silencio, y Ska-P, Celtas Cortos, o Los inhumanos y Los Nikis, y también música actual como El canto del loco, o incluso para cerrar el bar como colofón, Camilo Sesto, Raffaela Carra o Rocío Jurado, no debe dejar de perderse este lugar, con recuerdos inolvidables. La decoración es propia de esa década, y nada más entrar te da la bienvenida con una guitarra enorme en el techo que hace que te adentres a lo largo del bar, estrecho y largo hasta el final; una de las dos barras en forma de teclado de piano nada más entrar a la izquierda llama especialmente la atención, sin menospreciar los miles de grupos que firman sus carteles de conciertos como el querido y desaparecido Antonio Vega. Incluso un futbolín te espera por si te animas un día tranquilo a jugar una de esas famosas partidas que te devuelven a la infancia. O echar un billar.
Aunque el Cien por Cien no tiene días tranquilos; te puedes encontrar gente de todo tipo, veinteañeros en sus primeras salidas con borracheras tremendas, que aguantan lo indecible y como no, trabajan y tiran de papá y mamá, te los puedes encontrar cualquier día, en cualquier estado, ligoteando y haciendo las cosas típicas de esa edad. Cuarentones y cincuentones con las mismas borracheras o similares, haciendo más o menos lo mismo o parecido veinte años después, con alguna buena conversación que les da la experiencia. Algunas despedidas de solteras, desatadas, cantando como descosidas, incluso yo diría que chillando, pero esto es lo que las hace especiales, pegando botes sin parar, con algún adorno típico de las despedidas, cuernos o miembros enormes, vestidas iguales, y la susodicha de una forma que supuestamente llame la atención, aunque llaman la atención todas porque se les ve a la legua, inconfundibles. Ejecutivos trajeados que después de un día de trabajo y cansados de reuniones están deseando desconectar para tomarse una copa con los amigos, sin parejas ni mujeres ni niños. O mujeres llenas de vida, que quieren exactamente lo mismo, o más bien parecido; éstas no paran de bailar, cantar y sobre todo no paran de cotorrear con las amigas, contarse los miles de problemas que pueden tener con los hombre, parejas, maridos, jefes, compañeros, amigos o hijos, que anteriormente ya se han contado, pero se lo repiten. Algún famoso, cantante, que quiere escuchar su música o la música de sus compañeros o de esa generación tan inconfundible, y quieren pasar desapercibidos. Gentes de otros países y de otras ciudades que se alojan cerca, y no tan cerca, no se lo quieren perder, o curritos que tienen incluso una reunión de sindicatos al día siguiente, por poner un ejemplo. Sin olvidarnos de los cumpleaños, santos, días de fútbol, o celebraciones de cualquier tipo con parejas y amigos. Todo eso te puedes encontrar en el Cien por Cien.
Bar de los 80 que ha conseguido sobrevivir hasta hoy, el precio de las copas o cervezas es totalmente asequible, y si te gusta bailar y sobre todo tararear las canciones de siempre, o incluso gritar a todo gas para poder descargar adrenalina, charlar, y divertirte mucho, no te pierdas este mítico lugar.
Si hay que ponerle algún pero es que se llena los fines de semana y cierran sobre las tres y medía. Muy bueno para disfrutarlo los jueves.
Aunque envejezcamos siempre tendrá el mejor ambiente.
Cien por Cien. C/ Santísima Trinidad, 30. Madrid.
En vez de cincuentones dí "adolescentes reciclados".....
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