EL MUNDO,
22 de octubre de 2012
Sabine
Moreau, una mujer belga de 67 años, tenía que conducir apenas 150 kilómetros
para llegar desde su domicilio, en el pueblo de Hainault Erquelinnes, hasta la
estación del Norte, en Bruselas, donde llegaba un amigo al que debía recoger.
Sin embargo, un fallo en el GPS y la sorprendente falta de atención de la
conductora terminó convirtiendo el recorrido en un viaje a través de la Europa
continental que concluyó en Zagreb (Croacia) casi dos días y 1.450 kilómetros
después.
"Estaba
distraída, así que continué pisando el acelerador", explicó después
Moreau, que sólo se dio cuenta de que iba en la dirección errónea cuando llegó
a la capital croata. "He visto todo tipo de señales, primero en francés,
luego en alemán y finalmente en croata, pero yo continué conduciendo porque iba
distraída", relató.
Durante
este insólito viaje la mujer paró a repostar dos veces en el camino e incluso
sufrió un accidente menor y paró durante unas horas a dormir dentro del
vehículo. Sin embargo, en el relato que contó a la policía, que había iniciado
su búsqueda tras la denuncia de desaparición de su hijo, asegura que nunca
llegó a ser consciente de que iba por el camino equivocado. "Hasta que de
repente aparecí en Zagreb y entonces caí en que ya no estaba en Bélgica",
dijo. "Reconozco que es un poco raro, pero yo estaba distraída",
añadió.
Le puede pasar a
cualquiera, vas hacia Talavera, te despistas un poco y acabas en Estocolmo.
Eso no es de ser despistado. Es de ser descerebrado. ¡Como para hacer caso de los GPS! Si al final va a ser más práctico el método tradicional: seguir los carteles.
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