domingo, 20 de mayo de 2018

VALLE DE RONCAL 5/7

      De nuevo en el parkin cogemos el coche para acercarnos a Ustárroz, otro precioso pueblo rodeado de montañas cubiertas de extensos bosques de pino y roble. Sus calles empedradas y sus casas blancas con sillería gris en esquinas, ventanas, puertas de arco de medio punto y planta baja, hacen del conjunto un maravilloso ejemplo de lo bella que puede llegar a ser la arquitectura rural.

     Una bonita senda que discurre entre vegetación frondosa nos lleva hasta la ermita de la Virgen del Patrocinio, situada sobre el pueblo, ofreciéndonos preciosas vistas del mismo y de su entorno.

      Destacar también la arreglada piscina natural que hay sobre el río Ustárroz a su entrada al pueblo.

      Volvemos de nuevo hasta Isaba para coger la carretera que sigue el curso del río Belagua. Nos introducimos en una zona estrecha y enseguida nos encontramos con dos bonitos puentes medievales, poco antes de salir al amplísimo valle de Belagua. Una vez en éste, paramos en el espacio natural conocido como Mata de Agua, un pequeño pero bien conservado bosque de hayas por el que podemos dar varios paseos señalizados adaptados también para invidentes.

      A partir de aquí la carretera se introduce en alta montaña y empieza a empinarse, convirtiéndose en un sinfín de curvas a cuyo paso nos iremos encontrando parajes y panorámicas de gran belleza. Enseguida llegaremos a la Venta de Juan Pito, bonito y típico restaurante de montaña especializado en comida pirenaica, donde comer unas migas de pastor se antoja imprescindible. Desde aquí, con la altura que ya hemos ganado, la vista del valle de Belagua es impresionante, casi a vista de pájaro, con sus zonas de pasto en el fondo, los inmensos pinares que cubren las laderas de las montañas, y las cumbres coronadas de espectaculares formas pétreas.

      Seguimos por la carretera, que va discurriendo por entre altísimas montañas, collados y valles, donde el verde lo cubre todo, hasta que llegamos a unos grandes aparcamientos donde se encuentra el Centro de Esquí Nórdico Larra-Belagua, unas pistas de esquí de fondo. Si al visitarlas no hubiera nieve y por lo tanto no estuvieran en uso, podemos utilizarlas para dar agradables y cómodos paseos de montaña andando por la hierba que las cubre.

      A partir de aquí entramos en la Reserva de Larra, un parque natural donde la piedra y el pino se mezclan formando un curioso y hermoso paraje, adornado de fondo por impresionantes picos rocosos que superan los 3.000 mts. de altitud.

      Poco después llegamos a la frontera entre España y Francia, donde un mojón de piedra nos marca la linde entre los dos países. Justo al lado está la Piedra de San Martín, donde cada mes de julio se reúnen miles de habitantes de los dos valles que allí confluyen, para renovar una costumbre ancestral por la que los alcaldes del lado francés rinden tributo a los del lado español, dándoles unas reses a cambio de permitir que sus rebaños accedan a los pastos navarros.

      Desde aquí podemos hacer una ruta de senderismo consistente en subir al cercano Pico Arlas, de 2.044 mts. de altitud, que no es larga ni complicada teniendo en cuenta que la Piedra de San Martín está en un collado a casi 1.800 mts.



Puente medieval en el Valle de Belagua



Panorámica pirenáica

SALUDOS

EL RURAL

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