El pueblo es punto de partida de muchas rutas de senderismo y también de variadas excursiones en coche por la comarca, por lo que abundan los hostales y posadas rurales en los que se alojan gran afluencia de personas amantes del turismo de montaña.
Vamos a destacar dos hermosos y sencillos paseos por los alrededores del pueblo. Uno consiste en subir a la ermita de Nuestra Señora de Idoia por una senda señalizada que parte junto al río Esca, y que asciende por entre abundante vegetación hasta llegar al bello y tranquilo paraje donde está la patrona del pueblo en un templo al que se accede por una puerta con un curioso triple arco apuntado.
El otro es un poco más largo, partiendo también junto al río, que nos lleva por una cómoda pista forestal hasta la cascada de Belabarce, de solo unos pocos metros de altura pero de una belleza increíble, cayendo el agua en varias canales por una roca llena de musgo. Merece la pena la caminata, de 8 kmts. ida y vuelta, muy fáciles y en un entorno de pinar y roca muy bonito, yendo todo el tiempo junto al arroyo Belabarce. A la vuelta, poco antes de llegar al pueblo, podemos coger una senda alternativa que, pasando por la pequeña ermita de la Virgen de Belén, nos deja en otra zona del casco urbano distinta de la que partimos al principio.
Podemos concluir en Isaba cogiendo la sendita que sale de la parte más alta del pueblo y sube hasta la cima de un cerro en el que hubo un castillo del que apenas quedan los cimientos, pero que nos ofrece unas espectaculares vistas de la localidad y su entorno de montaña.
Hay que decir que a las afueras de Isaba en su parte norte confluyen los ríos Belagua y Ustárroz, conformando el Esca y el valle de Roncal.
Vamos a seguir por la carretera que va hacia el pueblo de Ustárroz, siguiendo el curso del río del mismo nombre, y a mitad de camino entre aquél e Isaba veremos un parkin que es la entrada a la Foz de Minchate. Al echarnos a andar por el camino nos introducimos en un estrecho cañón de roca grisácea, de apenas unos pocos centenares de metros de longitud, por el que discurre el arroyo entre pequeñas cascadas y sifones, tras el cual se abre un hermoso valle por el que podemos seguir caminando hasta que creamos oportuno. A la vuelta, al atravesar de nuevo la foz, disfrutaremos de este paraje desde una perspectiva distinta a como lo vimos cuando fuimos en el otro sentido. La estrechez del cañón solo deja espacio para el camino y el arroyo, no da para más.
Ermita de Ntra. Sra. de Idoia |
Torre de la Iglesia de Isaba |
SALUDOS
EL RURAL
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