Hace tiempo que vengo observando con curiosidad el mundo de la moda. Me refiero a la moda de alta costura, los desfiles, y todo eso. Para mí la moda siempre han sido unos vaqueros, camisas de cuadros, rayas o lisas (según lo que se lleve), camisetas, los jerséis de pico, o cuello a la caja o cisne, y poco más. De repente me iba a comprar unos pantalones, y cuando ya tenía la talla (los que me abrochaban bien), mi chica me decía, “pero si los pantalones de pinzas ya no se llevan, ahora están de moda los pitillo”. Y yo, vuelta a elegir, hasta encontrar unos pitillo que no me sentaran como a Falete un traje de luces.
Pero resulta que la moda no es eso, es un concepto mucho más universal, cuyos dictados provienen de unas dimensiones superiores que van distribuyéndose en la sociedad, y de las que los pobres mortales sólo vemos la capa superficial en la televisión (con perdón, me había propuesto no usar palabras malsonantes) o las revistas de casquería.
Para empezar, no cualquiera puede ser diseñador de moda. Hay que tener condiciones. Primero, es imprescindible un atuendo especial, de esos que si llevas normalmente por la calle la gente se gira, y si estás en una fiesta de carnaval te dan el premio; plumas, colores llamativos, gafas y zapatos estridentes. Después, amaneramiento que raye lo irritante, que parezca que los marcianos te acaban de depositar en este planeta cutre y sin estilo para salvarlo. Y sobre todo, mucha jeta. Porque hace falta jeta para enseñar determinadas “creaciones”. Como esos vestidos confeccionados con trozos de tejidos que parecen los trapos de mi casa, a base de camisetas viejas, o con muchos volantes o fruncidos en posiciones aleatorias, “gurruño-style”.
Y es que lo importante es la creatividad. Por ejemplo, le pones a una modelo un orinal fucsia o un besugo disecado en la cabeza y ya has diseñado unos sombreros súper-mega-fashion. Luego ya está lo extravagante hors- catégorie, como los modelos de Agata Ruin de la Braga o similares, que hacen trajes (¿disfraces?) de caramelo, corazón, o de olisbo (busquen, busquen el significado); ¿por qué no un vestido de bellota hippy, hormigonera naif o granada de mano arco iris? Vamos, que el traje de Papá Noel o el de Ronald McDonald a su lado parecerían ejemplos de discreción.
En los desfiles de moda, de las cosas más importantes es que las modelos estén muy escurridas y además tengan cara de que el médico les ha recetado una caja de supositorios XL cada hora; me imagino que si sonríen las despiden, o les dan un latigazo en el camerino, porque si no no me lo explico. Esos caretos avinagrados sólo se consiguen con mucho entrenamiento, así que supongo que en las escuelas de modelos habrá una asignatura que sea “Malencarada” (I y II). Lo de la forma de desfilar, ésa es otra. Si yo viera a alguien por la calle andar así, llamaría al SAMUR, pensando que padece un proceso cerebeloso agudo. Claro, cuando alguna pobrecilla se tropieza víctima de los tacones malignos, la gente se despepita y el vídeo sale en todas las televisiones y youtubes del mundo, además del esguince. Si yo caminase así por el pasillo de mi centro de trabajo, seguramente me internarían en una institución. Y otra cosa fundamental es que en algún momento del desfile la modelo lleve algo transparente del todo, o que lleve una teta (o las dos) al aire. Que me perdonen, pero yo a lo largo de la semana no veo a nadie por la calle que vaya aireando las pechugas, y que conste que no me importaría, porque soy un gran admirador.
Tengo la sensación de que la moda que nos enseñan se parece al mundo real como un servidor a George Clooney. Pero como seguro que todo esto es producto de mi ignorancia y zafiedad, por si acaso me voy a poner mis calzoncillos “palabra de honor” y me voy a ver la Pasarela CIMBELES, que creo que hoy son los desfiles de Strafalarius, Norberto Pepino, Liborio & Trucchino, y Sindolfo Domingas.
Excelente resumen de un fenómeno turbio y siniestro!!!!!!
ResponderEliminarMe has hecho reir un montón. Sobre todo con lo de Falete y también con lo del besugo. Tienes tanta razón... Yo a veces me pregunto quién comprará esas cosas, primero por precio, y segundo porque si no mides 1,85, pesas 50 Kg y eres una belleza, no te puedes poner esas extravagancias, porque saldrías en el periódico al día siguiente... Pero en la página de sucesos porque nos habrían apedreado. Besos y buen día, ah y que tengas éxito con tu palabra de honor, jajajaj.
ResponderEliminarEs un mundo adulterado tan irreal y fuera de la cotidianidad que resulta increible que siga en pie, como esos esqueletos andantes más propios de "Auswitch" que pasean tan fantasiosas propuestas intentando imponer como dogma de fe la ridiculez más insospechada.
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