Tras una reconfortante ducha y un buen rato de descanso, bajamos a cenar. Lo cierto es que el Balneario tiene una pinta estupenda, es como si estuviésemos en los años 40. Da la sensación que de un momento a otro va a aparecer Al Capone con sus secuaces tras un esquina, pero es agradable. La media de edad de la gente es de unos 80 años, por lo que intuyo que será un sitio tranquilo.
Llegamos al comedor. Nos sentamos en una mesa libre y cogemos la carta. De primero hay una gran variedad de ensaladas, de segundo verduras a la plancha, verduras cocidas, verduras crudas o verduras salteadas y de postre fruta. Cuando nos atiende un camarero que parece haberse tragado una escoba, mi mujer elige una ensalada de aguacate y verduras cocidas. Yo pregunto si puedo pedir un solomillo, cordero o algo similar y poniendo mala cara me responden que en este establecimiento no se sirve carne por el bien de la salud. Pido entonces una ensalada de la casa y una cerveza bien fría y sin cambiar la cara me dice que en el restaurante están prohibidas las bebidas alcohólicas, cualquier tipo de licores y los refrescos azucarados, pero que tiene diferentes tipos de zumos naturales y una selección de aguas de innumerables países. Pido agua del grifo y me empiezo a preocupar pero se me pasa cuando me entero de que en el Bar del Balneario sí sirven de todo por lo que me dispongo a disfrutar de la cena que consiste en un cacho de lechuga troceada con un vaso de agua y de postre una pera.
Cuando terminamos de cenar tengo más hambre que antes, pasamos por delante del Bar y vemos que es un lugar bastante espacioso con una gran barra, muchas mesas y un pequeño escenario, pero como estamos demasiado cansados decidimos ir a dormir. No ha pasado ni una hora desde que nos acostamos y me despierta un ruido tremendo. La habitación está situada encima del Bar y resulta que los viernes hay organizado un baile para los jubilados. Tras un par de horas escuchando una gran selección de temas de Manolo Escobar, Peret y los 3 sudamericanos junto con los gritos y carcajadas de los jubilados, parece que el baile termina. Al fin puedo dormir.
A las 6:30 h. de la mañana, nos despiertan porque a las 7:30 h. empieza el circuito Termal. Tengo sueño, hambre y cansancio, pero nos levantamos y poniendo buena cara vamos a desayunar. En el comedor decido tomar un café (sólo hay descafeinado) con leche (tiene que ser desnatada) y entre la tostada de pan integral, los cereales integrales y las galletas integrales, me quedo con la tostada a la que no puedo añadir mantequilla porque produce colesterol ni mermelada por su gran cantidad de azúcar añadido.
Terminado el desayuno nos dirigimos a la sala en la que se llevará a cabo el circuito Termal. Estoy nervioso porque no sé de qué se trata, pero la gente comenta que al terminar te quedas como nuevo y que es muy relajante. Justo lo que nos hace falta.
Continuará ...
Publicado por Clar Gueibol.
Ya estás publicando donde está ese establecimiento, que te mando para allá a la Guardia Civil, a personal del Cómité de la Cruz Roja para la erradicación de la tortura y a la gente de Human Rights, pero YAAAA!!!!!
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